El cáncer es una enfermedad de la célula.
La célula es la unidad básica de la vida. En nuestro cuerpo existen más de 200 tipos de células diferentes (células musculares, células inmunitarias, células nerviosas, etc.), cada una con un papel concreto.
Una célula cancerosa es una célula que se ha modificado durante su producción. Habitualmente estas modificaciones son reparadas por el organismo. Una célula cancerosa (también llamada maligna) no ha podido ser reparada. Entra en una fase de multiplicación en el órgano o tejido humano. Al multiplicarse de forma incontrolada, las células cancerosas terminan por formar una masa que se denomina tumor maligno.
Las células de los tumores malignos tienen tendencia a migrar a otros órganos o partes del cuerpo, y a desarrollar nuevos tumores que se denominan metástasis. Se dice, en estos casos, que el tumor es metastásico. Para el cáncer de próstata, las metástasis se sitúan principalmente en los huesos (metástasis óseas).
No todos los cánceres se comportan de la misma manera. Por ese motivo se hace necesario plantearse un tratamiento adaptado a cada paciente. Todos los tratamientos tienen como objetivo suprimir todas las células cancerosas. Si no se trata el cáncer, el tumor puede evolucionar propagándose a otras partes del cuerpo, produciendo metástasis.