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Tratamiento

El tratamiento del cáncer de próstata

El objetivo del tratamiento del cáncer de próstata es suprimir todas las células cancerosas o evitar su proliferación. Un tratamiento es más eficaz cuanto antes se haya detectado el cáncer.

Los estudios científicos han permitido adquirir ciertos conocimientos y definir cuáles son los mejores tratamientos para aplicar a los pacientes en las distintas fases de la enfermedad. Además, han permitido evaluar nuevos tratamientos o determinar en qué orden su utilización resulta más eficaz. Estos estudios también han posibilitado la comparación de sus ventajas e inconvenientes con respecto a los tratamientos habituales utilizados.

Los tratamientos estándar son aquellos que son reconocidos como los mejores y se proponen de manera sistemática en una situación concreta. Puede suceder, sin embargo, que el médico no pueda aplicar el tratamiento estándar debido a los riesgos particulares que presenta el paciente, a su enfermedad o porque el mismo paciente rechace las consecuencias ligadas al tratamiento. En estos casos, el médico puede proponer otro u otros tratamientos mejor adaptados a su situación. Para una misma situación, en ocasiones, existen diferentes tratamientos posibles, es decir, existen alternativas u opciones de tratamiento.

¿Cuáles son los distintos tipos de tratamiento?

Existen diferentes tipos de tratamiento que pueden utilizarse solos o asociados entre sí. El tratamiento del cáncer de próstata está adaptado a la situación del paciente.

Quitar la próstata: prostatectomía radical o total
La prostatectomía total es un tratamiento local del cáncer que tiene por objetivo quitar toda la próstata, junto con las vesículas seminales, mediante una intervención quirúrgica. La prostatectomía radical es un tratamiento estándar del cáncer de próstata no metastásico. Este tratamiento es realizado por la persona especializada en urología (urólogo / uróloga).

Radioterapia externa
La radioterapia externa es un tratamiento local del cáncer que tiene por objetivo destruir las células cancerosas localizadas en la próstata por medio de rayos. Estos rayos son producidos por una fuente radiactiva externa y dirigida hacia la próstata. La radioterapia externa es un tratamiento estándar del cáncer de próstata no metastásico. Este tratamiento es realizado por una persona especializada en oncología radioterápica (radioterapeuta).

Braquiterapia
La braquiterapia es un tratamiento local del cáncer que tiene por objetivo destruir las células cancerosas localizadas en la próstata por medio de rayos. Estos rayos son producidos por una fuente radiactiva colocada en el interior de la próstata (en forma de granos o hilos, por ejemplo). Algunos tratamientos de braquiterapia son temporales (hilos de iridio), pero otros son permanentes (granos de yodo 125 radiactivo), dependiendo de que la fuente radiactiva continúe o no situada en el organismo del paciente. La braquiterapia es una alternativa. Este tratamiento es practicado por un radioterapeuta —con frecuencia junto con un urólogo— especializado específicamente en braquiterapia.

El tratamiento por ultrasonidos focalizados de alta intensidad (HIFU)
El tratamiento por ultrasonidos focalizados de alta intensidad (HIFU, por sus siglas en inglés) es un tratamiento local del cáncer de próstata cuyo objetivo es destruir las células cancerosas mediante ultrasonidos. Estos ultrasonidos de alta intensidad son enviados sobre la próstata mediante una sonda situada en el recto. Estos ultrasonidos producen un fuerte calor en una zona muy determinada, lo que hace que el tumor sea destruido. Esta técnica se está evaluando y, por tanto, se trata de una alternativa.

Hormonoterapia
La testosterona es una hormona masculina que estimula el crecimiento de las células de la próstata, tanto si son normales como si son cancerosas. La hormonoterapia impide que la testosterona actúe. Es un tratamiento general que actúa sobre todo el cuerpo.

Vigilancia (con tratamiento diferido)
Ciertos cánceres de la próstata pueden evolucionar muy lentamente, sin provocar síntomas molestos para el paciente, especialmente en pacientes de edad avanzada. Para algunos pacientes, el médico puede proponer simplemente vigilar el tumor (esperar y ver o watchful waiting), lo que permite evitar los efectos secundarios de los tratamientos.

La evolución del cáncer se vigila regularmente mediante exámenes clínicos y niveles de PSA. En función de la evolución de la enfermedad y preferencias del paciente, con el seguimiento del paciente puede proponerse un tratamiento adaptado.

¿Cómo se realiza la elección del tratamiento?

Para la elección del tratamiento, los médicos tienen en cuenta diversos criterios:

Las características del cáncer
El médico evalúa el estado del cáncer de próstata a partir de una clasificación internacional, la clasificación TNM. Esta clasificación tiene en cuenta tres criterios: 1) el tamaño del tumor (T por la inicial de tumor); 2) la presencia o no de células cancerosas en los ganglios linfáticos (N por la inicial de node, que significa ganglio en inglés); y 3) la presencia o no de metástasis (M por la inicial de metástasis).

Los valores del PSA dan una idea aproximada del tamaño del tumor.

El examen al microscopio de células cancerígenas obtenidas mediante biopsia permite precisar la agresividad de las células cancerosas. Esta agresividad es definida mediante una escala graduada llamada escala de Gleason.

Las características del paciente
La edad del paciente, sus enfermedades (antiguas o actuales), las intervenciones quirúrgicas sufridas, la presencia de un adenoma o de una infección urinaria, así como el estado general de salud son elementos que se tienen en cuenta a la hora de elegir un tratamiento. Estos elementos se valoran junto con los riesgos y beneficios que se esperan de las distintas posibilidades de tratamiento y tienen, por tanto, un papel muy importante para la elección de un tratamiento adaptado al paciente.

Las características de la próstata
Si existe un adenoma y además un cáncer, la próstata tiene un gran volumen, lo que contraindica la realización de braquiterapia o de ultrasonidos.

Por el contrario, aunque exista un adenoma, un gran volumen de la próstata no contraindica la realización de una prostatectomía total. La prostatectomía, en este caso, trataría al mismo tiempo el cáncer y el adenoma.