En
6. Tratamiento farmacológico

6.1. Tratamiento farmacológico en prevención primaria

Preguntas a responder:

  • ¿Cuál es el tratamiento hipolipemiante más efectivo en la prevención de enfermedad cardiovascular?

Los hipolipemiantes son un grupo de fármacos que por diferentes mecanismos mejoran el perfil lipídico disminuyendo el riesgo de sufrir un evento cardiovascular, tanto en prevención primaria como secundaria.

Con esta pregunta lo que se pretende es conocer cuál de estos fármacos es el más efectivo en reducir el riesgo de desarrollar enfermedad cardiovascular.

Evidencia

La guía NICE16 recomienda en prevención primaria la utilización de estatinas en personas con un riesgo cardiovascular superior o igual al 20% a los 10 años, recomendado iniciar tratamiento con simvastatina 40 mg. La GPC de Osakidetza14, recomendaba la utilización de estatinas a dosis bajas-moderadas.

Desde la publicación de la guía de Osakidetza, se han publicado varios metaanálisis que valoran la eficacia de las estatinas en población general en prevención primaria de enfermedad cardiovascular que, a pesar de referir un modesto beneficio en la reducción de eventos cardiovasculares, manifiestan resultados contradictorios en la reducción de la mortalidad total. Esta discordancia puede deberse a la inclusión de pacientes en prevención secundaria, a diferencias en la proporción de pacientes sin enfermedad cardiovascular, diabéticos o mujeres incluidos en la selección de ensayos interrumpidos prematuramente, en el tiempo de seguimiento, las definiciones de objetivos y de enfermedad (algunos estudios no tienen como objetivo la disminución de eventos clínicos).

A este respecto la colaboración Cochrane publicó en 2011176 una revisión sobre el tema, cuyos resultados fueron actualizados en 2013101 con la inclusión de cuatro nuevos estudios. Los resultados que se han tenido en cuenta para la valoración de la calidad de la evidencia han sido los que se publican en dicha actualización.

Los resultados de ambas RS fueron concordantes pero sus conclusiones distintas. En la RS 2013 se observa una reducción de la mortalidad total (OR 0,86; IC95% de 0,79 a 0,94; NNT 96), eventos coronarios (RR 0,73; IC95% de 0,67 a 0,80; NNT 56), eventos cardiovasculares (RR 0,75; IC95% de 0,70 a 0,81; NNT 49 (40-66) a los 5 años), de ictus (RR 0,78; IC95% de 0,68 a 0,89) (NNT 155 (106-309) a los 5 años), y de revascularizaciones (RR 0,62; IC95% de 0,54 a 0,72; NNT 96 (78-129)) en los pacientes tratados con estatinas vs placebo. No se encontró un exceso de riesgo de cáncer, rabdomiolisis, miopatía ni de ictus hemorrágico entre los pacientes en tratamiento con estatinas, aunque si se observó un aumento del riesgo de incidencia de diabetes (RR 1,18; IC95% de 1,01 a 1,39; NNH 99 (de 46 a 1778) a los 5 años).

Mientras que en la RS del 2011 los autores concluyen que, a pesar de los resultados, sólo hubo pruebas limitadas que indicaban que la prevención primaria con estatinas podía ser eficaz en función de los costes y mejorar la calidad de vida del paciente y que se debía tener cuidado al prescribir estatinas para la prevención primaria a personas con bajo RCV, en la actualización de 2013 se concluye que la evidencia apoya el beneficio de las estatinas en prevención primaria, incluso en pacientes con bajo riesgo. Esta conclusión se basa en los resultados de la revisión del Colesterol Treatment Trialist’ Collaborators (CTT)100 de 2012.

Este metaanálisis100, que incluyó ensayos clínicos tanto en prevención primaria como secundaria con datos de pacientes individuales, se realizó con el objetivo de conocer el efecto de las estatinas en pacientes de bajo riesgo. Según los datos de este estudio, las estatinas reducen el riesgo de eventos vasculares mayores (infarto de miocardio no fatal, muerte coronaria, ictus, o revascularización coronaria) con un RR de 0,79 (IC95% de 0,77 a 0,81), independientemente de la edad, sexo o nivel de c-LDL basal.

Esta reducción también se produce en los grupos de riesgo de enfermedad CV<5% y <10% a los cinco años, a expensas sobre todo de la reducción en IAM no fatales y revascularizaciones (35% de los eventos vasculares mayores). En los datos agregados de todos los participantes sin historia de enfermedad cardiovascular, las estatinas reducen el riesgo de mortalidad vascular (RR 0,85; IC95% de 0,77 a 0,95) y mortalidad total (RR 0,91; IC95% de 0,85 a 0,97)177. Sin embargo, la reducción de la mortalidad vascular no se produce en los grupos de menor riesgo (<5% y <10% a los 5 años).

Además, los resultados del CTT se limitan a los pacientes en los que se da una reducción del nivel de LDL de 1mmol/L, variable impredecible que no puede ser utilizada para sugerir qué población se beneficiará del tratamiento. Así, no puede descartarse que personas sin esas reducciones también se beneficien del mismo.

Los datos de mortalidad total son los que generan un mayor grado de discordancia. Sólo el metaanálisis de Ray et al.178 fue diseñado para analizarse esta variable de resultado final. En una población de 65.229 participantes no se encontró evidencia del beneficio de las estatinas en mortalidad por cualquier causa (RR 0,91; IC95% de 0,83 a 1,01) en una situación de prevención primaria en sujetos de alto riesgo. Los autores de este metaanálisis excluyeron de los estudios de prevención primaria los pacientes con ECV clínicamente manifiesta (3659 pacientes) a partir de datos previamente no publicados obtenidos de los autores de los estudios, proporcionando de esta manera una estimación más segura del efecto de las estatinas en esta población. El metaanálisis del Therapeutics Letter179 también mostró una reducción no significativa de la mortalidad total (RR 0,93; IC95% de 0,86 a 1,00).

Estos resultados contrastan con los obtenidos en otros metaanálisis100, 101, 176, 180-182. El metaanálisis de Mills180 encontró una reducción de la mortalidad total (RR 0,93; IC95% de 0,87 a 0,99), mortalidad cardiovascular (RR 0,89; IC95% de 0,81 a 0,98) y eventos CV mayores (RR 0,85; IC95% de 0,77 a 0,95) en los pacientes en tratamiento con estatinas en comparación con placebo. Sin embargo, cuando examinan los estudios que informan de la ocultación de la asignación en la meta-regresión (10 de 20 estudios), el efecto terapéutico tanto en la mortalidad CV como en la mortalidad total desaparece (RR 1,14; IC95% de 1,23 a 1,09). La inclusión de pacientes con y sin enfermedad cardiovascular previa así como la inclusión de ensayos con interrupción prematura antes del tiempo previsto, puede haber llevado a una sobrestimación de los beneficios de las estatinas en la mortalidad total en prevención primaria. En general, los metaanálisis no evalúan los daños asociados a las estatinas (miopatía, disfunción hepática, incidencia de diabetes).


Calidad
moderada
para todas
Calidad
moderada-
baja

Resumen de la evidencia

Calidad moderada El tratamiento con estatinas en prevención primaria reduce el riesgo de mortalidad total, de eventos coronarios, eventos cardiovasculares, ictus y revascularizaciones en comparación con placebo. No se encontró un exceso de riesgo de cáncer, rabdomiolisis, miopatía ni de ictus hemorrágico entre los pacientes en tratamiento con estatinas, aunque si se observó un aumento del riesgo de incidencia de diabetes85.

De la Evidencia a la recomendación

Los aspectos que han determinado la fuerza y dirección de estas recomendaciones, han sido los siguientes:

  1. La calidad global de la evidencia es: moderada

    El tratamiento con estatinas en prevención primaria reduce el riesgo de eventos coronarios, eventos cardiovasculares y revascularizaciones. También reduce el riesgo de ictus, aunque en menor magnitud que los eventos coronarios, y podría reducir el riesgo de mortalidad total. Sin embargo, para esto último los datos son contradictorios.

    No se encontró un exceso de riesgo de cáncer, rabdomiolisis, miopatía ni de ictus hemorrágico entre los pacientes en tratamiento con estatinas, aunque si se observó un aumento del riesgo de incidencia de diabetes.

  2. El balance entre beneficios y riesgos: beneficios superan los riesgos/ inconvenientes.

    En prevención primaria de enfermedad cardiovascular debe tenerse en cuenta el riesgo cardiovascular basal del paciente para inicio del tratamiento.

  3. Valores y preferencias de pacientes y/o sus cuidadores: probable incertidumbre y variabilidad en la opinión sobre los desenlaces.

    Además de los posibles efectos adversos (aumento del riesgo DM, de miopatía,…) existen otros factores relacionados con las expectativas e intereses de los pacientes que deben ser tenidos en cuenta.

  4. Costes y uso de recursos: los costes son altos en relación a los beneficios.

    Los costes están en el límite en relación a los beneficios.

    Por lo tanto, aunque la utilización de estatinas en pacientes de alto riesgo reduce los eventos coronarios y probablemente la mortalidad, su beneficio en personas de bajo-moderado riesgo no está claramente establecido. Hay que tener en cuenta que aunque las estatinas han demostrado su efecto beneficioso en prevención primaria, en las personas con una prevalencia de enfermedad vascular baja, el beneficio se reduce, por lo que es necesario tratar a muchas personas para beneficiar a unas pocas. En personas con un riesgo <10% a los 10 años el NNT para eventos vasculares mayores es de 167177. Además, no hay que olvidar que se desconocen los efectos a largo plazo y que el riesgo de efectos adversos, aunque sean poco frecuentes, pueden ser importantes en población de bajo riesgo.

Recomendaciones

Fuerte Se recomienda establecer medidas de prevención primaria con estatinas a dosis bajas-moderadas en las personas entre 40 y 75 años con niveles de RCV >15% según la ecuación de REGICOR. La indicación de tratamiento farmacológico debe ir precedida y/o acompañada de recomendaciones en el estilo de vida cardiosaludable.
Fuerte Se recomienda considerar medidas de prevención primaria con estatinas a dosis bajas-moderadas en las personas entre 40 y 75 años con niveles de RCV entre el 10 y el 15% según la ecuación de REGICOR. El inicio de tratamiento debe realizarse tras intervención sobre otros factores de riesgo cardiovascular (HTA, tabaquismo etc).
Fuerte Se recomienda establecer medidas de prevención primaria con estatinas a dosis bajas-moderadas en las personas entre 40 y 75 años con niveles de RCV entre el 10 y el 15% según la ecuación de REGICOR y ante la presencia de otros factores de riesgo cardiovascular no modificables (antecedentes familiares de muerte coronaria prematura, antecedentes familiares de hipercolesterolemia familiar, evidencia preclínica de arteriosclerosis).
Se sugiere establecer medidas de prevención primaria con estatinas a dosis bajas-moderadas en pacientes con cifras de colesterol superiores a 320 mg/dl y/o a 230 mg/dl de c-LDL
Fuerte Se recomienda no iniciar tratamiento con estatinas a dosis bajas-moderadas en personas con niveles de RCV < 10% según la ecuación de REGICOR.
Se recomienda promover/insistir en las medidas no farmacológicas y reducir la dosis o cambiar de estatinas en los pacientes que teniendo indicación de tratamiento con una estatina en prevención primaria no las toleren.

6.2. Tratamiento farmacológico en prevención secundaria

Preguntas a responder:

  • ¿Cuándo hay que iniciar el tratamiento con estatinas en pacientes con síndrome coronario agudo?
  • ¿Cuándo hay que iniciar el tratamiento con estatinas en pacientes con accidente cerebrovascular agudo?
  • ¿Cuándo hay que tratar con estatinas a pacientes con enfermedad arterial periférica?
  • ¿Cuál es la dosis de estatinas que hay que utilizar para el tratamiento en prevención secundaria?
  • ¿Cuál es el tratamiento hipolipomiante más efectivo después de la estatina en prevención secundaria?

En la actualidad, no hay duda de que el tratamiento con estatinas en prevención secundaria es eficaz en reducir el riesgo de morbimortalidad cardiovascular. Sin embargo, existen ciertas cuestiones en relación a cuándo se debe iniciar el tratamiento, las dosis que hay que utilizar y cuáles son los fármacos más efectivos después de las estatinas, para las cuales es necesario realizar una revisión de la evidencia.

De ahí el planteamiento de las preguntas que se formulan en este capítulo.

¿Cuándo hay que iniciar el tratamiento con estatinas en pacientes con síndrome coronario agudo?

Evidencia científica

Según la GPC de NICE, en el síndrome coronario agudo la decisión de iniciar el tratamiento con estatinas debe de realizarse después de haber informado y discutido entre médico y paciente los riesgos y los beneficios del tratamiento, teniendo en cuenta otros aspectos como la comorbilidad y la expectativa de vida. Cuando se ha tomado la decisión de prescribir una estatina, el tratamiento se debe iniciar con un fármaco con un bajo coste de adquisición (teniendo en cuenta la dosis diaria necesaria y el precio del producto por dosis).

La GPC de Osakidetza recomienda que, con independencia de las cifras basales de CT y c-LDL, en los individuos que son dados de alta tras un síndrome coronario agudo se inicie el tratamiento con estatinas a dosis moderadas.

En una revisión sistemática se observa que aunque la iniciación de la terapia con estatinas dentro de los 14 días siguientes a la aparición del síndrome coronario agudo produce tendencias favorables, no reduce significativamente los resultados de la variable compuesta principal (muerte, infarto de miocardio o accidente cerebrovascular) al mes, a los cuatro, ni a los 12 meses de iniciar el tratamiento. Sin embargo, el inicio temprano de la terapia con estatinas reduce de forma significativa la aparición de angina inestable a los cuatro meses tras el síndrome coronario agudo y los procedimientos de revascularización a los 12 meses.

Esta revisión183 confirma que el tratamiento temprano con estatinas en el síndrome coronario agudo es seguro, incluso cuando se utilizan dosis altas de estatinas. No obstante, se debe prestar especial atención a los síntomas musculares en estos pacientes, sobre todo en los que están siendo tratados con Simvastatina 80 mg.

Calidad
moderada

Resumen de la evidencia

Calidad moderada El inicio temprano del tratamiento con estatinas a dosis moderadas o altas en el transcurso de 14 días después del SCA reduce significativamente la ocurrencia de angina inestable y de procedimientos de revascularización a los cuatro y a los 12 meses, respectivamente, aunque no reduce de forma significativa la muerte, el infarto de miocardio, ni el accidente cerebrovascular hasta los cuatro meses después del evento índice181.

De la Evidencia a la recomendación

Los aspectos que han determinado la fuerza y dirección de las recomendaciones han sido los siguientes:

  1. La calidad global de la evidencia es moderada.
  2. El balance entre beneficios y riesgos: los beneficios superan los riesgos/inconvenientes.
  3. Valores y preferencias de pacientes y/o sus cuidadores: poca incertidumbre y opiniones similares (sin variabilidad).
  4. Costes y uso de recursos: los costes son bajos en relación a los beneficios.

    Por lo tanto, aunque el inicio temprano del tratamiento con estatinas a dosis moderadas o altas en el transcurso de 14 días después del SCA no reduce de forma significativa la muerte, el infarto de miocardio, ni el accidente cerebrovascular hasta los cuatro meses después del evento índice, su efectividad en la reducción de los episodios de angina inestable justifica ampliamente la recomendación de su utilización puesto que, por el momento, con excepción de simvastatina 80 mg, se ha mostrado como una intervención segura.

Recomendaciones evidencia

Fuerte Se recomienda que, con independencia de las cifras basales de colesterol total y c-LDL, en los individuos que son dados de alta tras un síndrome coronario agudo se inicie el tratamiento con estatinas, considerándose seguras las dosis altas de las mismas, exceptuando la dosificación de simvastatina 80 mg.

¿Cuándo hay que iniciar el tratamiento con estatinas en pacientes con accidente cerebrovascular agudo?

Evidencia científica

En la GPC de NICE no hay una recomendación expresa sobre cuándo hay que iniciar el tratamiento con estatinas en pacientes con ACV, aunque en términos de prevención secundaria de enfermedad cardiovascular, se recomienda la utilización de simvastatina 40 tras una evaluación inicial de factores y hábitos de riesgo. Si no se logran alcanzar niveles de CT <4 mmol/l o de LDL-c <2 mmol/l, se debería aumentar la dosis hasta 80 mg de simvastatina o estatinas de costo y potencia similar.

En la GPC de Osakidetza se señala que en pacientes con ictus isquémico de origen aterotrombótico y sin cardiopatía isquémica, se debe iniciar tratamiento con estatinas a dosis moderadas, junto con otras recomendaciones sobre el estilo de vida. El inicio del tratamiento con estatinas debe ser independiente de la cifra basal de c-LDL. En aquellos pacientes con un ictus previo en tratamiento con estatinas que no han conseguido cifras de c-LDL < 100 mg/dl, se podría aumentar la dosis de estatinas después de informar al paciente de los beneficios y riesgos del tratamiento.

Esta recomendación se basaba en que en pacientes con ACVA y sin cardiopatia isquémica, atorvastina 80 mg produce mayor beneficio que placebo en la reducción de eventos cardiovasculares mayores (muerte coronaria, IAM no mortal y reanimación tras parada cardiaca) que en la reducción de ACVA184.

En pacientes con ACVA de origen aterotrombótico y sin cardiopatía isquémica, atorvastatina 80 mg disminuye la recurrencia de ACVA isquémico mientras que se produce un aumento de ACVA hemorrágico184,185.

Se ha identificado una revisión sistemática que ha sido utilizada para responder a esta pregunta186.

Previamente se había sugerido que las estatinas son efectivas durante la fase aguda del accidente cerebrovascular isquémico187,188, aunque en un ensayo posterior 189 no se confirmó esta hipótesis. El objetivo de la RS identificada186 era cuantificar los posibles efectos beneficiosos de las estatinas en el tratamiento agudo de los eventos cerebrovasculares isquémicos (tanto los AIT como el accidente cerebrovascular isquémico). Se incluyeron ocho ECA con 625 participantes. Los ocho estudios publicados no aportaron suficientes datos para evaluar los resultados primarios y secundarios programados. Ningún paciente murió a causa de un accidente cerebrovascular isquémico ni de los efectos adversos de los fármacos, hemorragias o infecciones a los 30 días del evento agudo entre los 444 participantes de los seis estudios que informaron sobre estos resultados. El tratamiento con estatinas no redujo la mortalidad por todas las causas a los 30 días del evento agudo en comparación con el placebo o ningún tratamiento (OR 1,51; IC del 95% de 0,60 a 3,81) en los 431 pacientes reclutados en siete estudios. No se presentaron casos de rabdomiolisis en los 274 pacientes reclutados en tres estudios.

En fecha posterior a esta revisión sistemática se ha publicado un metaanálisis de estudios observacionales y ensayos clínicos190 en el que los datos observacionales sugieren una asociación entre el tratamiento con estatinas antes de inicio del accidente cerebrovascular o dentro de las primeras 72 horas y la mejora de los resultados (mejoría funcional en la escala NIHSS a los 30 y 90 días tras el alta y disminución del riesgo de muerte desde el mes hasta el año tras el ACV), lo que es parcialmente apoyado por datos de los tres ECA. Sin embargo, los autores hacen hincapié en que no se recomienda la prescripción rutinaria de estatinas en la fase aguda de un ACV, puesto que no queda claro si el inicio de tratamiento con estatinas muy temprano después de un accidente cerebrovascular es mejor que hacerlo más tarde durante la estancia hospitalaria del paciente.

Los estudios en curso, como NEUSTART II, EUREKA y STARS07 podrían proporcionar una valiosa información sobre la eficacia y seguridad del tratamiento con estatinas en el ictus isquémico agudo en un futuro.

Calidad
baja para
todas

Resumen de la evidencia

Calidad baja Los resultados de los ensayos no aportan suficientes datos para establecer si las estatinas son seguras y efectivas en la fase aguda de los casos de accidente cerebrovascular isquémico o accidente isquémico transitorio169.

De la Evidencia a la recomendación

Los aspectos que han determinado la fuerza y dirección de las recomendaciones han sido los siguientes:

  1. La calidad global de la evidencia es baja.

    Se consideró que solo los estudios FASTER y Montaner presentaban un riesgo de sesgo bajo y moderado, respectivamente, y que el resto tenían un riesgo de sesgo elevado por desenmascarar las comparaciones.

  2. El balance entre beneficios y riesgos es incierto.

    La revisión sistemática no aclara si el inicio de tratamiento con estatinas de forma temprana después de un accidente cerebrovascular es mejor que hacerlo más tarde durante la estancia hospitalaria del paciente.

    No se produjo ningún evento de muerte a los 30 días de seguimiento ni por ACV ni por efectos del tratamiento ni en el grupo de intervención ni en el de control. Pese a estos resultados los autores concluyen que las pruebas provenientes de estos ensayos no bastan para establecer si las estatinas son seguras y efectivas durante el accidente cerebrovascular isquémico agudo o el AIT.

  3. Valores y preferencias de pacientes y/o sus cuidadores: poca incertidumbre y opiniones similares (sin variabilidad).
  4. Costes y uso de recursos: los costes están en el límite en relación a los beneficios.

    Por lo tanto, dado que los estudios no aclaran si iniciar el tratamiento con estatinas de forma temprana después de un accidente cerebrovascular es mejor que hacerlo más tarde durante la estancia hospitalaria del paciente, hasta no disponer de nuevos estudios más concluyentes, se sugiere no considerar esta opción.

Recomendaciones evidencia

Débil Se sugiere no considerar la opción de tratar con estatinas de forma temprana (en las dos primeras semanas tras el evento) a los pacientes que hayan sufrido un ACV o un AIT.

¿Cuándo hay que tratar con estatinas a pacientes con enfermedad arterial periférica?

Evidencia científica

La GPC Osakidetza recomendaba el tratamiento con estatinas a dosis moderadas en los individuos con enfermedad arterial periférica y comorbilidad asociada.

No se han identificado nuevos estudios posteriores a la GPC de Osakidetza14 que aporten nueva evidencia con respecto a la efectividad de las estatinas en la enfermedad arterial periférica (EAP). Sin embargo, en 2007 se realizó una revisión sistemática cuyo objetivo era determinar si el descenso de los niveles de lípidos era eficaz en reducir la mortalidad por todas las causas, los eventos cardiovasculares y la progresión local de la enfermedad en los pacientes con EAP191.

En esta RS no solo se evaluó la efectividad de la estatinas, sino también la de otro tipo de fármacos como fibratos, ácido nicotínico, resinas de intercambio iónico, ezetimiba, ácidos omega-3 o cualquier otro medicamento utilizado específicamente para reducir niveles de lípidos. Solo tres ECA evaluaban las estatinas de forma específica: dos con simvastatina192-194 y uno con atorvastatina195, aunque solo dos ECA193-195 demostraron que simvastatina y atorvastatina son eficaces de forma significativa en reducir eventos cardiovasculares totales, eventos coronarios totales, ACV totales y procesos de revascularización. Con respecto a estos resultados, hay que tener en cuenta que el mayor peso lo tiene el estudio HPS realizado en 6.748 pacientes entre 40 y 80 años con antecedentes de claudicación intermitente o que hubieran sufrido procedimientos de revascularización arterial periférica, amputación o reparación de un aneurisma. De estos pacientes un 60% tenía antecedentes de enfermedad coronaria, un 8% de enfermedad cerebrovascular y un 23% diabetes. Además, es preciso puntualizar que el beneficio de simvastatina en reducir los eventos cardiovasculares mayores no fue significativo en los pacientes con EAP sin diabetes, ni cardiopatía isquémica, ni ACV (RR 0,86; IC95% de 0,72 a 1,03). Si bien estos resultados eran independientes de las cifras de CT y c-LDL, los autores de esta revisión se decantan por aconsejar el tratamiento con estatinas en aquellos pacientes con EAP y cifras de CT de al menos 135 mg/dl (3,5 mmol/L), puesto que éstas eran las cifras que presentaban los pacientes incluidos en este estudio.

Calidad
alta

Resumen de la evidencia

Calidad alta En pacientes con claudicación intermitente o revascularización y comorbilidad asociada (cardiopatía isquémica, enfermedad cerebrovascular o diabetes), las estatinas han demostrado ser eficaces en la disminución de eventos cardiovasculares175-178.

De la Evidencia a la recomendación

Los aspectos que han determinado la fuerza y dirección de las recomendaciones han sido los siguientes:

  1. La calidad global de la evidencia es alta.

    Las estatinas (simvastatina) han demostrado ser eficaces en la dismunción de eventos en pacientes con claudicación intermitente o revascularización y comorbilidad asociada (cardiopatía isquémica, enfermedad cerebrovascular y diabetes), ya que el mayor peso de los resultados proviene del estudio HPS (con simvastatina).

  2. El balance entre beneficios y riesgos: los beneficios superan los riesgos/inconvenientes.
  3. Valores y preferencias de pacientes y/o sus cuidadores: poca incertidumbre y opiniones similares (sin variabilidad).
  4. Costes y uso de recursos: los costes son altos en relación a los beneficios.

    Por lo tanto, aunque simvastatina y atorvastatina han demostrado ser eficaces en la reducción de eventos cardiovasculares totales, eventos coronarios totales, ACVs totales y procesos de revascularización en pacientes con claudicación intermitente o revascularización, es preciso resaltar que estos resultados se obtuvieron en pacientes con comorbilidad asociada (con alguna intervención arterial periférica o angioplastia, amputación de alguna de las extremidades, cardiopatía isquémica, enfermedad cerebrovascular y con diabetes).

    Con respecto a la seguridad de las estatinas y aunque se analiza en su correspondiente apartado, en la RS de Aung no se recogieron los efectos secundarios de importancia en la intervención con estatinas.

Recomendaciones

Fuerte Se recomienda que en los individuos con enfermedad arterial periférica y comorbilidad asociada (cardiopatía isquémica, enfermedad cerebrovascular o diabetes) se utilicen estatinas a dosis moderadas.

¿Cuál es la dosis de estatinas que hay que utilizar para el tratamiento en prevención secundaria?

Evidencia científica

Tanto la GPC de Osakidetza como la GPC de NICE consideran la posibilidad de valorar dosis más altas de estatinas en pacientes que no logren objetivos de niveles lipídicos. La diferencia está en que la guía de NICE recomienda dosis altas de estatinas en pacientes con síndrome coronario agudo, mientras que la guía Osakidetza recomienda dosis moderadas al alta tras un síndrome coronario agudo. En cuanto a la dosis, la GPC de Osalidetza recomienda el uso de dosis moderadas de estatinas, tanto en pacientes con cardiopatía isquémica como en pacientes con ictus isquémico de origen aterotrombótico y sin cardiopatía.

Puesto que las estatinas proporcionan beneficios en pacientes con riesgo aumentado o enfermedad cardiovascular establecida, se ha argumentado que un tratamiento más intensivo con dosis más altas podría proporcionar beneficios adicionales.

Las estatinas a dosis más altas o las estatinas más potentes reducen de forma más intensa los niveles de lípidos. Sin embargo, la reducción de niveles lipídicos es una variable intermedia. La decisión sobre qué dosis de estatina utilizar debería basarse en resultados orientados al paciente. Además, las comparaciones directas entre distintas estatinas para conocer su potencia con respecto a variables clínicamente relevantes son escasas196.

Un reciente metaanálisis197, que incluye 10 ensayos clínicos con más de 40.000 pacientes en prevención secundaria de enfermedad cardiovascular y, con un seguimiento medio de 2,5 años y que compara el tratamiento intensivo (atorvastatina 80 mg) con dosis moderadas a bajas (simvastatina 20 mg, pravastatina 40 mg, lovastatina 5 mg…), no ha mostrado que el tratamiento intensivo reduzca la mortalidad por todas las causas ni la mortalidad cardiovascular. Además, no encontraron una relación lineal entre reducción de LDL y reducción de riesgo CV, tal y como sugieren otros estudios99. Sí ha mostrado reducir la variable compuesta de muerte por enfermedad coronaria más infarto de miocardio no fatal (7,1% frente 7,9%; NNT: 125 durante 2,5 años). También se redujeron los infartos no fatales y la variable compuesta de ictus fatales y no fatales.

Calidad
alta-
moderada

Este metaanálisis realiza un análisis de subgrupos de los tres ensayos incluidos con pacientes con síndrome coronario agudo (A-Z, PROVE-IT, Coliviccchi et al). En estos pacientes, sí se observó una disminución de la mortalidad por todas las causas (RR: 0,75; IC95% de 0,61 a 0,91) y mortalidad cardiovascular (RR: 0,74; IC95% de 0,59 a 0,94) con el tratamiento intensivo (simvastatina 40-80 mg, atorvastatina 80 mg) (NNT 119; IC95% de 63 a 1.364). Otros metaanálisis también han encontrado reducción de mortalidad por todas las causas en pacientes con síndrome coronario agudo en tratamiento con dosis intensivas de estatinas198,199.

Al igual que otros metaanálisis anteriores200, el metaanálisis de la CTT99 señala que las dosis intensivas reducen los eventos coronarios mayores, la revascularización coronaria y los ictus isquémicos (no los hemorrágicos o de origen desconocido, donde la diferencia es no significativa). Sin embargo, no hay ensayos que comparen directamente dosis altas de estatinas entre sí en cuanto a la reducción de eventos cardiovasculares. Igualmente se desconoce el beneficio adicional que tendría tratar con dosis altas de estatinas frente a dosis de simvastatina 40 mg o atorvastatina 40 mg.

En otro metaanálisis201 se incluyen los tres principales ECA que comparan distintas dosis de estatinas en pacientes con enfermedad cardiovascular estable (IDEAL, TNT, SEARCH), excluyendo pacientes con síndrome coronario agudo. Los resultados son concordantes, puesto que dosis altas de estatinas (atorvastatina 40-80 mg, atorvastatina 80 mg y simvastatina 80 mg) no muestran efecto sobre la mortalidad total frente a dosis de atorvastatina 10 mg, simvastatina 20-mg o simvastatina 20-40 mg), aunque sí se reduce el riesgo de eventos no mortales, fundamentalmente de infarto de miocardio (RR 0,80; IC95% de 0,73 a 0,87), RAR 1,25% (IC 95% de 0,72 a 1,77) y en menor medida de ictus (RR 0,85; IC95% de 0,76 a 0,97) y (RAR 0,58%; IC95% de 0,17 a 0,98). Sin embargo, sí se observan mayores tasas de abandono por efectos adversos en el grupo de estatinas a dosis altas (25 abandonos más por efectos adversos por cada 1.000)201. El metaanálisis de Silva202 calcula un NNH de 47 (IC95% de 35 a 68) para el abandono de tratamiento debido a efectos adversos con las estatinas a dosis intensivas en comparación con las dosis bajas. Más del 90% de los participantes de estos tres ECA mostraban buena tolerancia previa a las dosis estándar de estatinas, aunque la población con mayor riesgo de miopatía (ancianos, mujeres, pacientes con bajo IMC o con medicamentos que pudiesen interaccionar) fue excluida o estaba poco representada. A pesar de todo, en el ensayo SEARCH203 la miopatía fue más frecuente con simvastatina 80 mg frente a 20 mg (0,88% frente 0,03%; NNH: 118 durante 6,7 años; IC95% de 92 a 165). También hubo más casos de rabdomiolisis con la dosis de 80 mg (7 casos 0,12%) frente a ninguno, NNH durante 6,7 años de 862, IC95% de 495 a 3.319)203. Los aumentos de niveles de transaminasas, tres veces por encima de los niveles normales, fueron también más frecuentes en los ensayos con dosis altas de estatinas (1,5% de los pacientes frente 0,4%)198. Las dosis intensivas de estatinas se han asociado a un incremento de nuevos casos de diabetes cuando se comparan con dosis moderadas de estatinas. Se ha calculado que con las dosis intensivas de estatinas el NNH por año para un nuevo caso de diabetes es de 498, mientras el NNT para un nuevo caso de evento cardiovascular al año es de 155204.

Hay que tener en cuenta que es probable que estos efectos adversos sean más frecuentes en la práctica clínica, donde las estatinas se prescriben a población de mayor edad, y mayor comorbilidad (insuficiencia renal, alcoholismo…), el seguimiento no es tan estrecho como en un ensayo clínico y donde los pacientes pueden tomar medicamentos que interaccionen con las estatinas (como inhibidores del citocromo P450 u otros hipolipemiantes) y con una duración superior a los ensayos clínicos, por lo que pueden aparecer efectos adversos a largo plazo.

Como limitación de estos metanalisis, algunos de los ensayos incluidos (PROVE-IT, A to Z, Colivicchi) son en pacientes con síndrome coronario agudo, con una fisiopatología distinta a pacientes con enfermedad cardiovascular estable, por lo que los resultados pueden no ser extrapolables a los efectos con posterioridad a la fase aguda. Otra de las limitaciones es que en los ensayos en pacientes con síndrome coronario agudo las comparaciones en la mayoría de los casos han sido frente a dosis más bajas (simvastatina 20 mg o pravastatina 40 mg). En los ensayos en pacientes con ECV estable, de entre los ensayos con mayor número de participantes solo el ensayo TNT comparaba dosis intensivas frente estándar (atorvastatina 10 mg). En el ensayo A to Z e IDEAL, usaban dosis bajas de estatina (simvastatina 20 mg) y en el PROVE-IT usaban una estatina menos potente (pravastatina).

En cuanto al tratamiento con estatinas de individuos que han tenido un accidente cerebrovascular aterotrombótico, el único ECA (SPARCL)184 diseñado en personas con ictus reciente pero sin antecedentes de enfermedad coronaria se realizó con dosis altas de atorvastatina (80 mg al día). Tras casi cinco años de seguimiento los resultados muestran que, en comparación con placebo, la atorvastatina 80 mg/día disminuye la incidencia de ictus en un 1,9% en términos absolutos (NNT 52; IC95% de 26 a 1.303) y un 22% en términos relativos (HR 0,84; IC95% de 0,71 a 0,99). También se redujeron los eventos cardiovasculares mayores, pero no la mortalidad total o cardiovascular, todas ellas variables secundarias del estudio. Por el contrario, hubo un aumento de un 0,9% en términos absolutos de las hemorragias cerebrales (HR 1,6; IC95% de 1,09 a 2,55) en los pacientes tratados con terapia intensiva.

Posteriormente, se han publicado varios metaanálisis102, 205,206 que incluyen, además de los datos del SPARCL, datos de subgrupos de pacientes con ictus y/o AIT previo procedentes de ensayos clínicos realizados en pacientes con enfermedad coronaria o con alto RCV, aunque los resultados van en la misma línea de los obtenidos en el SPARCL.

No se conoce bien el beneficio adicional de las estatinas a dosis intensivas frente a dosis habitualmente utilizadas en clínica (40 mg de simvastatina o equivalente). En pacientes con enfermedad cardiovascular estable, no se han demostrado mejoras en mortalidad total ni cardiovascular. En cuanto a las ventajas con respecto a infartos de miocardio no fatales, se debe tener en cuenta que el tamaño del efecto observado es pequeño. Por otra parte, una valoración global de los resultados implica valorar estos resultados de eficacia junto con los posibles aumentos de efectos adversos y abandonos ya comentados. Puesto que se dispone de ensayos como el HPS, en los que se ha mostrado que simvastatina a dosis de 40 mg al día en comparación con placebo disminuye el riesgo de eventos cardiovasculares mayores y la mortalidad total en un entorno mixto de personas con enfermedad cardiovascular establecida o con alto riesgo de enfermedad, o el ensayo 4S en prevención secundaria (simvastatina 20-40mg ) con reducción de mortalidad total, disminución de mortalidad coronaria, disminución de eventos CV mayores e incluso disminución de ictus. Las comparaciones de dosis intensivas de estatinas deberían realizarse frente a dosis moderadas de estatinas que se han mostrado de interés en la clínica. Las estatinas a dosis moderadas tienen un mejor historial de seguridad, se toleran mejor y han mostrado reducir los resultados clínicos y centrados en el paciente, incluida la mortalidad general. Por el contrario, las estatinas a dosis altas no son tan bien toleradas y no se han asociado con un beneficio global de mortalidad en comparación con estatinas a dosis moderadas. Una estrategia centrada en el paciente supone la utilización de estatinas a dosis moderadas en la mayoría de los pacientes y un enfoque de decisiones compartidas en casos de aumentar a dosis intensivas según la tolerancia. Actualmente, no hay evidencia suficiente que compense la relación beneficio/riesgo para generalizar el uso de estatinas a dosis intensivas en los pacientes con enfermedad coronaria estable. Por todo esto, el equipo redactor de la guía recomienda el uso de estatinas que han mostrado reducir morbimortalidad coronaria a dosis bien representadas en los ensayos clínicos más relevantes y con un buen coste de tratamiento, como simvastatina 40 mg, atorvastatina 10-20 mg o pravastatina 40 mg.

Calidad
moderada

Resumen de la evidencia

Calidad moderada En pacientes con enfermedad coronaria estable, el tratamiento con dosis intensivas de estatinas reduce de forma significativa del riesgo de IAM no fatal y de la variable compuesta de IAM fatal y no fatal, así como en la de ictus fatal y no fatal (no AIT) frente al tratamiento con dosis bajas de estatinas180.
Calidad moderada En pacientes con síndrome coronario agudo, el tratamiento con dosis intensivas de estatinas reduce de forma significativa la mortalidad total y la mortalidad cardiovascular180-182.

De la Evidencia a la recomendación

Los aspectos que han determinado la fuerza y dirección de las recomendaciones han sido los siguientes:

  1. La calidad global de la evidencia es moderada.

    Los eventos no fatales se reducen de forma significativa, incluso la variable compuesta de muerte coronaria más IAM no fatal, es evidencia concluyente aplicando el analisis del tamaño optimo de informacion.

    Las dosis de estatinas que se comparan con dosis intensivas son mas bajas que las usadas en clinica.

    Incluye ensayos en síndrome coronario que pueden dar mas beneficio que en enfermedad crónica.

  2. El balance entre beneficios y riesgos: los beneficios superan los riesgos/inconvenientes.

    La mortalidad no se reduce de forma significativa, pero la dirección del efecto es consistente hacia los beneficios.

    En los ensayos los efectos adversos pueden estar escasamente informados. Aumentan las enzimas hepáticas, podría aumentar CK, se han observado mayores tasas de abandonos por efectos adversos con las dosis intensivas (25 por cada 1.000, desde 19 más a 32 más abandonos) en pacientes con enfermedad coronaria estable.

    Las dosis intensivas de estatina podrían ofrecer beneficio, y deberían considerarse tras valorar la historia clínica del paciente y el perfil de posibles efectos secundarios.

  3. Valores y preferencias de pacientes y/o sus cuidadores: probable incertidumbre y variabilidad en la opinión sobre los desenlaces.

    Aproximadamente el 50% de los pacientes abandonan el tratamiento crónico con estatinas.

  4. Costes y uso de recursos: los costes están en el límite en relación a los beneficios.

    Por lo tanto, dado que las estatinas a dosis intensivas han mostrado reducir la variable combinada de infartos no fatales y muerte por enfermedad coronaria (NNT 91 durante 2,5 años), pero no la mortalidad total, ni la mortalidad cardiovascular e infartos fatales frente a dosis bajas (que son inferiores a las dosis utilizadas en clínica), y que el NNH de las dosis altas frente a las bajas de reacciones adversas que llevaron a abandonar el tratamiento ha sido de 47 (IC95% de 35 a 69), las recomendaciones que se hacen son las que vienen a continuación:

Recomendaciones

Fuerte Se recomienda la utilización de estatinas en prevención cardiovascular secundaria, independientemente de las cifras de colesterol.
Fuerte Se recomienda utilizar estatinas que han demostrado reducción de morbimortalidad cardiovascular en prevención cardiovascular secundaria: simvastatina, atorvastatina y pravastatina.
Débil Se sugiere la utilización de dosis moderadas de estatinas frente a dosis altas en pacientes en prevención secundaria cardiovascular.
Débil Se sugiere la utilización de dosis intensivas de estatinas en pacientes con síndrome coronario agudo.

¿Cuál es el tratamiento hipolipemiante más efectivo después de la estatina en prevención secundaria?

Evidencia científica

Tanto la anterior guía de Osakidetza14 como la guía NICE16 recomiendan estatinas como tratamiento de elección en prevención cardiovascular secundaria. Fibratos, ácido nicotínico, resinas o ezetimiba, se consideran en pacientes que no toleran estatinas. Ezetimiba es una opción para hipercolesterolemia familiar en la guía NICE.

No se ha encontrado ningún nuevo estudio publicado de forma posterior a la GPC de Osakidetza que compare distintos fármacos hipolipemiantes en prevención secundaria y que evalúe resultados de morbimortalidad coronaria y cardiovascular.

Estatinas

En un metaanálisis publicado posteriormente99, que incluye tanto pacientes en prevención primaria como secundaria, en el subgrupo de pacientes con enfermedad coronaria previa se reduce el porcentaje de eventos vasculares por año en un 21% (RR por cada reducción de un mmol/L de LDL de 0,79; IC95% de 0,76 a 0,83) y en un 25% (RR por cada reducción de 1 mmol/L de LDL de 0,75; IC95% de 0,96 a 0,82) en los pacientes con enfermedad vascular no coronaria.

Las guías recomiendan el tratamiento con estatinas en todos los adultos con enfermedad coronaria o equivalente (aterosclerosis no coronaria, aneurisma aórtico). La guía NICE matiza que se deben tener en cuenta factores adicionales como la comorbilidad y la esperanza de vida, y que por lo general se debe iniciar tratamiento con un fármaco con un bajo coste de adquisición (teniendo en cuenta dosis diaria y el precio del producto por dosis).

Diferencias clínicamente relevantes entre estatinas

Existe muy poca evidencia sobre eficacia y seguridad comparada entre distintas estatinas. Algunos ensayos207-209 han realizado comparaciones directas de dosis altas de atorvastatina (80 mg) con dosis moderadas de estatinas o estatinas menos potentes (simvastatina 20 mg o pravastatina 40 mg), aunque se trataba de estudios que no estaban diseñados para conocer la eficacia relativa de una estatina comparada con otra. Otro estudio comparaba distintas estatinas a las dosis máximas, pero no presentaba como resultado variables clínicas210.

A falta de comparaciones directas entre estatinas, se ha publicado un metaanálisis en red que no encuentra diferencias en mortalidad cardiovascular entre las diferentes estatinas211, datos que concuerdan con estudios anteriores en pacientes en prevencion secundaria207-209.

Estatinas recientemente incorporadas al mercado

En 2009 se comercializó la rosuvastatina y en 2011 la pitavastatina. En cuanto a la Rosuvastatina, se han evaluado resultados de morbimortalidad frente a placebo en pacientes normocolesterolémicos con insuficiencia cardíaca isquémica de origen sistémico212,213. A pesar de la importante reducción de c-LDL (45% p<0,001) y de PCR (37% p<0,001), el tratamiento con 10 mg de rosuvastatina no mostró diferencias en la variable combinada de muerte cardiovascular, infarto de miocardio no fatal y ACV no fatal ni en ninguno de sus componentes por separado. Tampoco en el ensayo GISSI-HF hubo diferencias en mortalidad ni ingreso hospitalario. En el estudio AURORA214, en pacientes en hemodiálisis entre los que el 40% tenían enfermedad cardiovascular, rosuvastatina 10 mg no mostró diferencias significativas en la variable combinada de muerte por causa cardiovascular, IAM no fatal o ictus no fatal.

La pitavastatina ha sido estudiada en pacientes con IC (el 25% con IAM previo) a dosis de 2 mg215 (estudio PEARL). En pacientes japoneses y tras un seguimiento de dos años, no mostró mejoras frente a placebo en la variable combinada de muerte cardiovascular y hospitalización por empeoramiento de la insuficiencia cardíaca crónica (ICC). Tampoco hubo diferencias en las variables secundarias (mortalidad total, muerte cardíaca, hospitalización debido a empeoramiento de la ICC, IAM, angina inestable, ictus)

Otros fármacos hipolipemiantes

Fibratos

No se han localizado nuevos ensayos sobre el uso de fibratos con resultados de morbimortalidad en pacientes en prevención secundaria cardiovascular desde la publicación de la GPC de Osakidetza. Se ha localizado un metaanálisis210) que incluye, además de ensayos ya incluidos en la GPC como el Veterans Affaire High-Density Lipoprotein Intervention Trial (VA-HIT)216 y el Bezafibrate Infarction Prevention (BIP)217, dos nuevos ensayos en pacientes con diabetes mellitus (DM) tipo 2. Este metaanálisis incluye 18 ensayos, tanto en pacientes en prevención primaria como secundaria (cuatro en prevención primaria, 11 en secundaria y tres en combinación). Los fibratos reducen el riesgo de eventos cardiovasculares mayores (RR 0,88; IC95% de 0,82 a 0,95), sobre todo el riesgo de eventos coronarios (RR 0,87; IC95% de 0,81 a 0,93) y la reducción de revascularización coronaria (RR 0,88; IC95% de 0,78 a 0,98; n = 15.834), pero no el ictus (RR 1,03; IC95% de 0,91 a 1,16; n = 27.021) o la muerte cardiovascular (RR 0,97; IC95% de 0,88 a 1,07). Los grupos no difirieron en efectos adversos graves por fármacos (RR 1,21; IC95% de 0,91 a 1,61).

El estudio ACCORD218 evaluó si el uso de un fibrato (fenofibrato) en combinación con una estatina (simvastatina) reducía el riesgo de eventos cardíacos y accidentes cerebrovasculares en pacientes con diabetes tipo 2 y una HbA1c ≥7,5%. Este estudio incluía tanto pacientes en prevención prima ria como secundaria. El grupo de fibratos y el grupo placebo no mostraron diferencias en los resultados combinados de ataques cardíacos, accidentes cerebrovasculares o muerte cardiovascular. En cuanto a los efectos adversos, se observaron muy pocos efectos adversos graves: los fibratos modificaron los parámetros de función renal al inicio del tratamiento, pero no hubo un aumento en la tasa de diálisis o enfermedad renal grave, y algunos pacientes tuvieron que interrumpir el tratamiento debido a efectos secundarios.

Se ha localizado un metanálisis219 que incluyó seis ECA de pacientes tanto en prevención primaria como secundaria, con el propósito de determinar la eficacia del tratamiento con fibratos en la reducción del riesgo vascular en pacientes con dislipemia aterogénica. Se concluyó que el tratamiento con fibratos redujo el riesgo de eventos vasculares. Sin embargo, este trabajo tiene una calidad incierta y los resultados se basan en datos de subgrupos no preestablecidos, por lo que las conclusiones de los autores deben ser tratados con precaución.

Acidos grasos omega-3

Calidad
moderada
para todas

Un metaanálisis que evaluaba la eficacia de los suplementos de ácidos grasos omega-3 frente a placebo en pacientes en prevención secundaria cardiovascular no muestra evidencia de reducción de eventos cardiovasculares (RR: 0,99; IC95% de 0,89 a 1,09). Tampoco hubo diferencias significativas en cuanto a mortalidad por todas las causas, muerte de origen cardíaco, IAM, IAM fatal, IAM no fatal, angina estable e inestable, ICC o ictus o AIT. La pequeña reducción en mortalidad cardiovascular observada desaparecía al excluir un estudio con graves problemas metodológicos (los grupos diferían en las incidencias de IAM previo y angina)151.

No hubo diferencias significativas en los análisis de subgrupos en función de la duración del tratamiento, la dosis, la calidad metodológica del ensayo, el uso de suplementos de aceite de pescado como tratamiento único, la ubicación del país, antecedentes de enfermedad cardiovascular o el uso concomitante de otros tratamientos.

Ezetimiba

Los resultados de los ensayos clínicos en los que se evalúa el uso combinado de simvastatina y ezetimiba muestran que la adición de ezetimiba consigue una disminución adicional de los niveles de c-LDL frente a estatinas en monoterapia, pero no aportan evidencia sobre la eficacia clínica o morbimortalidad cardiovascular del uso combinado de simvastatina y ezetimiba220-225.

En el estudio SEAS223, realizado en pacientes con estenosis aórtica leve-moderada asintomática (indicación no aprobada para ezetimiba ni estatinas), se evaluó la eficacia para prevenir los eventos cardiovasculares frente a placebo. Se observó que el tratamiento con simvastatina combinada con ezetimiba no tuvo ningún efecto sobre la progresión de la estenosis aórtica o sobre los eventos clínicos cardiovasculares en general, con la excepción de cirugía de bypass de arteria coronaria, que se realizó por lo general en el momento del reemplazo de la válvula aórtica223.

En otro ECA (estudio SHARP) en pacientes con insuficiencia renal crónica en estadío G3b a G5 (filtrado glomerular menor de 45 ml/min/1,73 mz2), sin antecedentes conocidos de infarto de miocardio o revascularización coronaria y en el que sólo el 15% tenía enfermedad cardiovascular, se evaluó la repercusión clínica de la reducción de las cifras de c-LDL. La variable principal fue la aparición de eventos arterioscleróticos mayores (combinación de infarto de miocardio, muerte por causa coronaria, ictus isquémico o cualquier procedimiento de revascularización). La combinación simvastatina más ezetimiba fue más eficaz que placebo para reducir la incidencia del primer acontecimiento cardiovascular grave226. Sin embargo, los resultados de ese ensayo no son suficientes como para cambiar la recomendación de prescribir simvastatina como fármaco de elección en la práctica clínica habitual.

También se ha publicado el estudio IMPROVE-IT227, que incluyó 18.144 pacientes ingresados por un síndrome coronario agudo en los 10 días previos. Este estudió valoró si la adicion de ezetimiba a simvastatina reducía eventos cardiovasculares. El 70% de los pacientes habían sido sometidos a una angioplastia percutánea y la duración del estudio fue de siete años. Los pacientes fueron asignados a simvastatina 40 mg/ ezetimiba 10 mg frente a simvastatina 40 mg. Se obtuvo una reducción de la variable principal combinada (mortalidad cardiovascular, eventos coronarios mayores o ictus no fatal) en el grupo simvastatina/ezetimiba en comparacion a simvastatina sola (HR 0,936; IC95% 0,89-0,99), aunque rozando la significación estadística. Esta reducción se obtuvo principalmente por la reducción de infarto no fatal e ictus no fatal.

No se obtuvieron diferencias en mortalidad total ni en mortalidad cardiovascular entre los dos grupos (ezetimiba vs placebo). Además, los cambios en el protocolo, las deficiencias en el análisis estadístico, el significado clínico cuestionable de las diferencias observadas entre los dos tratamientos, ponen en entredicho los resultados de este ensayo clínico.

Una revisión sistemática sobre la eficacia comparativa de la terapia combinada frente a la monoterapia con estatinas a dosis elevadas para el tratamiento de la dislipemia en pacientes adultos con alto riesgo de enfermedad coronaria concluye que las evidencias disponibles que apoyarían el uso de las terapias combinadas frente al uso de estatinas en monoterapia a dosis elevadas son insuficientes228.

Calidad
alta

Resumen de la evidencia

Calidad moderada El tratamiento con fibratos versus placebo reduce los eventos cardiovasculares, sobre todo debido a la reducción de eventos coronarios193, 201.
Calidad moderada El tratamiento con ácidos grasos omega-3 versus placebo no reducen eventos cardiovasculares ni otros desenlaces de interés134.
No hay estudios que proporcionen resultados de eficacia para ezetimiba en monoterapia sobre los desenlaces de interés.

De la Evidencia a la recomendación

Los aspectos que han determinado la fuerza y dirección de las recomendaciones para las siguientes comparaciones: C1: Fibratos versus placebo; C2: Ácidos grasos omega 3 versus placebo y C3: Ezetimiba versus placebo, han sido los siguientes:

  1. La calidad global de la evidencia es:
    C1: Moderada
    C2: Alta
    C3: No hay estudios sobre morbimortalidad
  2. El balance entre beneficios y riesgos:
    1: los beneficios superan los riesgos/inconvenientes
    2: los riesgos/inconvenientes superan los beneficios
    3: el balance entre beneficios y riesgos/inconvenientes es incierto.

    Genfibrocilo reduce los eventos cardiovasculares, sobre todo debido a la reducción de eventos coronarios. Los ácidos grasos omega 3 no reducen eventos cardiovasculares ni otros desenlaces de interés. Y no hay estudios sobre morbimortalidad de ezetimiba.

  3. Valores y preferencias de pacientes y/o sus cuidadores: poca incertidumbre y variabilidad en la opinión de los pacientes.

    Ante la imposibilidad de tomar estatinas se piensa que por los beneficios mostrados los pacientes elegirían tomar fibratos, y que no aceptarían el tratamiento con omega-3 por ausencia de beneficios.

  4. Costes y uso de recursos: los costes son bajos en relación a los beneficios.

    Con fibratos el coste no es alto. Con omega-3, ante la ausencia de beneficio cualquier coste es alto.

    Por lo tanto, los fibratos han mostrado reducir eventos cardiovasculares mayores y eventos coronarios en prevención primaria y secundaria. Los ácidos grasos omega-3 no han mostrado reducir eventos cardiovasculares ni mortalidad en prevención secundaria. Por otro lado, aunque ezetimiba reduce el LDL-colesterol y TG y aumenta el c-HDL se desconoce su efecto sobre la morbimortalidad tanto sólo o asociado a estatinas. Por ello, las recomendaciones que se hacen son las siguientes.

Recomendaciones

Fuerte Se recomienda en pacientes en prevención secundaria y con intolerancia a las estatinas bajar la dosis o cambiar a otra estatina.
Fuerte Se recomienda que si persiste la intolerancia a estatinas a pesar de las medidas anteriores, se utilicen fibratos.
En caso de intolerancia a estatinas y fibratos se sugiere como otras opciones el uso de ezetimiba o resinas.

6.3. Efectos secundarios de las estatinas

Preguntas a responder:

  • ¿Cuáles son los efectos secundarios importantes demostrados de las estatinas?

La mayoría de los ensayos clínicos no están diseñados para evaluar la toxicidad de las estatinas, por lo que es esperable que en la práctica clínica los efectos adversos sean más frecuentes que lo que se observa en los estudios.

Algunos efectos adversos podrían ser más frecuentes si se usan dosis más altas de estatinas que las habitualmente utilizadas en los ensayos clínicos. Además, en estos ensayos se suelen excluir los pacientes con mayor riesgo de efectos adversos asociados a las estatinas o aquellos que han presentado intolerancia previa o con analíticas alteradas en la fase de reclutamiento. Además, en los ensayos clínicos los pacientes suelen ser predominantemente jóvenes y más sanos que lo que luego se encuentra en la clínica habitual, lo que limita la generalización y la validez externa de los mismos.

La relación entre el uso de estatinas y DM es un tema que ha ido surgiendo de forma repetida en los estudios.

La relación del tratamiento con estatinas y la aparición de cáncer es un aspecto controvertido, como se demuestra en el hecho de que haya tantos artículos que tratan sobre su posible efecto protector o posible inductor de su aparición229.

La hipótesis de que un descenso de los niveles de colesterol pudiera tener relación con un incremento de las tasas de hemorragia cerebral comienza con algunos estudios epidemiológicos en los que de manera general se encontró una débil asociación entre los niveles de colesterol y los ACV de perfil isquémico, y de manera inversa, la asociación entre éstos y los ACV de perfil hemorrágico. Como ejemplo de ello, en 1989 un estudio encontró que niveles de CT por debajo de 160 mg/dl aumentaban el riesgo de hemorragia intracraneal (HIC) fatal, mientras que un incremento promedio de los niveles alrededor de 28 mg/dl aumentaban el riego de muerte por ACV de perfil isquémico230.

Las estatinas, en general, son bien toleradas. Sin embargo, algunos pacientes pueden experimentar miopatía, pudiendo variar ésta desde una mialgia sin consecuencias graves hasta la rabdomiolisis, que si bien es poco frecuente, puede dar lugar a insuficiencia renal aguda, coagulación intravascular diseminada y comprometer la vida del paciente.

Evidencia científica

Diabetes

Dosis moderadas de estatinas versus placebo

En el año 2001, el estudio WOSCOPS231 señalaba una disminución en los nuevos casos de DM en los pacientes tratados con pravastatina. Posteriormente, se sugirió que este efecto secundario sólo se presentaría en aquellos pacientes en los que se utilizaban dosis altas de estatinas. Sin embargo, en el año 2008, en el estudio JUPITER con rosuvastatina se observó el efecto contrario232.

En el año 2009 se publicó la primera RS que concluyó que no existían suficientes datos para sacar conclusiones233. En el año 2010 se publicó una nueva RS en la que la se recogían todos los estudios incluidos en la revisión anterior, que además logró recuperar los datos sobre nuevos diagnósticos de DM ocurridos tras iniciar el tratamiento con estatinas de otros siete ECA234.

La RS seleccionada presenta una calidad baja, debido a que algunos de los ensayos que incluye no son doble ciego y a que ninguno de ellos fue diseñado para detectar los efectos secundarios. Aunque entre los 13 estudios suman cinco diferentes tipos de estatinas, se consideró adecuada la combinación de estudios debido a la homogeneidad del efecto y de los resultados obtenidos. Los métodos de detección de la DM fueron distintos: informada por el médico, criterios estándar y/o medicación antidiabética. El resultado obtenido detectó un aumento de la aparición de nuevos casos de DM con una OR de 1,09 (IC95% de 1,02 a 1,17) lo que se concretaba en el diagnóstico de un nuevo caso de DM por cada 225 pacientes tratados con estatinas durante cuatro años. No se encontraron diferencias entre las diferentes estatinas234.

En el mismo sentido fueron los resultados de una RS de estudios de cohortes y un estudio de cohortes realizado en Nueva Zelanda, ambos publicados en 2013235,236. La primera incluía 471.250 pacientes no diabéticos tratados con estatinas, en los que detecta un aumento de DM en los pacientes tratados con atorvastatina (HR 1,22; IC95% de 1,15 a 1,29), simvastatina (HR 1,10; IC95% de 1,04 a 1,17) y rosuvastatina (HR 1,18; IC95% de 1,10 a 1,26) cuando se comparaban con pravastatina. Esto no sucede en el caso del tratamiento con fluvastatina (HR 0,95; IC95% de 0,81 a 1,11) o lovastatina (HR 0,99; IC95% de 0,86 a 1,14235). El estudio de cohortes realizaba una comparación en la aparición de DM entre cuatro cohortes en las que en una de ellas se tomaba diclofenaco, no relacionada con la aparición de DM, otra tomaba antihipertensivos con riesgo alto de desarrollar DM (tiazidas y beta-bloqueantes), una tercera antihipertensivos con riesgo bajo de generar (DM, IECA, ARA II y calcioantagonistas) y la última que tomaban estatinas. El riesgo en HR a seis años de desarrollar DM después de ajustar por edad, sexo y raza (tomando al diclofenaco como referencia) era de 1,59 (IC95% de 1,15 a 2,20) para los beta-bloqueantes y las tiazidas, 2,32 (IC95% de 1,74 a 3,09) para IECA, ARA II y calcioantagonistas y 3,31 (IC95% de 2,56 a 4,30) para las estatinas.

Altas dosis de estatinas versus dosis moderadas

Calidad
baja

No menos importante sería saber si existe diferencias entre el número de los nuevos casos de DM diagnosticados con dosis altas comparado con dosis moderadas de estatinas. La RS de Preiss204 incluyó cinco ECA de una calidad aceptable de los que recuperaron los datos sobre los nuevos casos de DM aparecidos durante la duración del ensayo en cada uno de los grupos, ya que solo uno de los estudios incluía esta variable entre sus resultados237. La conclusión es que las dosis diarias altas de estatinas (atorvastatina 80 mg, simvastatina 80 mg, simvastatina 40) conllevan un mayor riesgo de aparición de DM que las dosis moderadas (pravastatina 40 mg, atorvastatina 10 mg, simvastatina 20 mg), con una OR de 1,12 (IC95% de 1,04 a 1,22), lo que significaba el diagnóstico de dos casos anuales más de DM cuando se tratan 1.000 pacientes. No se detectaron tampoco diferencias entre simvastatina o atorvastatina, que fueron las estatinas utilizadas a altas dosis en los estudios.

En el año 2013 se publicó un metaanálisis en red en el que se intenta diferenciar el efecto sobre la aparición de la DM de distintas estatinas238. El estudio cumple los estándares de calidad de este tipo de metaanálisis que, no obstante, en cuanto a su metodología está todavía en su fase inicial de desarrollo y, por tanto, sujeto a posibles variaciones en el futuro239. Las dosis altas de estatinas incluidas en este estudio son: atorvastatina 80 mg, lovastatina 20-40 mg, pravastatina 40 mg, rosuvastatina 20 mg y simvastatina 40 mg. Las dosis moderadas están representadas por: atorvastatina 10 mg, pravastatina 10-20 mg y rosuvastatina 10g. Sus resultados reafirmaron los del estudio de Preiss204, apuntando a que las estatinas con más riesgo de producir DM cuando se utilizan en dosis alta serían rosuvastatina y simvastatina y las de menor riesgo pravastatina y atorvastatina. También el metanálisis de Naci y col. reforzó estos resultados240.

Cáncer

Aunque existen varios metaanálisis229,241-243) ninguno de ellos es de calidad elevada, ya que en todos los casos los resultados están obtenidos de ECA no diseñados para detectar la incidencia de cáncer como objetivo principal.

Calidad
moderada

Se ha elegido el metaanálisis de Bonovas y cols.241, por incluir el grupo más numeroso de ECA y porque su evaluación de la calidad de los estudios es la más explícita. Este metaanálisis recuperó 35 estudios, incluyendo todos aquellos de duración superior a seis meses que aportaban datos sobre incidencia o al menos mortalidad por cáncer. Reunieron datos de un total de 109.143 individuos, y con un seguimiento medio de 4,5 años. No detectaron heterogeneidad entre los estudios y no fue posible descartar la existencia de riesgo de publicación de pequeños estudios que hallen una relación a favor de la aparición de cáncer por parte de las estatinas. No se encontraron diferencias significativas entre el grupo control y el que tomaba estatinas (RR de 0,99; IC95% de 0,94 a 1,04). Al realizar los cálculos con los estudios de más 3.000 pacientes y de una duración superior a los tres años tampoco se encontraron diferencias (RR 1,01; IC95% de 0,96 a 1,07).

En la metarregresión que realizaron, el único aspecto que influyó en la aparición de cáncer aumentándolo, era la mayor edad de los participantes en el estudio (RR 1,14; IC95% de 1,05 a 1,23). Esta asociación desaparecía al excluir el estudio PROSPER, que fue realizado en pacientes más ancianos.

El resto de los metaanálisis de ECA revisados presentan algunas diferencias entre ellos, ya sea por los criterios de inclusión o exclusión o el tipo de procedimiento elegido para realizar los análisis estadísticos. Sin embargo, todos encontraron que no había diferencias significativas en la aparición de cáncer entre ambos grupos. El trabajo de Dale y cols. revisa por separado la mortalidad por cáncer y el resultado es igualmente no significativo con un OR de 1,01 (IC95% de 0,93 a 1,09229,242). Tampoco los estudios observacionales de la publicación de Dale y cols., ni en la de Kuopplala y cols. que analizaba conjuntamente ECA y observacionales, detectaron diferencias significativas242,243.

Respecto a las diferencias entre las distintas estatinas analizadas, ninguno de los estudios que revisa este aspecto encontró diferencias241-243.

Los resultados de un reciente metaanálisis vendrían a reforzar estos hallazgos, sin encontrar diferencias estadísticamente significativas, tanto al utilizar la metodología clásica como la metodología de los metaanálisis en red240).

Hemorragia intracraneal (HIC)

En 1995, una revisión de 45 estudios de cohortes que englobaban un total de 450.000 pacientes con 5-30 años de seguimiento (media de 16 años) y que incluían a 13.397 pacientes con un ACV244, no hubo asociación entre los niveles séricos de colesterol y ACV tras ajustar el análisis por edad, excepto en los menores de 45 años. Esta asociación no estuvo relacionada con otros ajustes, ni por sexo, ni por TAD, ni por historia previa de enfermedad coronaria o etnia. La cuestión es que en estos estudios no se especificó el perfil del ACV, por lo que se podría estar enmascarando la asociación positiva entre ACV de perfil isquémico y colesterol, y la negativa entre éste y los ACV de perfil hemorrágico244.

Más tarde, en dos estudios en individuos asiáticos se encontró que el descenso de CT se asociaba con una tendencia no significativa de disminución de riesgo de ACV de perfil isquémico y con un aumento en el riesgo de aparición de ACV de perfil hemorrágico245,246.

Hasta que en 2006 no aparecieron los resultados del ensayo SPARCL y su posterior análisis post-hoc19,20, los estudios no habían encontrado una evidencia consistente que respaldara que la dislipemia fuese un factor de riesgo robusto para los ACV de perfil isquémico, ni tampoco el que existiera una fuerte asociación entre niveles bajos de CT y la aparición de HIC o ACV de perfil hemorrágico.

El SPARCL es el primer ensayo que demostró el descenso de riesgo de ACV isquémico recurrente con estatinas en 4.731 pacientes ambulatorios con historia previa de ACV o AIT, pero sin enfermedad coronaria conocida184. Se trata de un ensayo en el que se compara la efectividad de atorvastatina 80 mg/día frente a placebo. Entre los criterios de inclusión se encontraba un LDL-C entre 100-190 mg/dL (2,6-4,9 mmol/L). El promedio de LDL-C y CT fue de 133 y 212 mg/dL (3,4-5,5 mmol/L). Se incluyeron pacientes con ACV de perfil hemorrágico si se consideraba que tenían riesgo de ACV de perfil isquémico. Se excluyeron aquellos que presentaban fibrilación auricular, otros problemas de embolismo de origen cardíaco o hemorragia subaracnoidea. La mediana de seguimiento fue de 4,9 años.

A pesar del beneficio general demostrado del tratamiento con atorvastatina en la reducción de riesgo de ACV, un análisis post-hoc encontró que el tratamiento con esta estatina se asoció con un incremento en el riesgo de ACV de perfil hemorrágico (HR de 1,66; IC95% de 1,08 a 2,55) y con una reducción del riesgo para ACV de perfil isquémico (HR 0,78; IC95% de 0,66 a 0,94). Si bien estos datos no demostraban que el tratamiento con estatinas aumentaba el riesgo de accidente cerebrovascular hemorrágico en todos los pacientes con ictus previo o ictus hemorrágico previo, es congruente con la evidencia epidemiológica hasta entonces disponible que sugería una asociación inversa entre el colesterol y el ictus hemorrágico.

En el estudio HPS185, el tratamiento con simvastatina 40 mg comparado con placebo se asoció con una reducción significativa de primer ACV (4,3% vs 5,7%), reflejando una reducción del 28% en los ACV de perfil isquémico pero sin haber diferencia aparente en los ACV hemorrágicos. La reducción de ACV se hizo significativa a partir del segundo año de los cinco que duró el estudio.

Un estudio de cohortes retrospectivo de 2012230 con 17.872 individuos americanos de más de 65 años y que habían iniciado tratamiento con estatinas tras un ACV de perfil isquémico, no encontró diferencias que apoyaran la hipótesis de un mayor riesgo de sangrado en pacientes tratados con estatinas que en los no tratados.

Tres metaanálisis posteriores, en los que se evaluaba el tratamiento con estatinas, no encontraron un mayor riesgo de ACV de perfil hemorrágico99,102,247. En uno de ellos102, con 11 ensayos, se encontró un riesgo despreciable de accidente cerebrovascular hemorrágico en el grupo de tratamiento con estatinas (RR 1,03; IC95% de 0,75 a 1,41). En otro metaanálisis del CTT99 seleccionaron 26 ensayos, encontrándose una tendencia no significativa hacia un aumento del riesgo de HIC (RR 1,15; IC95% de 0,93 a 1,41). En el tercer metaanálisis no se encontró ninguna evidencia de aumento de riesgo de HIC247.

Calidad
baja

En el metaanálisis más reciente, que incluye 31 ensayos248, y en el que comparado con el metaanálisis de Hackam247 seleccionaron algunos ensayos clínicos más, se asoció el tratamiento activo con estatinas con un aumento no significativo del riesgo para HIC (OR 1,08; IC95% de 0,88 a 1,32; p=0,4687), que no se relacionó con el porcentaje de descenso ni con el nivel de c-LDL conseguido. Los autores concluyeron que el tratamiento con estatinas no se asoció a un aumento significativo de HIC, y que sí se asoció con reducciones significativas de ACV y de muerte, negando así el potencial riesgo para cualquier HIC.

Miopatía y rabdomiolisis

Uno de los problemas para conocer la incidencia de la miopatía es la existencia de distintas definiciones.

Un metaanálisis de 21 ensayos clínicos con 180.000 personas-año de seguimiento encontró que la miopatía, definida por síntomas musculares y niveles de creatina quinasa (CK) 10 veces por encima del límite superior al normal (LSN), se produce en cinco pacientes por cada 100.000 personas-año. La rabdomiólisis, definida como niveles de CK por encima de 10.000 UI/l o 10 veces por encima del LSN, con elevación de creatinina sérica o con necesidad de terapia de hidratación, se dio en 1,6 pacientes por cada 100.000 personas-año69, aunque es probable que en la práctica clínica la incidencia sea superior a la encontrada en los ensayos clínicos. En cuanto al riesgo de mortalidad por rabdomiolisis, éste se ha estimado en 0,3 por 100.000 personas-año249.

Calidad
moderada

La incidencia de rabdomiolisis es relativamente rara. Algunos estudios observacionales sugieren que la miopatía puede ocurrir en un 5 a 10% de los pacientes que toman estatinas250. En tres estudios observacionales la incidencia de hospitalización por rabdomiolisis fue de 0,246, 0,3 y 0,66 casos por 10.000 personas-año251-253.

En otro estudio de cohortes prospectivo254, la incidencia de eventos miopáticos moderados o graves (diagnóstico de miopatía o rabdomiólisis o concentración de creatina quinasa de cuatro o más veces el límite superior de lo normal) por cada 10.000 personas año fue de 1,08 (IC95% de 0,99 a 1,18) en mujeres y 1,96 (de 1,84 a 2,10) en hombres. El NNH para un caso adicional de miopatía moderada a severa en cinco años fue 259 (de 186 a 375) en mujeres y de 91 (de 74 a 112) en hombres. No se observaron diferencias significativas con todas las estatinas, ni entre las distintas estatinas (simvastatina, atorvastatina, fluvastatina, pravastatina y rosuvastatina). El riesgo fue más alto durante el primer año de inicio de tratamiento. El aumento persistió durante el tratamiento, así como a los tres años tras suspender el tratamiento.

Una revisión sistemática que incluía estudios de cohortes, ensayos clínicos aleatorizados, notificaciones voluntarias a las autoridades nacionales e informes de casos publicados, encontró que para las estatinas, excluida cerivastatina, la incidencia de rabdomiólisis en dos estudios de cohortes fue de 3,4 (1,6 a 6,5) por cada 100.000 personas-año, una estimación que concuerda con los datos de otros 20 ensayos. El 10% de los casos fueron fatales. La incidencia fue aproximadamente 10 veces mayor cuando se usó gemfibrozilo en combinación con estatinas. En el 60% de los casos, además de una estatina tomaban también fármacos que inhiben la CYP3A4 (especialmente eritromicina y antifúngicos azoles) y el 19% fibratos, principalmente gemfibrozilo. La incidencia de miopatía en pacientes tratados con estatinas en los estudios de cohorte, y apoyado por los ECA, fue de 11 casos por cada 100.000 personas-año69.

El riesgo de rabdomiólisis parece estar relacionado con la dosis. En un metaanálisis de ensayos clínicos99, el exceso de rabdomiólisis observado fue de 4 (EE de 2) por cada 10.000 en los ensayos con estatinas con dosis intensivas frente a dosis menos intensivas, en comparación con 1 (EE de 1) por cada 10.000 en los ensayos de estatina a dosis estándar versus placebo/control. Todos los casos de exceso de rabdomiolisis con terapia intensiva se dieron con simvastatina 80 mg. Estos resultados son concordartes con los observados en otros estudios255, así como con los resultados del ensayo SEARCH256, donde el NNH para miopatía con 80 mg de simvastatina frente a 20 mg fue de 114, y con el ensayo A to Z257, donde se observaron más casos de miopatía con dosis altas (NNH para miopatía con simvastatina 80 mg fue de 278). A pesar de que los estudios que relacionan aumento de miopatía con la dosis se han realizado con simvastatina, la miopatía ocurre con todas las estatinas y no hay evidencia que sugiera que una estatina sea superior a otra a nivel poblacional, por lo que otras estatinas podrían tener este riesgo a mayores dosis.

Por lo tanto, aunque diversos estudios sugieren que el daño muscular provocado por las estatinas puede estar relacionado con la dosis, no existen estudios que cuantifiquen adecuadamente el riesgo al utilizar dosis intensivas de estatinas.


Calidad
muy baja

Resumen de la evidencia

Calidad baja El tratamiento con estatinas a dosis bajas-moderadas durante cuatro años aumenta el número de nuevos casos de DM con una OR de 1,09 (IC95% de 1,02 a 1,17216).
Calidad moderada El tratamiento con estatinas a dosis altas comparado con dosis moderadas aumenta el número de nuevos casos de diabetes, con una OR de 1,12 (IC95% de 1,04 a 1,22187).
Calidad baja El tratamiento con estatinas durante cuatro años y medio no aumenta el riesgo de tener cáncer, siendo el RR de 0,99 (IC95% de 0,94 a 1,04223).
Calidad moderada El tratamiento con estatinas no aumenta el riesgo de hemorragia intracerebral durante 48 meses de seguimiento, siendo el OR de 1,08 (IC95% de 0,88 a 1,32230).
Calidad muy baja El tratamiento con estatinas no aumenta el número de casos de hospitalización por rabdomiolisis confirmados53,83,233-235.

Bibliografía  6. Tratamiento farmacológico

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