En
7. Consideración del uso de recursos y costes en la elaboración de recomendaciones
Andrea Juliana Sanabria, José Eduardo Calle, Eduardo Briones, Ricard Meneu, Pablo Alonso.
La incorporación del uso de recursos y costes (URC) en las guías de práctica clínica plantea diferentes cuestiones que pueden resumirse en los siguientes puntos:

  • Consideraciones generales iniciales que hay que tener en cuenta en la incorporación del URC en la elaboración de recomendaciones.
  • Capacitación y asesoría con la que debería contar el GEG sobre la incorporación del URC.
  • Proceso a seguir en la incorporación del URC en la elaboración de recomendaciones.
  • La evaluación de la confianza en el cuerpo de evidencia encontrado sobre URC.
  • Incorporación del cuerpo de evidencia sobre URC en la elaboración de las recomendaciones.

7.1. Introducción

La elaboración de guías de práctica clínica implica, entre otras tareas, la evaluación de los riesgos y los beneficios de las diferentes alternativas. Para poder aprovechar los beneficios, es necesario destinar recursos (por ejemplo, medicamentos, tiempo de personal sanitario, etc.), con los costes asociados. Sin embargo, dada la disponibilidad limitada de los recursos, cabe preguntarse si podrían llegar a aportar más beneficios si se utilizaran en otro tipo de intervención. Por eso es importante ampliar la visión centrada únicamente en la efectividad (y seguridad) de las intervenciones y extender el foco evaluativo hacia el impacto que estas intervenciones podrían tener en el uso de recursos y costes (URC) y en la dimensión del uso eficiente de los recursos disponibles.

A pesar de la importancia de los aspectos relacionados con el URC, existe poca experiencia en su incorporación al proceso de elaboración de GPC y los resultados han sido muy variables. Varios estudios han analizado la incorporación de elementos de evaluación económica en la elaboración de las guías y han comprobado que se produce una inclusión paulatina, al menos en el ámbito de habla inglesa1,2. En un análisis de las guías publicadas entre 1996 y 1999, el 26% incorporó una evaluación económica de calidad. Más recientemente (2008-2012), los documentos metodológicos sobre las GPC de las sociedades científicas en Estados Unidos incorporaron elementos económicos explícitamente en un 57% de los casos, y un 35% de las GPC contenía una recomendación clínica que reflejaba los costes.

De forma general, existen muchas publicaciones de orden metodológico sobre cómo realizar evaluaciones económicas (EE), y también las hay sobre cómo elaborar GPC. Sin embargo, no son muchas las que aúnan estas dos áreas de interés. El National Institute for Health and Care Excellence (NICE), una de las instituciones con mayor experiencia, ha publicado una metodología explícita3. Las recomendaciones de sus GPC se basan no solo en la efectividad de las intervenciones sino también en el análisis de su eficiencia (razón coste-efectividad incremental frente a las alternativas). Los aspectos económicos son incorporados en etapas tempranas de elaboración de las GPC y se siguen a los largo de todo el proceso hasta su implementación.

Asimismo, el grupo GRADE incorpora aspectos del URC como parte de las consideraciones a tener en cuenta en la elaboración de recomendaciones clínicas4,5 y reconoce que la inclusión de los costes es un proceso complejo, tanto por las dificultades en su cuantificación como por las diferencias que pueden existir entre diferentes contextos (países, ámbitos de aplicación, perspectivas, etc). GRADE permite al grupo elaborador de la guía (GEG) optar por dejar a un lado estas consideraciones y ofrecer una recomendación basada únicamente en las ventajas y desventajas de las posibles alternativas. Dicha decisión debe quedar claramente explicitada en la GPC. Sin embargo, desde el punto de vista del Programa de GPC en el Sistema Nacional de Salud (SNS) de España y teniendo en cuenta las limitaciones de sus recursos, es crucial tener en cuenta el URC en la elaboración de las recomendaciones.

Este capítulo establece unos criterios básicos para apoyar el proceso de incorporación del URC en la elaboración de recomendaciones y está basado fundamentalmente en las recomendaciones del sistema GRADE y las directrices del NICE3,5. A la vez, responde a tres de los siete ítems del apartado sobre el resumen de la evidencia y el análisis de información adicional de la GIN-McMaster Guideline Development Checklist (ítems 11.1, 11.3 y 11.4)6.

A lo largo de este texto aparecerán los términos y acrónimos de los tipos de evaluaciones económicas más utilizadas; para consultar su descripción, véase el glosario del anexo 7.1.

7.2. Consideraciones generales

7.2.1. La perspectiva desde la cual se tomará la decisión

La inclusión del análisis de los costes en una GPC es un aspecto más que deben tener en cuenta quienes están tomando las decisiones sobre las intervenciones recomendar. En el momento de evaluar el impacto económico de una intervención, el GEG debe definir desde qué perspectiva se quiere hacerlo. ¿Será desde la perspectiva del paciente y su familia? ¿Desde la perspectiva de la sociedad implicada en los costes y consecuencias de las intervenciones en salud? ¿O desde la perspectiva de quien paga el servicio, ya sea el sistema de salud, el asegurador o un tercero (en varios países, entidades administradoras o prestadoras de salud)? En el contexto de las evaluaciones económicas, la perspectiva adoptada determina la variedad de usos de recursos y costes que habitualmente se incluyen en el análisis7. Por otra parte, el objetivo del Programa de GPC es realizar recomendaciones basadas en el uso eficiente de los recursos disponibles en el SNS. Estas particularidades hacen que a priori se decida adoptar una perspectiva del SNS que refleje cada contexto específico y excluya costes que no afecten directamente al sistema (por ejemplo, los incurridos por los pacientes o cuidadores, los costes de productividad, los costes de otros órganos gubernamentales, etc.). Sin embargo, el GEG puede considerar situaciones en las cuales sea necesario realizar evaluaciones adicionales que incluyan este tipo de costes y optar por una perspectiva más amplia (de tipo social)*. Un ejemplo podría ser el tratamiento sustitutivo de la dependencia de opiáceos, cuyo impacto podría trascender el nivel individual (efectividad del tratamiento) y reducir la criminalidad asociada al consumo. Otro ejemplo sería el tratamiento anticoagulante en los pacientes con fibrilación auricular. En este caso, al comparar el tratamiento con dicumarínicos y con los nuevos anticoagulantes orales —que no requieren monitorización de niveles de INR (International Normalized Ratio)—, el GEG podría incluir los costes por desplazamiento y tiempo de los pacientes y sus familiares. Otro ejemplo interesante es el de un nuevo tratamiento contra la esclerosis múltiple o contra la hepatitis C. En ambos casos se producirían cambios en el uso no solo de los recursos sanitarios sino también de los no sanitarios; a saber (i) reducción de pérdidas laborales de los pacientes; (ii) reducción del tiempo de cuidado no profesional (informal) a personas que con la progresión de la enfermedad han visto disminuida su autonomía; (iii) reducción de los recursos de cuidados profesionales públicos o privados (mediante aseguramiento o contratados directamente por la familia) a personas que con la progresión de la enfermedad han visto disminuida su autonomía (teleasistencia, servicio de apoyo a domicilio, centros de día y de noche, etc.).

Si se opta por realizar un análisis adicional con una perspectiva social, es importante presentar sus resultados por separado para poder diferenciar específicamente cuáles son los costes para el SNS8,9.

7.2.2. Capacitación y asesoría al GEG sobre la incorporación de recursos y costes

Para poder incorporar el uso de recursos y costes en la formulación de recomendaciones, es necesario contar como mínimo con un metodólogo con formación en economía de la salud que acompañe al GEG durante la elaboración de la guía. Es aconsejable que esta persona sea parte del equipo técnico que elabora la guía o, en su defecto, que sea un metodólogo de referencia del Programa. Asimismo, a menudo, puede ser necesario el apoyo o la asesoría de un economista de la salud. Este juega un papel importante en la realización de la revisión e interpretación de la evidencia económica, y su participación es crucial si se decide realizar análisis económicos de novo.

Es recomendable que los miembros del GEG tengan formación básica en economía de la salud para asegurar que la información económica esté basada en las hipótesis más plausibles y en la mejor evidencia disponible. Es aconsejable, por tanto, organizar una formación inicial, idealmente en la primera reunión del GEG en la que se expliquen los principales conceptos sobre economía de la salud y la posible inclusión del URC en las recomendaciones de la GPC. Posteriormente, puede ser necesario realizar otras reuniones para complementar esta formación inicial.

Es importante que el GEG sea consciente de que el objetivo de incluir las consideraciones del impacto económico en la formulación de las recomendaciones es maximizar el beneficio para la salud con los recursos disponibles. Se debería recomendar las intervenciones que muestren mayor “eficiencia”, es decir, aquellas con las que se obtiene mayor beneficio por unidad monetaria invertida. Sin embargo, la decisión está también sujeta a los recursos disponibles en el escenario en que se va aplicar la GPC. El GEG debe conocer la disposición a pagar del SNS; por ejemplo, con el fin de que sus recomendaciones estén en consonancia con el sistema. El umbral de disposición a pagar que establezca el país o la jurisdicción en que se hacen los análisis económicos es lo que determina si las intervenciones son o no coste-efectivas para ese país o jurisdicción. Desde el punto de vista del SNS —y al igual que en países como el Reino Unido—, el GEG debería recomendar las intervenciones que sean más eficientes y coste-efectivas o que, a pesar de ser menos efectivas que la práctica habitual, podrían liberar recursos (ya sea por necesitar menos recursos o por tener un coste considerablemente menor)3.

Las evaluaciones económicas aplican el principio de eficiencia en la asignación de recursos otorgando el mismo peso a cada ganancia y pérdida de salud, con independencia de quiénes sean los beneficiados o los perjudicados. En caso de que se desee introducir elementos de juicio normativo en el análisis, —es decir, la dimensión de la equidad—, puede hacerse tanto durante la propia evaluación económica como una vez finalizada la misma. En el primer caso, debe ser el decisor o el destinatario de la GPC quien determine la ponderación de los individuos (o tipos de individuos) en la ganancia o la pérdida de salud (idealmente, tratando de reflejar las valoraciones de la sociedad). En el segundo caso, se aplica el principio de equidad entre individuos en términos de la ganancia o la pérdida de salud, y los ajustes por juicios normativos se realizan en ulteriores etapas que escapan a la evaluación económica.

7.3. Etapas en la consideración del uso de recursos y costes

El proceso de consideración del URC en la elaboración de recomendaciones se puede resumir en tres etapas: 1. anticipación del impacto del URC en la recomendaciones; 2. búsqueda de información económica; y 3. uso de la información en la elaboración de recomendaciones.

7.3.1. Anticipación del impacto del uso de recursos y costes (priorización inicial)

El impacto del URC en la formulación de una recomendación hace referencia a la influencia que puede llegar a tener este aspecto en la fuerza y la dirección de una recomendación.

No todas las preguntas dan pie a recomendaciones en las cuales el URC es un aspecto clave para decidir su fuerza y su dirección. No obstante, ante todas las preguntas, el GEG debe valorar lo siguiente: a) qué influencia podría tener el URC en la futura recomendación, y b) si el grupo cuenta en ese momento con información suficiente para poder determinar dicha influencia. Si establece que el URC puede influir en una recomendación, la profundidad con que se buscará, incluirá o generará información económica dependerá no solo de aspectos relacionados con la pregunta, sino también de los recursos con que cuente el GEG para poder llevar a cabo todo este proceso.

La evaluación inicial del impacto del URC en las recomendaciones es importante para poder determinar los pasos que seguirá la elaboración de la GPC. Si se determina que el URC podría influir en una recomendación, se buscará o generará nueva información económica3.

Ante cada pregunta, el GEG debería poder establecer si el URC es un aspecto determinante para elaborar la recomendación. Este es un proceso dinámico, dado que a medida que se avanza en la elaboración de la GPC, nuevos factores (por ejemplo, nueva evidencia de efectividad o cambios en las patentes de los medicamentos) pueden influir en decisiones tomadas previamente (y modificarlas). Asimismo, será necesario revaluar las conclusiones de este juicio periódicamente, ya que durante la elaboración de la guía puede surgir información que altere o confirme la evaluación inicial.

El URC es un factor importante en el momento de elaborar una recomendación, sobre todo cuando los efectos deseables e indeseables están equilibrados. En otras situaciones —por ejemplo, cuando no se tiene evidencia sobre el beneficio neto de las intervenciones o el beneficio de una intervención claramente supera los riesgos de otra, o cuando los recursos necesarios son mínimos—, el GEG puede decidir que el URC tendrá escasa influencia en la recomendación10.

Existen situaciones muy claras en las que dos intervenciones utilizan una cantidad de recursos igual o similar, o bien los recursos utilizados por una intervención son modestos considerando el beneficio en salud que puede llegar a tener. En estos supuestos, se podría formular, siempre con precaución, una recomendación teniendo en cuenta solo la información sobre efectividad y seguridad de las intervenciones u otros aspectos relevantes (entre otros, por ejemplo, visión de los pacientes sobre la importancia de los desenlaces y aspectos de equidad). Por ejemplo, una reciente GPC de atención en el parto y puerperio11 evaluó el contenido de la historia clínica en las visitas de seguimiento durante el embarazo. El GEG recomendó la realización de una historia clínica estructurada basándose en un balance de beneficio y riesgo a favor de la intervención, teniendo en cuenta (entre otros factores) que el coste es mínimo.

La selección de preguntas que requieren un análisis más detallado debe ser una decisión conjunta del GEG, idealmente con apoyo de un economista de la salud. El proceso de incorporación del URC es dinámico. Los resultados de la priorización inicial pueden variar a medida que se vaya avanzando en el proceso de elaboración de la GPC y se obtenga más información acerca de los beneficios y riesgos de las diferentes intervenciones evaluadas.

7.3.2. Búsqueda de información relevante sobre uso de recursos y costes

Revisión de estudios de evaluación económica

Una vez que el GEG ha decido las preguntas para las cuales es necesario realizar un mayor análisis del uso de los recursos y costes, es aconsejable hacer una revisión de los estudios de evaluación económica ya publicados. Los objetivos de esta revisión son la identificación, selección y análisis de calidad de la información sobre evaluación económica que apoye la elaboración de las recomendaciones. Los métodos generales para la elaboración de esta revisión se detallan en el anexo 7.2.

Análisis económicos de novo

Dependiendo de los resultados de la búsqueda de la literatura y los recursos disponibles para la elaboración de la GPC, se puede decidir realizar una nueva evaluación económica para responder a alguna de las preguntas de la GPC. Sin embargo, se trata aquí de una decisión muy informada y cuidadosamente ponderada. La selección de las preguntas subsidiarias de este nuevo análisis económico debe ser una decisión conjunta del GEG y del economista de la salud de referencia. Para llevarla a cabo es necesario tener en cuenta el resto de las necesidades para cubrir los otros aspectos que aborda la guía. Es crucial, por tanto, que solo las preguntas más importantes sean seleccionadas y que la metodología sea la apropiada. En general se considera que la realización de una nueva evaluación económica depende de los siguientes factores3:

  • El impacto potencial de la recomendación en cuanto al número de pacientes, sus resultados en salud y el coste de la misma.
  • El grado de incertidumbre en torno a la relación entre los beneficios y los costes de la intervención, y la posibilidad de que una nueva evaluación económica lo reduzca.

Así, por ejemplo, si el beneficio de una intervención es muy incierto, es muy poco probable que una nueva evaluación económica vaya a confirmarlo, dada la necesidad de datos robustos —tanto de efectividad y seguridad como de costes— para poder realizarla. De la misma forma, si ya se tienen evaluaciones económicas que responden directamente a la pregunta de interés, son directamente aplicables al contexto y ofrecen buena calidad metodológica, no tiene sentido invertir recursos en una evaluación económica nueva. Finalmente, como se expuso anteriormente, si la implicación de recursos es modesta, tampoco es necesario considerar este aspecto de manera muy detallada. Como se mencionó en el apartado de priorización inicial, aspectos como la baja calidad de la evidencia sobre efectividad, el balance entre efectos deseables e indeseables, y la disponibilidad de evidencia económica directamente aplicable —así como la confianza que inspire— desempeñarán un papel crucial para determinar la necesidad de este tipo de análisis económicos.

Las evaluaciones económicas deben basarse explícitamente en las preguntas de la guía y comparar todas las alternativas relevantes para grupos de pacientes específicos, y se deben justificar las diferencias entre las preguntas y el análisis económico realizado. Asimismo, las intervenciones o servicios incluidos en el análisis deben ser descritos con suficiente detalle para permitir a los interesados entender claramente lo que se está evaluando.

Entre los métodos para la realización de nuevos análisis económicos, figuran los siguientes12:

  • La evaluación económica en el marco de ensayos clínicos: algunos ensayos incorporan un componente de utilización de recursos para hacer este tipo de valoración. La principal ventaja de este método es la alta validez interna de los resultados.
  • La evaluación económica en estudios observacionales: presenta la ventaja, con respecto al método anterior, de que la relación entre costes y resultados se realiza en condiciones reales, aunque a cambio de una menor validez interna.
  • La evaluación económica mediante modelización: los modelos de decisión permiten integrar y extrapolar los resultados de los ensayos clínicos ya realizados, utilizando información procedente de los registros hospitalarios, bases de datos, opiniones de expertos, revisión de historias clínicas, otros estudios epidemiológicos, etc. Por tanto, representan una alternativa más factible, dadas las limitaciones de tiempo y recursos que conlleva la elaboración de una GPC.

El uso de las técnicas de modelización es necesario para poder realizar extrapolaciones en las siguientes situaciones8,9,12,13:

  • Cuando solo se dispone de medidas intermedias de resultados (por ejemplo, niveles de hemoglobina glicosilada en diabetes tipo 2), pero se necesitan medidas finales (por ejemplo, mortalidad).
  • En caso de que las intervenciones estudiadas en los ensayos clínicos no se correspondan con las alternativas relevantes para la evaluación económica.
  • Cuando la historia natural de la enfermedad se extiende más allá de la duración del ensayo clínico y se considera relevante incorporar los efectos a largo plazo de la intervención estudiada.
  • En caso de que el perfil de los pacientes de interés para la evaluación económica no se corresponda con el de los estudiados en los ensayos clínicos.

No existe un modelo de decisión ideal para todas las evaluaciones. La elección del modelo más adecuado dependerá del tipo de problema estudiado y de la disponibilidad de datos para llevarlo a cabo. Entre los tipos de modelos más habituales se encuentran los árboles de decisión, los modelos de Markov y los modelos de simulación de eventos discretos12,13.

La calidad del modelo dependerá de los datos en los que se base. Aunque existen criterios para valorar el grado de credibilidad de los resultados obtenidos por los modelos, estos suelen incluir un gran número de supuestos y una importante variabilidad en la calidad de la evidencia utilizada. Por estas razones, algunos autores recomiendan no incluir los resultados provenientes de modelos coste-efectividad o coste-utilidad en los perfiles de evidencia directamente10. No obstante, en el contexto de elaboración de una GPC, pueden ser de utilidad para decidir la inclusión de una intervención en la cartera de servicios de una institución o a nivel gubernamental.

Con el objetivo de disminuir la variabilidad metodológica y dejar claros los lineamientos que corresponde seguir, diferentes instituciones (por ejemplo, agencias de evaluación de tecnologías) elaboran los denominados casos de referencia, y con ellos hacen explícita la metodología de las evaluaciones económicas3,8,13. Por ejemplo, describen qué tipo de perspectiva se debe adoptar (SNS, pacientes, social, etc.), los tipo de análisis económicos preferidos (análisis de coste-efectividad, coste-utilidad, coste-beneficio (ver anexo 7.1), las fuentes de información de efectividad preferidas (revisiones sistemáticas de la literatura, ensayos clínicos aleatorizados, etc.), las medidas de beneficio, las tasas de descuento a aplicar, etc. En las situaciones donde se den desviaciones del caso de referencia, se deben utilizar procesos transparentes para identificar otras posibles fuentes de información, asegurar su calidad y justificar los criterios de inclusión o exclusión.

En el contexto de las GPC, el caso de referencia sirve igualmente como ayuda, por ejemplo, para contrastar las evaluaciones económicas surgidas de una búsqueda de la literatura sobre costes. También permite establecer los criterios de inclusión/exclusión y evaluar su aplicabilidad a la luz de los estudios económicos identificados.

Fuentes de información epidemiológica y de costes

En lo que respecta a la información epidemiológica, conviene obtenerla a partir de estadísticas o bases de datos nacionales, antes que de estudios publicados. Si no es posible hacerlo, se puede obtener información de los estudios incluidos en la revisión efectuada sobre la efectividad; por ejemplo, a partir de ensayos clínicos. En algunas ocasiones, los ensayos no reflejan las circunstancias de la práctica clínica porque no captan con detalle los recursos empleados; en otras, el uso de recursos podría variar de manera importante según el entorno10. Estos son algunos de los casos en que se puede obtener información de estudios observacionales, evaluaciones de tecnologías y evaluaciones económicas.

En relación a los costes es aconsejable utilizar precios públicos, bases de datos administrativas, publicaciones oficiales, tarifas aplicadas a contratos de prestaciones (por ejemplo, CatSalut) o de contabilidad de los centros lo más actuales posibles. Si se desconocen, en ocasiones se tendría que recurrir a costes unitarios de estudios publicados previamente u otras fuentes. La fuente utilizada debería estar debidamente justificada8. Se deberían aplicar los costes unitarios relevantes (aplicables al contexto de la guía) a la cantidad (por ejemplo, número de unidades) de cada ítem de uso de recursos.

En relación a los costes es aconsejable utilizar precios públicos, bases de datos administrativas, publicaciones oficiales, tarifas aplicadas a contratos de prestaciones (por ejemplo, CatSalut) o de contabilidad de los centros lo más actuales posibles. Si se desconocen, en ocasiones se tendría que recurrir a costes unitarios de estudios publicados previamente u otras fuentes. La fuente utilizada debería estar debidamente justificada8. Se deberían aplicar los costes unitarios relevantes (aplicables al contexto de la guía) a la cantidad (por ejemplo, número de unidades) de cada ítem de uso de recursos.

La información obtenida debe quedar plasmada de manera explícita y estructurada; por ejemplo, mediante una tabla que detalle, tanto para la intervención como para el comparador, los costes unitarios por paciente por año, y la diferencia del coste por paciente y por la población que presenta la afección de interés (tabla 7.1). En cuanto a los costes, se pueden incluir, por ejemplo, los de las intervenciones, las visitas de control, la suma de ambos y el coste de por vida (life-time cost). Ver capítulo 8.

En España, diferentes servicios sanitarios han publicado recomendaciones generales para la elaboración de nuevas evaluaciones económicas en el contexto de la incorporación de nuevas tecnologías y análisis del impacto presupuestario. Estos documentos también detallan los casos de referencia8,13, que se pueden utilizar en el proceso de incorporación del URC en las GPC (ver anexo 7.3). Respecto a las directrices generales para la elaboración de nuevos estudios económicos, dado que la metodología de elaboración escapa a los objetivos del presente manual, se remite al lector a estos documentos para su consulta. No obstante, se exponen algunas consideraciones generales sobre su elaboración en el contexto de las GPC en el apartado 7.3.

Tabla 7.1.

Evaluación del impacto presupuestario

Otro aspecto que corresponde tener en cuenta es que los organismos encargados de la financiación y provisión de servicios de salud pueden estar interesados en conocer las repercusiones que tendrá para sus organizaciones la puesta en marcha de las recomendaciones de la GPC en términos del URC. En el Reino Unido, NICE realiza de manera independiente, pero en paralelo al desarrollo de la GPC, un análisis del impacto en costes (cost impact). Este análisis se lleva cabo durante el periodo de consulta de la GPC y está a cargo del analista de costes del NICE, en estrecha colaboración con el experto en análisis económicos del GEG, lo cual garantiza la coherencia entre la información utilizada en la evaluación de coste-efectividad y la de coste-impacto. Las herramientas para el cálculo de los costes de la implantación de las recomendaciones se deberían publicar al mismo tiempo que la guía, para permitir a las organizaciones estimar los costes de la implementación3. Sería aconsejable que, en un futuro cercano, esta función estuviese también disponible en el Programa de GPC del SNS.

7.4. Evaluación de la confianza en los resultados

Es necesario que el grupo elaborador justifique de forma explícita la confianza que tiene en los resultados encontrados sobre el impacto económico potencial de la tecnología o intervención que se está evaluando, así como las razones por las cuales llega a esta conclusión. GRADE ha realizado una primera aproximación a la evaluación de la confianza o la certidumbre respecto a la información sobre el uso de recursos y costes proveniente de estudios de efectividad, que básicamente sigue los mismos principios conceptuales que los estudios de los efectos de las intervenciones5.

Sin embargo, cuando se intenta analizar la confianza de medidas como el coste incremental de las intervenciones, estas directrices son menos claras, y eso dificulta este proceso. GRADE destaca la importancia de este tipo de información pero alerta sobre sus posibles sesgos, sobre todo en las evaluaciones económicas basadas en modelos, cuyos resultados dependen completamente de la calidad de los datos utilizados y del seguimiento de una rigurosa metodología en su elaboración10,14. Por tanto, es de especial importancia la aplicación de una metodología clara y explícita al hacer una revisión sistemática de estudios económicos y al elaborar nuevos modelos económicos en el contexto de una GPC.

El grupo elaborador puede utilizar el trabajo realizado anteriormente en la fase de selección de los estudios económicos (evaluación de la relevancia y calidad de los estudios (ver anexo 7.3) y hacer un balance general de la confianza en los resultados. Este balance puede guiarse por los principales criterios propuestos por GRADE: limitaciones metodológicas generales de los estudios (utilizando los resultados de la evaluación de la calidad), resultados heterogéneos (no explicados por variaciones dentro de los métodos y subgrupos de cada uno de los estudios), evidencia indirecta (basada en la evaluación de su relevancia) e incertidumbre (basada, por ejemplo, en las curvas de coste-efectividad o en los resultados de los análisis de sensibilidad), y otros factores que puedan afectar a la confianza en los resultados. Este proceso debe tener lugar si los resultados provienen tanto de una revisión de la literatura sobre estudios económicos como de nuevas evaluaciones económicas realizadas en el contexto de la GPC.

NICE ha realizado una primera aproximación de este proceso, elaborando una tabla de resumen de la evidencia económica que recoge algunos de estos aspectos3 (ver anexo 7.4). En la primera columna se pueden incluir las principales características del estudio (nombre, intervenciones evaluadas, país, perspectiva, horizonte temporal). En las siguientes, se evalúan las limitaciones del estudio, la aplicabilidad y otras consideraciones. Hay dos columnas finales: una en la que se presentan los resultados del estudio (costes, efectos y RCEI) y otra en la que se describe la incertidumbre de los resultados. La información sobre la incertidumbre proviene fundamentalmente de los análisis de sensibilidad de los estudios económicos.

7.5. Uso de la información económica en la elaboración de recomendaciones

Las consideraciones previas sobre el uso de recursos y costes son de utilidad para la formulación de las recomendaciones. La integración de este aspecto a la hora de la formulación de recomendaciones se aborda en el capítulo 8. “Formulación de las recomendaciones”.


Resumen de los Aspectos Clave

  • Se deben tener presentes desde las etapas iniciales de la GPC los aspectos relacionados con el uso de recursos y costes. El tipo de aproximación que se elija debe estar acorde con los recursos disponibles para su elaboración y debe quedar registrado de forma explícita en la GPC.
  • El GEG debe tener claros los conceptos clave de las evaluaciones económicas en salud.
  • La perspectiva que se adoptará en el contexto del Programa de GPC del SNS es la del SNS. Se puede considerar una perspectiva más amplia (social), pero sus resultados deben ser presentados por separado.
  • Se sugiere seguir un caso de referencia para apoyar el proceso de revisión de la literatura de estudios económicos y guiar la elaboración de nuevas evaluaciones económicas en el contexto de las GPC.
  • Es importante evaluar para cada pregunta el posible impacto del URC en la elaboración de la recomendación, y los resultados de esta evaluación deben ser registrados explícitamente en el apartado metodológico de la GPC.
  • La metodología de búsqueda, selección y análisis de información sobre URC debe ser registrada explícitamente en la GPC.
  • La realización de una evaluación económica de novo en el contexto de una GPC debe ser una decisión muy informada y cuidadosamente sopesada con el resto de las necesidades que debe cubrir la guía. Es crucial, por tanto, seleccionar solo las preguntas más importantes y emplear una metodología apropiada.
  • En el apartado de la evidencia utilizada para la toma de decisiones, el impacto que tiene la evidencia económica en la fuerza y dirección de la recomendación debe quedar justificado explícitamente.

Bibliografía  7. Consideración del uso de recursos y costes en la elaboración de recomendaciones

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Lecturas recomendadas

Manuales de otras instituciones elaboradoras de guías de práctica clínica

National Institute for Health and Care Excellence (NICE). Developing NICE guidelines: the manual [Internet]. Manchester: NICE; 2014.

Artículos metodológicos sobre incorporación del uso de recursos y costes en las guías de práctica clínica:

• Brunetti M, Shemilt I, Pregno S, Vale L, Oxman AD, Lord J, et al. GRADE guidelines: 10. Considering resource use and rating the quality of economic evidence. J Clin Epidemiol 2013 Feb;66(2):140-50.

Guyatt GH, Oxman, AD, Kunz R, Jaeschke R, Helfand M, Liberati A, et al. Incorporating considerations of resource use into grading recomendations. BMJ 2008 May;336(7654);1170-3.

• Eccles M, Mason J. How to develop cost-conscious guidelines. Health Technol Assess. 2001;5(16):1-69.

• Mason J, Eccles M, Freemantle N, Drummond M. A framework for incorporating cost- effectiveness in evidence-based clinical practice guidelines. Health Policy. 1999 Apr;47(1):37-52.

Guías y artículos metodológicos para elaborar evaluaciones económicas en el contexto de evaluación de tecnologías sanitarias (España)

• Abellán Perpiñán JM, Martínez Pérez JE, Sánchez Martínez FI. Recomendaciones y guías para la realización de evaluaciones económicas y análisis de impacto presupuestario en el Servicio Murciano de Salud. Murcia: Consejería de Sanidad y Política Social; 2014.

• Puig-Junoy J, Oliva-Moreno J, Trapero-Bertrán M, Abellán-Perpiñán JM, Brosa-ºRiestra, M y Servei Català de la Salut (CatSalut). Guía y recomendaciones para la realización y presentación de evaluaciones económicas y análisis del impacto presupuestario de medicamentos en el ámbito del Catsalut. 2ª ed. Barcelona: Generalitat de Catalunya. Departament de Salut. Servei Català de la Salut; 2014 [actualizado 07/10/2014; consultado 02/03/2016]. Disponible en: http://catsalut.gencat.cat/web...

• López Bastida J, Oliva J, Antoñanzas F, García A, Gisbert A, Mar J, et al. Propuesta de guía para la evaluación económica aplicada a las tecnologías sanitarias. Gac Sanit. 2010 Abr;24(2):154-70.

• Pinto Prades JL, Sánchez Martínez FI. Métodos para la evaluación económica de nuevas prestaciones . Abellán JM, et al., colaboradores. Madrid: Ministerio de Sanidad y Consumo; Barcelona: Centre de Recerca en Economia i Salut; 2003.

Referencias relacionadas con aspectos generales y metodología de elaboración de evaluaciones económicas:

• Drummond MF; Sculper MJ; Torrance GW; O’Brien BJ; Stoddart GL. Methods for the economic evaluation of health care programmes. 3ª ed. Oxford: Oxford University Press; 2005.

• Ortún-Rubio V, Pinto-Prades JL, Puig-Junoy J. La economía de la salud y su aplicación a la evaluación. Aten Primaria [Internet]. 2001 Ene;27(1):62-64 [consultado 02/03/2016].
Disponible en: http://www.econ.upf.edu/~ortun/publicacions/paper4.pdf.

• Pinto-Prades JL, Ortún-Rubio V, Puig-Junoy J. El análisis coste-efectividad en sanidad. Aten Primaria [Internet]. 2001 Mar;27(4):275-278 [consultado 02/03/2016]. Disponible en: http://www.econ.upf.edu/~ortun/publicacions/paper6.pdf.

• Pinto-Prades JL., Puig-Junoy J, Ortún-Rubio V. Análisis coste-utilidad. Aten Primaria [Internet]. 2001 May;27(8):569-573 [consultado 02/03/2016]. Disponible en: http://www.econ.upf.edu/~ortun/publicacions/paper8.pdf.

• Puig-Junoy J, Pinto-Prades JL, Ortún-Rubio V. El análisis coste-beneficio en sanidad. Aten Primaria [Internet]. 2001 Abr;27(4):422-427 [consultado 02/03/2016]. Disponible en: http://www.econ.upf.edu/~ortun/publicacions/paper7.pdf.

• Puig-Junoy J, Ortún-Rubio V, Pinto-Prades JL. Los costes en la evaluación económica de tecnologías sanitarias. Aten Primaria [Internet]. 2001 Feb;27(3):186-189 [consultado 02/03/2016].
Disponible en: http://www.econ.upf.edu/~ortun/publicacions/paper5.pdf.

Anexos

Anexo 7.1. Principales conceptos sobre evaluación económica.

Anexo 7.2. Revisión sistemática de estudios.

Anexo 7.3. Ejemplos de casos de referencia.

Anexo 7.4. Tabla de resumen de la evidencia de la revisión de estudios económicos.

Tablas y figuras

Tabla 7.1. Ejemplo de presentación del uso de recursos y costes.