Documentar la variabilidad de la práctica clínica, analizar sus causas y adoptar estrategias orientadas a eliminarla, han demostrado ser iniciativas que fomentan la toma de decisiones efectivas y seguras, centradas en los pacientes, por parte de los profesionales sanitarios. Entre dichas estrategias destaca la elaboración de Guías de Práctica Clínica (GPC), «conjunto de recomendaciones basadas en una revisión sistemática de la evidencia y en la evaluación de los riesgos y beneficios de las diferentes alternativas, con el objetivo de optimizar la atención sanitaria a los pacientes».
Entre las prioridades del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, se encuentra consolidar la elaboración de GPC, coordinada desde GuíaSalud, en el marco de la Red Española de Agencias de Evaluación de Tecnologías Sanitarias y Prestaciones del Sistema Nacional de Salud (SNS).
Es en este contexto en el que se enmarca la presente Guía de Práctica Clínica sobre Tratamiento de la Insuficiencia Cardíaca Crónica.
La insuficiencia cardiaca se podría definir como una anomalía estructural o funcional del corazón que condiciona un fallo en el aporte del oxígeno necesario a los tejidos, o la necesidad de unas presiones de llenado anormalmente elevadas para hacerlo.
La insuficiencia cardiaca es una enfermedad, que por su gran prevalencia e impacto sobre la salud de las poblaciones ha sido y es objeto de amplio y continuado estudio e investigación.
En España, al igual que en otros países industrializados, la insuficiencia cardiaca es la primera causa de hospitalización entre los pacientes mayores de 65 años, llegando a suponer el 3% de todos los ingresos hospitalarios.
Esta GPC, orientada exclusivamente a la insuficiencia cardiaca crónica, responde a 10 preguntas clínicas identificadas entre aquellos aspectos no tratados o sin resolver en guías recientes, siendo conscientes de que acotar el alcance puede implicar que algún aspecto importante no haya quedado incluido. Entre los temas abordados, se encuentra el tratamiento farmacológico en pacientes mayores de 65 años con disfunción sistólica, en pacientes con fracción de eyección preservada o ligeramente deprimida. Así mismo se plantean aspectos del tratamiento no farmacológico como el control temprano tras el alta hospitalaria, las medidas higiénico dietéticas, la monitorización mediante péptidos natriuréticos para control de tratamiento farmacológico, los programas de telemedicina, la de la rehabilitación cardiaca basada en el ejercicio y la de los desfibriladores automáticos implantables en mayores de 65 años.
Esta guía es el resultado del gran esfuerzo realizado por un grupo de profesionales sanitarios pertenecientes a distintas especialidades y sociedades científicas, y representantes de varias Sociedades Científicas implicadas en esta enfermedad.
Desde la Dirección General de Salud Pública, Calidad e Innovación agradecemos a todas estas personas el trabajo realizado y esperamos que pueda ayudar a profesionales y pacientes en la toma de decisiones, mejorando la atención sanitaria y la calidad de vida de las personas con insuficiencia cardiaca.
ELENA ANDRADAS ARAGONÉS
Directora General de Salud Pública, Calidad e Innovación