En
8. Intervenciones educativas

Preguntas para responder:

  • ¿Cuál es el mejor plan de acción escrito para niños con asma: el plan basado en síntomas o el plan basado en la medición de pico flujo?.
  • Cuál es el papel de los centros educativos en la educación y control de los niños con asma?
  • ¿Es eficaz la tutoría entre iguales en adolescentes con asma para mejorar el control de la enfermedad?
  • ¿Es eficaz la intervención educativa en niños con alto riesgo de visita a urgencias o ingreso hospitalario?

La educación terapéutica es un componente esencial para el manejo de las enfermedades crónicas como el asma, ya que puede ayudar al paciente y a la familia,y/o cuidadores a conocer su enfermedad y a saber por qué, cómo y cuándo debe utilizar el tratamiento correspondiente.

Recientemente se ha publicado en la literatura una revisión de revisiones (umbrella review) que identifica las intervenciones en salud pública que pueden mejorar el manejo y control del asma (262). En esta revisión se incluyeron 42 revisiones sistemáticas que fueron clasificadas en las siguientes categorías: a) educación o automanejo en asma (19 revisiones), b) reducción de factores interiores desencadenantes (9 revisiones), c) intervenciones para mejorar la provisión de la asistencia sanitaria (9 revisiones) y d) otro tipo de intervenciones relacionadas con la salud pública y asma (5 revisiones).

Educación y automanejo

Se identificaron 19 revisiones que valoran algunos o varios de los siguientes aspectos: educación general sobre asma, educación para el automanejo (o instrucciones individuales para saber cómo modificar el tratamiento cuando se dan los síntomas), auto-monitorización (vías para comprobar que el asma está bajo control) y/o planes de acción escritos.

Cinco de las 19 revisiones analizan el papel de la educación para el automanejo del asma, aunque solo tres incluyen niños con asma. La primera revisión no encontraba beneficio con el automanejo (263), pero una revisión Cochrane posterior sí reporta beneficio en la función pulmonar, los síntomas, el absentismo escolar y las visitas a urgencias (264). La tercera y última revisión encuentra mejoras en el número de hospitalizaciones y visitas a urgencias (265).

También se identificaron dos revisiones, clasificadas en la categoría de intervenciones para mejorar la provisión de la asistencia sanitaria (266, 267) , que también valoran la automonitorización y la educación sobre asma, señalando mejoras en los síntomas y absentismo escolar en niños (266) y en la función pulmonar en niños y adultos (267).

En general, las revisiones incluidas combinan estudios que representan un proceso continuo desde la educación general de asma a la automonitorización y al automanejo. Dos de estas revisiones tratan sobre la educación del asma tras visitar urgencias, encontrando una reducción en el número de hospitalizaciones y visitas posteriores a urgencias en niños (268) y una reducción del número de hospitalizaciones en adultos (269).

Se ha encontrado una única revisión que valora la eficacia de las intervenciones educativas que se limitan a dar información sobre el asma, sus causas y su tratamiento (270) que incluye 12 estudios. De éstos sólo dos indican una mejora en los síntomas y otro estudio señala un ahorro de costes y una disminución del número de visitas a urgencias.

Educación en los centros educativos

Puede que la consulta de atención primaria sea el lugar más adecuado y en el que recae la mayor responsabilidad en la educación del niño asmático, pero no es el único. Se han encontrado revisiones que indican que las intervenciones educativas en los colegios y la utilización de los ordenadores en el proceso de la educación mejoran el conocimiento, la autoeficacia y los síntomas, aunque no los resultados clínicos (271, 272).

Los alumnos que presentan enfermedades crónicas, como el asma, pueden presentar síntomas durante el horario escolar y necesitar, por tanto, de asistencia adecuada. Puesto que en nuestro país la mayoría de centros educativos no dispone en plantilla de profesionales sanitarios, es lógico pensar que habrán de ser los profesores los encargados de asistir y atender al alumno enfermo. Estas decisiones pueden verse dificultadas por la falta de normativa o planes de actuación adecuados, por una escasa información sobre la enfermedad o por la falta de accesibilidad a los recursos necesarios. Por tanto, los centros escolares tienen que disponer de recursos materiales y organizativos, además de personal con formación adecuada, para satisfacer las necesidades específicas de los niños que presentan la enfermedad (18).

En A Coruña surgió la iniciativa de realizar un estudio (18) para analizar los conocimientos, las actitudes y las creencias de los docentes, la transmisión de información entre familias y profesores, así como la disponibilidad de recursos organizativos y materiales en relación al cuidado de los niños con asma en los centros escolares. Entre marzo de 2009 y junio de 2010 se desarrolló en nueve comunidades españolas un estudio descriptivo de prevalencia en el medio escolar, a través de un cuestionario autocumplimentado dirigido a profesores del segundo ciclo de educación infantil, primaria y secundaria obligatoria (estudio sobre el asma en los centros escolares españoles (EACEE)). Los resultados obtenidos confirman que el nivel de conocimiento de los profesores sobre asma es bajo y que existe una muy deficiente comunicación entre las familias y los profesores, así como una notable falta de recursos organizativos y materiales para el cuidado de estos niños en los centros escolares (18).

Planes de acción

En cuanto a la utilización de planes de acción escritos, se han encontrado siete revisiones, en tres de las cuales se compara la efectividad de utilizar un plan de acción escrito frente a no utilizarlo. La primera revisión (273) señala algunos resultados positivos de los planes de acción escritos en niños, aunque se basa en un sólo estudio. Las otras dos (en adultos) (274, 275) identifican pocos estudios y no encuentran beneficios.

En cuanto al tipo de plan de acción utilizado, se han encontrado cinco revisiones (273-277) que comparan la utilización de planes de acción basados en síntomas frente a planes basados en pico flujo, encontrando resultados similares, aunque también se señala que los niños prefieren planes de acción basados en síntomas. Otra revisión (278) encontró que los planes que especifican cuándo y cómo se debe modificar el tratamiento se asocian con una mejora de la función pulmonar, la reducción de hospitalizaciones y visitas a urgencias y el aumento del número de días sin asma.

Para concluir, los autores (262) afirman que la evidencia más fuerte es a favor de la educación en el automanejo en niños (263-265). No obstante, la educación en el automanejo (SME) puede ser muy variable en cuanto a sus componentes (si bien la mayoría incluyen medidas preventivas de evitación de alérgenos y planes de acción para las crisis), los métodos (educación individual, grupal, juegos, etc.), el contexto de la intervención y el perfil del educador o la duración e intensidad de los programas educativos, entre otros.

Los autores señalan también que la evidencia acerca de la efectividad de programas concretos, como el WAAP (Written Asthma Action Plan) de la NAEPP, es insuficiente, puesto que hay pocos estudios y éstos son de baja calidad.

En la Guía de Práctica Clínica sobre Asma de Osakidetza/Servicio Vasco de Salud de 2005 (21) se recomendaba ofrecer a los niños y adolescentes un programa educativo que incluya un plan de acción escrito, automonitorización y examen médico regular. También se señalaba que en niños podía ser preferible utilizar planes de acción basados en la medición de síntomas o síntomas y pico flujo, que constaran de dos a cuatro niveles y que incluyeran recomendaciones para el tratamiento de las exacerbaciones. También se incidía en que se debía priorizar a aquellos pacientes con mal control de asma, asma más grave o aquellos que han sufrido ingresos hospitalarios.

En esta guía no se valoró la eficacia de la telemonitorización ni el papel del adolescente como paciente activo para la mejora del control de adolescentes con asma.

Lo que dicen las Guías de Práctica Clínica Base

La guía SIGN (45) recomienda que se debería ofrecer una educación de automanejo enfocada a las necesidades individuales del paciente y que debería reforzarse con un plan de acción personalizado, puesto que en pacientes con asma severa se ha encontrado una reducción en el número de hospitalizaciones y visitas a urgencias (evidencia buena para pacientes de atención especializada con enfermedad moderada-severa y para los que han tenido exacerbaciones recientes). También se señala que los pacientes deberían recibir planes de acción personalizados por parte de los médicos que tienen experiencia en el manejo del asma.

Por otro lado, se describe el contenido que debería incluir un programa de educación/discusión.

La guía GEMA (46) recomienda que los pacientes con asma deben seguir un programa de educación formal, señalando las actividades que el médico debe realizar en cada visita médica.

Ninguna de las guías especifica si es mejor utilizar un plan basado en síntomas o en medición del pico flujo.

En cuanto al papel de los centros educativos en la educación y el control de niños con asma, la guía SIGN indica que para adolescentes con asma, los school based clinics pueden mejorar el cumplimiento de las revisiones, aunque la integración de éstos con la atención primaria es esencial. También se señala que en el caso de adolescentes con asma deberían considerarse las «tutorías entre iguales».

Por último, en relación a las intervenciones educativas en niños con alto riesgo de visita a urgencias, la guía SIGN indica que la evidencia es particularmente buena para pacientes de atención especializada con enfermedad moderada-severa y para los que han tenido exacerbaciones recientes.

¿Cuál es el mejor plan de acción escrito para niños con asma: el plan basado en síntomas o el plan basado en la medición de pico flujo?

Evidencia científica

Existe una revisión Cochrane (277) que indica que aunque no hay ensayos clínicos acerca del beneficio de proporcionar o no un plan de acción escrito a niños con asma, sí se han identificado cuatro ECA que comparan el efecto de los planes de acción escritos basados en síntomas frente a los planes escritos basados en la medición del pico flujo.

Se observa que los niños que siguen un plan de acción basado en síntomas realizan un menor número de visitas a urgencias que los que siguen un plan de acción basado en la medición del pico flujo, siendo el RR de 0,73 (IC95% de 0,55 a 0,99).

Calidad
alta

Para el resto de resultados, como por ejemplo, el número de pacientes que requieren al menos un curso de glucocorticoides al año o el número de pacientes hospitalizados, no se encontraron diferencias significativas entre grupos.

Calidad
baja

Resumen de la evidencia

Calidad
baja
Los niños con planes de acción basados en síntomas realizan un menor número de visitas a urgencias que los niños con planes de acción basados en la medición de pico flujo, aunque para el resto de desenlaces no se han encontrado diferencias significativas (277).

De la Evidencia a la recomendación

Los aspectos que han determinado la fuerza y la dirección de esta recomendación han sido los siguientes:

  1. La calidad global de la evidencia es baja.Los niños con planes de acción basados en síntomas tienen menos visitas a urgencias, aunque en el resto de variables no hay diferencias estadísticamente significativas.
  2. El balance entre beneficios y riesgos: Los beneficios superan ligeramente los riesgos/inconvenientes.El plan basado en síntomas tiene mejores resultados en salud, es más simple, lo que puede facilitar la adherencia, y es más barato.
  3. Valores y preferencias de pacientes y/o sus ciudadores: Probable incertidumbre y variabilidad en la opinión sobre los desenlaces.En el grupo focal realizado, no se pudo obtener información al respecto
  4. Costes y uso de recursos: Los costes son bajos en relación a los beneficios.El plan de acción basado en la medición del pico flujo requiere de un medidor para poder realizar las mediciones.Por lo tanto, además de la preferencia en niños asmáticos de la utilización de los planes basados en síntomas, estos, resultan más baratos y más fáciles de realizar.

Recomendaciones

Fuerte
En niños y adolescentes se recomienda utilizar los planes de acción escritos basados en síntomas con respecto a los basados en la variación del pico flujo.

¿Cuál es el papel de los centros educativos en la educación y control de los niños con asma?

Evidencia científica

Aunque existe otra revisión más actual (279), se ha seleccionado la revisión de Coffman et al. (272), y de los resultados que ofrece esta revisión, sólo se han incluido los datos obtenidos en los ensayos clínicos.

Nueve de los 13 ensayos incluidos en la revisión describen la gravedad del asma de los niños intervenidos, situándose el porcentaje de pacientes con asma moderado-severo entre el 9 y el 62%. Además, existe una variabilidad entre los ECA en cuanto a quién va dirigida la intervención, ya que en muchos casos ésta no sólo va dirigida a los niños, sino también a padres y a educadores, entre otros.

La revisión concluye que los programas educativos que se desarrollan en el contexto escolar aumentan el conocimiento, la auto-eficacia y el auto-manejo del niño con asma (ver figura 1).

Calidad
baja

Figura 1. Nº de estudios con resultados que favorecen la educación basada en los centros educativos

Sin embargo, los resultados en salud son menores consistentes. Así, aunque cuatro de los seis estudios señalan que la calidad de vida de los niños mejora tras la intervención, los resultados en relación al número de días y noches sin síntomas y el absentismo escolar no son tan claros.

En esta revisión se concluye que las intervenciones basadas en los centros educativos mejoran el conocimiento, la autoeficacia y el automanejo de los niños con asma, pero que ellas solas pueden ser insuficientes para mejorar la salud de los niños, por lo que la educación del asma debería estar integrada en un enfoque más global de la asistencia sanitaria.

En la búsqueda de estudios individuales posteriores a la revisión se han encontrado cuatro ensayos clínicos sobre la realización de intervenciones en centros educativos (280-283). Los resultados de estos ensayos no han sido incluidos en la tabla GRADE, porque van en la misma dirección que lo descrito en la revisión.


Calidad
muy baja

Resumen de la evidencia

Calidad
baja
Las intervenciones en los centros educativos mejoran el conocimiento y habilidades de los niños con asma. Sin embargo, los resultados en salud no son concluyentes (272).

De la Evidencia a la recomendación

Los aspectos que han determinado la fuerza y la dirección de esta recomendación han sido los siguientes:

  1. La calidad global de la evidencia es baja.Las intervenciones en los centros educativos mejoran el conocimiento y habilidades de los niños con asma pero los resultados en salud no son concluyentes.
  2. El balance entre beneficios y riesgos: Los beneficios superan ligeramente los riesgos/inconvenientes.Las intervenciones en los centros educativos mejoran el conocimiento y habilidades de los niños con asma, aunque la heterogeneidad de los estudios no permita deducir cuál es el tipo de intervención más eficaz, sobre todo en cuanto a los resultados en salud.
  3. Valores y preferencias de pacientes y/o sus ciudadores: Poca incertidumbre y opiniones similares sobre los desenlaces.De los datos del estudio cualitativo realizado en nuestro contexto se extrajo la importancia de la educación y los problemas con los que las madres/padres se encontraban en los centros educativos, sobre todo en aquellos niños con asma más grave.
  4. Costes y uso de recursos: Los costes son altos en relación a los beneficios.Los costes van a depender en gran medida de la intervención que se realice. De todas formas intervenciones sencillas (empezar formando a profesores) con los recursos que ya existen en nuestro contexto (existe un programa de salud escolar que se cubre con enfermeras de AP) no supondrían costes elevados e incidirían en una mejora de la atención del niño asmático.Por lo tanto, hay estudios que demuestran que las intervenciones en los colegios, mejoran el conocimiento y las habilidades de los niños con asma. Además, hay que tener en cuenta que el centro educativo es el lugar en el que los niños pasan mayor parte del día, que en nuestro contexto los colegios no cuentan con personal sanitario y que, por consiguiente, son los profesores los responsables de atender al alumno. Estos hechos confirman la necesidad de que los colegios cuenten con personal formado adecuadamente para poder antender al niño asmático en situaciones específicas.

Recomendaciones

Débil
Se sugiere la realización de intervenciones educativas en los centros educativos para mejorar el automanejo y el conocimiento tanto de los niños y adolescentes asmáticos como de los profesores y de sus padres.

¿Es eficaz la tutoría entre iguales en adolescentes con asma para mejorar el control de la enfermedad?

Evidencia científica

No existe una revisión sistemática que aborde esta pregunta, aunque sí se han identificado tres ECA (dos de ellos de tipo cluster) que valoran la eficacia de la tutoría entre iguales para mejorar el control o la calidad de vida de los adolescentes con asma (284-286).

Dos de los tres estudios (284, 285) se basan en el Triple A program, programa de educación por iguales dirigido a adolescentes con asma (287), y que consta de tres fases. En la primera fase se imparten tres workshops de 90 minutos a adolescentes voluntarios de 11 años de edad (asmáticos o no) para ser peer leaders; a continuación, los peer leaders imparten por pares tres sesiones sobre asma de 45 minutos a los niños de 10 años de su centro educativo, mediante discusiones de grupo, vídeos y juegos; y por último, los niños de 10 años hacen pequeñas representaciones (de tres a cinco minutos) a los niños de siete años, al personal del centro educativoy a los padres en un evento que se organiza para tal fin.

Shah et al. (284) implementaron el Triple A program en seis centros educativos y recogieron los datos sobre asma de los niños que habían tenido sibilancias de forma reciente. El segundo estudio (285) utiliza una adaptación de este programa e incluye a niños de ocho a 10 años de edad. En este caso, selecciona de forma aleatoria cuatro centros educativos (dos femeninos y dos masculinos), se reportan los resultados de forma conjunta para todos los niños y se concluye que la educación por iguales puede ser una estrategia útil para la promoción de la salud en los colegios de Jordania (285).

Como desventaja, cabe destacar que en el Triple A program el grupo control no recibe ninguna intervención, por lo que no se puede saber con certeza si los efectos positivos del programa se deben a la información recibida o al formato en la que ésta se presenta y no a que la intervención la impartieran adolescentes.

Recientemente se ha publicado el primer estudio que realiza una intervención educativa con peer leaders para adolescentes de 13 a 17 años de edad fuera del ámbito escolar. En este caso, el grupo control recibe la misma información y en el mismo formato, aunque la única diferencia entre los grupos está en que en el grupo control la intervención la proporcionan personas adultas (profesionales de la salud) (286). En cuanto a las limitaciones del estudio, los autores indican que aunque en ambos grupos la intervención se realiza en un día de campamento, en el grupo con peer leaders se trata de mantener un contacto mensual. Además, debido al muestreo condicional utilizado para la selección de los participantes, los autores encuentran diferencias en las actitudes y el estatus económico de los adolescentes que participan y no participan en el estudio, diferencias que pueden afectar a la validez de los resultados.

En cuanto a la calidad de vida, los tres estudios encuentran diferencias significativas a favor de la tutoría entre iguales. Shah et al. 2001 encontraron que tras ajustar por edad y sexo, la puntuación media del PAQLQ mejoraba de forma significativa en los adolescentes con tutoría entre iguales, siendo el porcentaje de niños con una diferencia clínicamente importante un 12,5% mayor (IC95% de 2,8 a 22,1). En el estudio de Al-Sheyab et al. 2012, la diferencia en la puntuación media fue de 1,35 (IC95% de 1,04 a 1,076) a favor del grupo de la intervención, y en Rhee et al. 2012 se observa una mejora significativa en ambos grupos, aunque ésta es mayor para el grupo de intervención, tanto seis (DM de 11,38; IC95% de 0,96 a 21,79) como nueve meses después de la intervención (DM de 12,97; IC95% de 3,46 a 22,48).

Calidad
baja

El absentismo escolar disminuye de forma significativa en los niños de 10 años con tutoría entre iguales (de ocho a cinco días) frente a los niños del grupo control (de 5,5 a 4 días) (284).

Calidad
baja

Los ataques de asma en el centro educativo aumentan en los niños de 10 años del grupo control (27) (del 21,2% de los niños al 34,8% al final del estudio) y no así en el grupo intervención (del 24,2% de los niños al 25,8% al final del estudio). En lo que respecta a la función pulmonar, no se encontraron diferencias significativas (284, 286).

Calidad
baja

En relación a la autoeficacia para no fumar, se encuentra una DM de 4,63 (IC95% de 2,93 a 6,35) puntos para los adolescentes con tutoría entre iguales sobre una puntuación total de 16 (28); y la DM para la puntuación obtenida por el cuestionario sobre el automanejo del asma es de 1,6 (IC95% de 1,15 a 2,19) sobre una puntuación máxima de 12 (285).

Calidad
baja

Rhee et al. recogieron cuestionarios anónimos de los adolescentes que participaron en el estudio y observaron que aquellos que recibieron tutoría entre iguales indicaban haber tenido una experiencia más positiva (288).

Calidad
baja

En cuanto a las visitas a urgencias, se observa una reducción del número en el grupo que recibe tutoría entre iguales frente al grupo control (289).

Calidad
baja

Resumen de la evidencia

Calidad
baja
La educación por iguales mejora la calidad de vida de los adolescentes y puede producir un menor absentismo escolar y visitas a urgencias (284-286).

De la Evidencia a la recomendación

Los aspectos que han determinado la fuerza y la dirección de esta recomendación han sido los siguientes:

  1. La calidad global de la evidencia es baja.La educación por iguales mejora la calidad de vida de los adolescentes y puede producir un menor absentismo escolar y visitas a urgencias, aunque la evidencia es de baja calidad.
  2. El balance entre beneficios y riesgos: Los beneficios superan los riesgos/inconvenientes.La tutoría entre iguales puede mejorar la calidad de vida y el control de asma en los adolescentes.
  3. Valores y preferencias de pacientes y/o sus ciudadores: Poca incertidumbre sobre la opinión que pueden tener los pacientes y/o sus cuidadores y opiniones similares de los mismos sobre los desenlaces.Existe investigación cualitativa que indica que los adolescentes prefieren las autorías por iguales a intervenciones realizadas por profesionales sanitarios y otros.
  4. Costes y uso de recursos: Los costes son altos en relación a los beneficios.Rhee et al. 2012 hacen un análisis de costes para valorar el ahorro que supondría la tutoría entre iguales en comparación a la intervención realizada por adultos en función de la utilización de recursos sanitarios, concluyendo que se pueden ahorrar costes porque se reduce el número de visitas a urgencias.Implementar la tutoría entre iguales puede suponer unos costes muy altos, aunque parece que puede tener sus beneficios en este grupo de pacientes.Por lo tanto, el grupo de adolescentes es el grupo de edad que peores resultados de asma tiene y existe evidencia cualitativa que indica que éstos prefieren a sus iguales para recibir información con respecto a su enfermedad.

Recomendaciones

Débil
Se sugiere la tutoría entre iguales para adolescentes con asma como estrategia para mejorar el manejo de su enfermedad.

¿Es eficaz la intervención educativa en niños con alto riesgo de visita a urgencias o ingreso hospitalario?.

Evidencia científica

La revisión Cochrane que responde a esta pregunta (268) incluye 38 ECA que difieren, entre otros aspectos, en el lugar en el que se realiza la intervención. Así, siete de los ECA realizan la intervención en el hospital, cuatro la realizan en centros denominados community education centres, 10 lo hacen en el hogar, uno en el colegio, seis ECAs en un outpatient clinic y ocho combinan el hospital o la clínica y el hogar.

La duración de la intervención también varía entre estudios, situándose entre los 20 minutos y los 12 meses. La elección de cuándo hacer la intervención y de cuándo valorar los resultados (a corto, medio o largo plazo) eran otras fuentes de variación entre los estudios; sin embargo, ninguna de ellas explica la heterogeneidad estadística de los resultados.

La revisión concluye que la educación sobre asma en niños y cuidadores que se presentan en urgencias por una exacerbación puede disminuir el riesgo de futuras visitas a urgencias, (RR de 0,73 (IC95% de 0,65 a 0,81)) y de hospitalizaciones, RR de 0,79 (IC 95% de 0,69 a 0,92), y que no hay diferencias en el abandono del estudio entre grupos, RR de 0,95 (IC95% de 0,83 a 1,09).

Calidad
moderada

En cuanto al resto de desenlaces (calidad de vida, síntomas, uso de medicación de rescate y funcion pulmonar) hay muy pocos datos y los autores indican que no hubo diferencias significativas entre grupos. Además, tampoco está claro el tipo, la duración y la intensidad que tienen que tener los programas educativos para reducir de forma eficaz la utilización de los servicios de urgencias.

En la búsqueda de estudios originales recientes se han identificado cinco ECA relacionados con esta pregunta (290-294). Sin embargo, no se han incluido en la tabla GRADE porque los resultados van en la misma dirección que lo anteriormente descrito.

Calidad
muy baja

Resumen de la evidencia

Calidad
moderada
Las intervenciones educativas en los niños con alto riesgo de visita a urgencias disminuyen el uso de recursos, los costes en salud y mejoran la calidad de vida del niño (268).

De la Evidencia a la recomendación

Los aspectos que han determinado la fuerza y la dirección de esta recomendación han sido los siguientes:

  1. La calidad global de la evidencia es moderada.Realizar intervenciones educativas en niños con riesgo de visita a urgencias disminuye el número de visitas posteriores a urgencias, el número de hospitalizaciones y visitas no programadas.
  2. El balance entre beneficios y riesgos: Los beneficios superan los riesgos/inconvenientes.Las intervenciones educativas en niños con alto riesgo de visitas a urgencias son altamente beneficiosas, aunque no se puede definir cuál es la intervención más eficaz (heterogeneidad de los estudios).
  3. Valores y preferencias de pacientes y/o sus ciudadores: Poca incertidumbre y opiniones similares sobre los desenlaces.No se ha obtenido información al respecto en el grupo focal.
  4. Costes y uso de recursos: Los costes son bajos en relación a los beneficios.Los costes de la intervención dependerá de lo que se quiera hacer. Sin embargo, parece que los beneficios son importantes, sobre todo en relación a nuevas visitas a urgencias y hospitalizaciones.Por lo tanto, en los niños con alto riesgo de visitas a urgencias, aprovechar cualquier oportunidad de contacto con el sistema sanitario para realizar una intervención educativa, reduce significativamente el número de visitas a urgencias, produciendo una reducción de uso de recursos, costes de salud y mejora de la calidad de vida del niño.

Recomendaciones

Fuerte
Se recomienda realizar intervenciones educativas en aquellos niños con asma y con alto riesgo (que han sido ingresados o con vistas a urgencias). Esta intervención educativa se podría realizar antes del alta médica en el hospital, así como en la visita a urgencias o en la consulta de atención primaria o especializada.

Bibliografía  8. Intervenciones educativas

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