En
7. Salud sexual y reproductiva

7.1. Embarazo

7.1.1. Planificación del embarazo

Pregunta para responder:

  • ¿Cuál sería la planifiación del embarazo en mujeres con lupus eritematoso sistémico que maximice las posibilidades de éxito?

El LES es una enfermedad multisistémica autoinmune que afecta principalmente a mujeres en edad fértil, por lo que el embarazo es una situación potencialmente frecuente en este grupo de pacientes. Existe un elevado número de complicaciones médicas y obstétricas que pueden complicar la gestación en mujeres con LES. Sin embargo, una adecuada planificación y manejo del embarazo en unidades multidisciplinares especializadas aumenta de forma muy significativa las probabilidades de éxito695-697.

En la RS de Smyth et al.698 de los resultados del embarazo en mujeres con LES (37 estudios, n=1842 mujeres afectadas de LES, 2751 embarazos), se realizó también un MA de la asociación entre la NL y los resultados adversos del embarazo.

La NL activa se asoció con hipertensión materna (P<0,001) y con prematuridad (P=0,02). La historia de nefritis se relacionó con hipertensión materna (P<0,001) y con preeclampsia (P=0,017) Asimismo, se asoció la presencia de AAF con hipertensión (P=0,029), con prematuridad (P=0,004) y con pérdida fetal (P=0,016).

Los mismos resultados se encontraron cuando se analizó específicamente el subgrupo de los pacientes con nefropatía lúpica, probada mediante biopsia (n=272).

RS + MA
1+

En el estudio prospectivo multicéntrico de Le Thin Houng et al.699 se valoraron los resultados de 103 embarazos en 84 mujeres afectas de LES (periodo de seguimiento: 1987-1992)

Como predictores de pérdida fetal, se encontraron la historia de proteinuria >5 g/día y la ausencia de anticuerpos anti-Ro (P<0,05). No fueron parámetros de predicción de pérdida fetal la historia de pérdida fetal previa, la historia de convulsiones o psicosis, la historia de lupus en la infancia, la actividad del lupus al principio del embarazo, la proteinuria en el embarazo (≥0,5 mg/día), la hipertensión, la hiperuricemia (≥ 300 µmol/l), los niveles bajos de C4 o C3, los anticuerpos anti-ADN, la presencia de anticoagulante lúpico, el uso de prednisona (≥ 20 mg/día) o el uso de aspirina.

Predictores de prematuridad fueron la historia de pérdida fetal, la actividad del LES al principio del embarazo, la hipertensión y el tratamiento con prednisona (≥ 20 mg/día) durante el embarazo (P<0,05). No se encontró relación entre prematuridad y LES en la infancia, historia de proteinura (>0,5 g/día), hiperuricemia (≥ 300 µmol/l), la trombocitopenia, los niveles bajos de C3 o C4, los anticuerpos anti-ADN, los AAF y el uso de aspirina.

En lo que respecta al retraso en el crecimiento Intrauterino, se hallaron los siguientes predictores: actividad lúpica al principio del embarazo (P<0,05), niveles bajos de C3 o C4 (P<0,05), hipertensión (P<0,06) y ausencia de anticuerpos anti-Ro (P<0,01). No se observó relación entre el retraso en el crecimiento Intrauterino y proteinuria (>0,5 g/día), hiperuricemia (≥ 300 µmol/l), los anticuerpos anti-ADN, AAF, el tratamiento con aspirina o el tratamiento con prednisona (≥ 20 mg/día).

E.
observacio-
nal
2+

En 2005, Clowse et al.700 evaluaron el impacto de la actividad de la enfermedad durante el embarazo en las tasas de abortos espontáneos, la edad gestacional al momento del parto y la tasa de bebés pequeños para la edad gestacional en una cohorte prospectiva (n=267 embarazos).

Las mujeres con alta actividad tuvieron menos nacidos vivos (77 vs. 88% en aquellas con baja actividad, P=0,063), menos embarazos a término (26 vs. 61% en aquellas con baja actividad, P<0,001) y más pérdidas fetales (42 vs. 11% en aquellas con baja actividad, P<0,0001).

E.
observacio-
nal
2+

Un estudio observacional italiano con 100 pacientes portadoras de anticuerpos anti-Ro encontró una prevalencia de bloqueo cardíaco congongénito del 2%. Los dos casos de bloqueo se detectaron en las semanas 20 y 22 de gestación701.

E.
observacio-
nal
2+

Varios documentos contienen recomendaciones de expertos en relación a la planificación del embarazo en mujeres con LES697,702,703. En ellas se establecen una serie de contraindicaciones para la gestación, como la presencia de hipertensión pulmonar o de daño orgánico grave (renal, cardiaco o pulmonar). Además, se recomienda que el lupus esté en remisión durante al menos seis meses antes de intentar el embarazo y que se lleve a cabo una consulta pregestacional, en la que se actualice la información sobre embarazos y complicaciones previas, se determine el grado de afección orgánica y el perfil de autoanticuerpos (de particular importancia los AAF y anti-Ro) y se ajuste el tratamiento para incluir fármacos seguros durante el embarazo. Lamentablemente, una buena proporción de pacientes se presentan ya embarazadas. En ellas se debe hacer una evaluación completa tan pronto como se reconozca el embarazo.

Opinión de
expertos
4

Resumen de la evidencia

1+ La presencia de AAF se asocia con pérdidas fetales, prematuridad y trastornos hipertensivos del embarazo698.
1+ La nefritis activa se asocia con prematuridad y la historia de nefritis se relaciona con preeclampsia. Ambas se asocian con hipertensión arterial gestacional698.
1+/2+ La actividad del LES durante la gestación, la hipertensión materna y el tratamiento con prednisona con una dosis mayor de 20mg/día durante el embarazo se asocian con prematuridad698-700.
2+ La actividad del LES y la historia de proteinuria >0,5 g/día se asocian con pérdidas fetales699,700.
2+ El retraso en el crecimiento intrauterino se relaciona con niveles bajos de C3 o C4, con la hipertensión materna y con la ausencia de anticuerpos anti-Ro699.
2+ Las madres con anticuerpos anti-Ro tienen un riesgo en torno al 2% de que sus hijos sufran bloqueo cardíaco congénito701.
4 Los expertos recomiendan la planificación del embarazo en una consulta preconcepcional para determinar el perfil de riesgo y ajustar el tratamiento de cara a la gestación697,702,703.

Recomendaciones

D Se sugiere planificar el embarazo, incluyendo una consulta preconcepcional, para que la gestación se produzca en la situación clínica que minimice los riesgos para el feto y la madre. De no haberse planificado, se sugiere evaluar a la paciente tan pronto se reconozca el embarazo.
B En la consulta pregestacional se recomienda estimar el perfil de riesgo materno en base a la actividad del lupus, al grado de afección orgánica, al perfil de autoanticuerpos y al tratamiento recibido.
En la consulta preconcepcional se sugiere ajustar el tratamiento sustituyendo las medicaciones contraindicadas durante el embarazo por otras que sean seguras.
C En embarazos planificados se debe conocer la positividad o negatividad de anticuerpos antifosfolípido y anti-Ro de cara a planificar el seguimiento de complicaciones específicas (bloqueo cardíaco, insuficiencia placentaria, preeclampsia).
Se se sugiere posponer el embarazo tras un brote lúpico hasta al menos seis meses tras la remisión, especialmente si el brote ha afectado a órganos vitales.
B Se recomienda desaconsejar el embarazo a mujeres con LES con hipertensión pulmonar o con daño orgánico grave (renal, cardiaco o pulmonar) por grave riesgo vital para la madre y el feto.

7.1.2. Seguimiento del embarazo

Pregunta para responder:

  • ¿Qué monitorización específica y con qué frecuencia se debería llevar a cabo en pacientes embarazadas con lupus eritematoso sistémico?

El LES es una enfermedad que afecta fundamentalmente a mujeres en edad fértil y, es bien conocido que tanto la enfermedad como algunos de los fármacos utilizados para su manejo son un factor de riesgo para determinadas complicaciones durante la gestación como abortos de repetición, retraso del crecimiento, prematuridad o la preeclampsia. Por otra parte, la gestación en si supone un riesgo de exacerbación de la enfermedad697,702–704.

Una atención de calidad para este tipo de pacientes durante la gestación depende, en primer lugar, de un manejo controlado por un equipo multidisciplinar durante el curso de la misma. Las pacientes con LES requieren ser controladas en el contexto de una unidad de embarazo de alto riesgo, de la cual forme parte personal experto en enfermedades autoinmunes. En segundo lugar, requiere del establecimiento de un protocolo de seguimiento individualizado y bien definido. Por último, es muy importante la existencia de una Unidad de Neonatología. Sin embargo, aunque todos los autores coinciden en este concepto, el número de publicaciones en las que se describan protocolos específicos de monitorización es muy escaso, y en ningún caso se analiza comparativamente cuál de estos patrones de seguimiento es el mejor. La mayoría de los trabajos son revisiones narrativas, observaciones clínicas o series de casos697,702–704.

Carmona et al.705 analizaron la evolución del embarazo en 46 pacientes con LES desde el punto de vista clínico, analítico y con ecografías seriadas así como ecocardiografía fetal (tiene en cuenta todo lo detallado en la gráfica anterior).

El protocolo de manejo incluyó: 1) planificar la concepción para cuando la enfermedad esté inactiva; 2) visitas frecuentes de seguimiento por un equipo formado por un experto en enfermedades autoinmunes y un obstetra; 3) realización de ecografías secuenciales, estudio Doppler y ecocardiografía fetal; 4) evaluaciones seriadas de la situación inmunológica de la madre; 5) pautar aspirina a dosis bajas desde el primer mes de gestación hasta el momento del parto en el caso de mujeres con AAF positivos.

Los autores concluyen que la gestación en las pacientes con LES no debe considerarse como una condición de riesgo inaceptable para la madre y/o el feto siempre y cuando se planifique y las pacientes sean manejadas por un equipo multidisciplinar.

E.
observacio-
nal
2+

El estudio de Mintz et al.706 buscó definir la relación recíproca embarazo-LES para reducir la morbimortalidad materna y las pérdidas fetales. Recogieron los datos de 102 gestaciones en 75 pacientes de forma prospectiva de 1974-1983. Por parte del reumatólogo, se realizaba una visita basal, después mensual hasta el sexto mes y después cada dos semanas hasta el parto. Se realizaron visitas mensuales en el postparto. Por parte del obstetra, se realizaba una visita cada dos semanas en primer y segundo trimestres y después semanalmente hasta el parto.

Concluyen que en las pacientes con LES, el cuidado planificado durante el embarazo por parte de los reumatólogos, obstetras y neonatología puede reducir la elevada morbimortalidad de madres y fetos.

Casos y
controles
2+

Un estudio de 116 embarazos analizó la utilidad de la ecografía Doppler placentaria de segundo trimestre en mujeres con LES y/o SAF. Dieciséis embarazos finalizaron en aborto antes de la realización del primer Doppler, por lo que el análisis final se restringió a 100 pacientes. Las 72 pacientes con dos estudios Doppler normales dieron a luz un niño vivo, el 88% de las mismas sin complicaciones obstétricas (bajo peso, preeclampsia o prematuridad). Por el contrario, solo el 27% de las 18 mujeres con Doppler anormales dieron a luz a término sin complicaciones. En el análisis multivariante, el Doppler de arterias uterinas anormal en el segundo trimestre fue el único factor predictivo de pronóstico fetal adverso (OR= 13,84; IC95%: 3,41–56,16; P=0,001)707.

E.
observacio-
nal
2++

Resumen de la evidencia

No hay estudios disponibles donde se evalúen los efectos de protocolos específicos de monitorización de la embarazada con LES.
2 La gestación en las pacientes con LES no debe considerarse como una condición de riesgo inaceptable para la madre y/o el feto siempre y cuando se planifique y las pacientes sean manejadas por un equipo multidisciplinar. El protocolo de seguimiento debe incluir una serie de parámetros clínicos, de laboratorio, ecográficos maternos y fetales, y ecocardiográficos fetales a realizar en cada trimestre del embarazo. Este cuidado planificado durante el embarazo puede reducir la morbimortalidad de madres y fetos705,706.
2++ Los resultados de la ecografía Doppler placentaria del segundo trimestre son los mejores predictores de la evolución a largo plazo del embarazo707.

Recomendaciones

C Se sugiere un manejo multidisciplinar de la embarazada con LES por parte del obstetra y el especialista en enfermedades autoinmunes, con la participación de otros especialistas si se considera necesario.
Desde el punto de vista médico, se sugiere realizar una visita en el primer trimestre, cada 4-6 semanas hasta la semana 26 de gestación y cada dos semanas desde la semana 27 hasta el parto, todo ello sujeto a modificaciones según criterios obstétricos y médicos.
En cada visita, se sugiere monitorizar el peso, la tensión arterial y la presencia de proteinuria, especialmente en mujeres con riesgo de nefritis lúpica y/o preeclampsia.
Se sugiere la determinación de C3 y C4 para monitorizar la actividad lúpica, si bien sus niveles se ven alterados por el propio embarazo.
No se recomienda la determinación repetida de anticuerpos antinucleares, anti-ENA y anticuerpos antifosfolípido.
Se sugiere que los anti-ADN se soliciten en función de la sospecha clínica de brote.
Se recomienda un esquema de exploraciones ecográficas similar al siguiente, siempre sujeto al criterio del obstetra:

  • Semana 8-9: ecografía de confirmación de embarazo.
  • Semana 12: ecografía para triple cribado de cromosomopatías. En esta semana se puede hacer un primer estudio Doppler de arterias uterinas para estimar la probabilidad de preeclampsia en mujeres de riesgo (las que son anticuerpos antifosfolípido positivo, con historia de nefritis, preeclampsia y/o hipertensión arterial).
  • Semana 20: ecografía de malformaciones. Si no se ha hecho el Doppler de arterias uterinas en la semana 12 o si era anormal, se recomienda hacerlo en esta semana.
  • Semana 24: se puede repetir el Doppler de arterias uterinas por última vez si era anormal, para ver si se ha normalizado. Si no, se da definitivamente como patológico.
  • A partir de la semana 24, ecografías de crecimiento y Doppler umbilicales según el criterio del obstetra.
Cuando la embarazada tenga anticuerpos anti-Ro y/o anti-La positivos, se sugiere monitorización regular del corazón fetal con cálculo del intervalo PR ecográfico entre la semana 16 y 34, siempre de acuerdo a los criterios del obstetra y del especialista en cardiología fetal.

7.1.3. Tratamiento con antipalúdicos

Pregunta para responder:

  • ¿Se deben mantener los antipalúdicos si se produce un embarazo? ¿Cuál sería el de elección?

Las reagudizaciones durante el embarazo en las mujeres con LES han sido asociadas con daños irreversibles tanto para la madre, especialmente si afecta a órganos internos tales como el SNC o el riñón327, como para el embrión-feto, en primer lugar porque podría estar expuesto a un mayor número de medicamentos potencialmente peligrosos y, en segundo lugar, porque se ha demostrado que la actividad en sí misma es un predictor de resultados obstétricos adversos697.

Los antipalúdicos, la HCQ y la CQ, han demostrado ser eficaces para reducir el riesgo de brotes de la enfermedad y mejorar la supervivencia a largo plazo de los pacientes con LES. Sin embargo, durante años se ha especulado con su potencial efecto nocivo sobre el feto en desarrollo.

En la RS de ECA y estudios observacionales realizada por Ruiz-Irastorza et al., cuyo objetivo fue analizar toda la evidencia publicada de los efectos beneficiosos y adversos de los antipalúdicos en LES, se incluyen datos sobre la eficacia y toxicidad de HCQ y CQ en mujeres embarazadas327.

Un ECA y dos estudios de cohortes valoraron la actividad del LES durante el embarazo. La RS evaluó como alta la calidad de la evidencia que soporta una reducción de la actividad del LES en pacientes que toman antipalúdicos, incluido el periodo de embarazo.

Respecto a la seguridad (10 estudios, 275 embarazadas tomaron HCQ y 36 CQ), en ningún caso se informó sobre toxicidad ocular o auditiva y no se observó una mayor frecuencia de malformaciones congénitas entre los expuestos en comparación con los no expuestos.

RS
2++

En el estudio observacional prospectivo de Clowse et al.708, recogido en la RS de Ruiz-Irastorza et al.693, se analizó de forma específica el efecto de la suspensión de la HCQ en la actividad del LES en el embarazo. Las tasas de reagudización observadas entre las que no tomaron HCQ en los tres meses previos y durante el embarazo (grupo 1, n=163 embarazos), las que tomaron HCQ durante el embarazo (grupo 2, n=56 embarazos) y las que suspendieron la HCQ en los tres meses previos o en el primer trimestre del embarazo (grupo 3, n=38 embarazos) fueron 36% vs. 30% vs. 55%, respectivamente (P=0,053).

E.
observacio-
nal 2+

En una RS dónde se sintetiza la evidencia publicada sobre la seguridad de los antipalúdicos durante el embarazo, centrándose en la toxicidad ocular en la descendencia (588 niños expuestos a CQ o HCQ de 337 madres con enfermedad reumática, sobre todo LES, y 251 con malaria), de un total de 12 estudios incluidos, en cinco (n=251 niños expuestos) se realizó evaluación clínica de la función visual, no encontrándose anomalías visuales según lo informado por la madre, por el médico general o por el pediatra709.

En cuatro estudios (n=59) se llevó a cabo un examen oftalmológico en detalle en el primer año o más tarde y se informó de resultados normales en todos los casos. Los estudios de electrorretinografía llevados a cabo en tres pequeñas cohortes de niños expuestos prenatalmente a antipalúdicos (n=31) mostraron resultados normales excepto en tres lactantes de 3-7 meses de edad, los cuales fueron sometidos a un estudio de fondo de ojo cuando tuvieron cuatro años de edad no apreciándose en ese momento anomalías.

RS
2++

En otra RS identificada se revisó y evaluó la literatura reciente sobre la seguridad de los fármacos antirreumáticos modificadores de la enfermedad (FAME) usados en el embarazo. Se recogieron estudios de seguimiento a embarazadas en tratamiento con HCQ o CQ frente a placebo (un ECA y siete estudios observacionales)710.

No se observaron alteraciones visuales ni auditivas en toda la cohorte de recién nacidos vivos (n=224) con periodos de seguimiento que variaron entre los nueve meses y los 19 años. Ningún estudio de los incluidos encontró relación entre toma de HCQ o CQ y anormalidades visuales ni auditivas, ni tampoco un mayor riesgo de malformaciones congénitas entre los expuestos a estos fármacos frente a los no expuestos.

RS
2++

Las mujeres que se comunicaron con el Servicio de Información sobre Teratología israelí, por exposición gestacional a HCQ entre los años 1998 y 2006 (69% LES), se incluyeron en el estudio observacional prospectivo de Diav-Citrin et al.711 para evaluar la tasa de anomalías congénitas tras la exposición intrauterina a HCQ en comparación con un grupo sin exposición a agentes teratogénicos. Este grupo control fue seleccionado al azar de mujeres que contactaron dicho servicio de información durante el embarazo expuestas a agentes que se sabe que no son teratogénicos, en un marco de tiempo similar. En cuanto a anomalías mayores valoradas en el seguimiento del embarazo y durante el primer año de vida, se observaron 7/97 en el grupo de expuestos y 15/440 en el grupo de no expuestos, diferencia cercana a la significación estadística (P=0,094). Respecto a anomalías sin entidad genética, cromosómica o infecciones congénitas se presentaron 5/95 en el grupo de expuestos frente a 15/440 en el grupo control (P=0,355).

No existe información sobre la seguridad de la mepacrina en el embarazo.

E. cohortes
2+

Resumen de la evidencia

2++ El tratamiento con HCQ de pacientes con LES embarazadas disminuye la actividad de la enfermedad327.
2+ La suspensión de HCQ en el primer trimestre del embarazo aumenta los brotes de la enfermedad708.
2++/2+ El tratamiento con HCQ o CQ durante el embarazo en pacientes con LES no se relaciona con anomalías visuales o auditivas ni con un mayor riesgo de desarrollar anomalías/malformaciones congénitas en los recién nacidos. No obstante, la evidencia disponible para la CQ es menor (menor número de pacientes estudiados) que para la HCQ693,709-711.
No existe información sobre la seguridad de la mepacrina en el embarazo.

Recomendaciones

B Se recomienda mantener la hidroxicloroquina durante el embarazo.
Debido a que la hidroxicloroquina es más segura en el embarazo y ha sido más estudiada que la cloroquina, se sugiere utilizarla como antipalúdico de elección en esta situación.

7.1.4. Prevención de complicaciones obstétricas en pacientes con anticuerpos antifosfolípido

Pregunta para responder:

  • ¿Cuál es la prevención de las complicaciones obstétricas en pacientes con anticuerpos antifosfolípido?

Los AAF se asocian con trombosis arteriales y/o venosas y morbilidad obstétrica. Estos anticuerpos están presentes en un tercio de los apcientes con LES y su presencia se asocia a un peor resultado del embarazo en pacientes con LES712,713.

La evidencia indentificada para la prevención de las complicaciones obstétricas en pacientes con AAF proviene de estudios observacionales muy heterogéneos.

Un reciente estudio ha comparado las complicaciones obstétricas de 513 pacientes con criterios de SAF obstétrico, sin trombosis previas, tratadas con heparina no fraccionada o de bajo peso molecular (HBPM) + ácido acetilsalicílico (AAS) con las del grupo control formado por 791 pacientes, con historia previa de abortos de repetición o muertes fetales, sin AAF y sin tratamiento714. La tasa de nacidos vivos en el embarazo estudiado fue del 69% y 68%, respectivamente, con un 84% y 85%, respectivamente, de las que superaron la 10ª semana de embarazo. Sin embargo, la frecuencia de complicaciones placentarias (preeclampsia, desprendimiento de placenta, retraso del crecimiento intrauterino) fue mayor en las pacientes con SAF tratadas que en el grupo control (25% vs. 17%; P=0,0032).

E.
observacio-
nal
2++

Una RS analizó en 2002 el efecto de diferentes agentes en la prevención de pérdidas obstétricas en mujeres con abortos y/o muertes fetales y AAF715. Se incluyeron finalmente 10 ECC, comparando AAS con placebo o tratamiento habitual (n=3), AAS frente a AAS + heparina no fraccionada (n=2), AAS + heparina a bajas dosis frente a AAS + heparina a altas dosis (n=1), prednisona + AAS frente a AAS o placebo (n=2), prednisona + AAS frente a AAS + heparina (n=1) e imnunoglobulinas + heparina + AAS frente a placebo + heparina + AAS (n=1). Los autores concluyeron que únicamente la comparación AAS + heparina vs. AAS mostraba una diferencia estadísticamente significativa (RR= 0,46; IC95%: 0,29-0,71).

RS
1-

Un MA con metaregresión analizó cinco ECA o con asignación consecutiva de tratamiento en lo que se comparaba el efecto de añadir HBPM a AAS en mujeres con pérdidas obstétricas recurrentes y AAF. Los autores concluyeron que las pacientes tratadas con terapia combinada mostraron una mayor frecuencia de niños nacidos vivos (RR= 1,3; IC95%: 1,04-1,63). También se observó una tendencia no significativa en reducción de preeclampsia en tanto que no se observaron diferencias en la tasa de prematuridad ni en el peso al nacimiento716.

MA
1-

Ziakas et al. publicaron en 2010 un tercer MA que analizó de forma separada los estudios que compararon AAS sola con heparina no fraccionada (n=3) y con HBPM (n=2). Solo se observó una reducción significativa en la tasa de abortos tempranos con la combinación AAS + heparina no fraccionada (RR= 0,26; IC95%: 0,14-0,48). No se encontraron diferencias significativas entre AAS y AAS + HBPM en abortos tempranos ni entre ninguna de las terapias combinadas y AAS en el número de muertes fetales717.

MA
1-

Pese a la llamativa uniformidad de los resultados de las tres RS, hay una serie de factores que limitan de forma importante la conclusión de que el tratamiento combinado con AAS y heparina debe administrarse a todas las mujeres con SAF obstétrico. Por un lado, los ECC en los que se sustenta la diferencia a favor de la terapia combinada son los mismos en las tres RS. Se trata de dos ECC realizados en la década de los 90, con importantes limitaciones en cuanto al perfil obstétrico e inmunológico de las pacientes, ya que un número significativo de las pacientes no cumplen criterios estrictos de SAF. Además, en uno de ellos el tratamiento no se asignó de forma aleatoria, sino consecutiva718. De hecho, la principal discrepancia entre los diferentes ECC radica en el grupo tratado con AAS, que en los citados ECC obtuvo unos resultados muy inferiores a los que se han observado en la práctica totalidad de estudios con asignación al azar y observacionales. Por otro lado, es llamativa la ausencia de diferencias entre el tratamiento con AAS o combinado a partir del primer trimestre. Todo ello lleva a cuestionar el tratamiento combinado universal en mujeres con SAF obstétrico con historia de abortos de primer trimestre. Las recomendaciones en pacientes con historia de muerte fetal o preeclampsia grave tampoco están sustentadas en la evidencia, dada la escasa representación de pacientes con este perfil en los estudios publicados.

Por tanto, las recomendaciones de prevención de complicaciones obstétricas en mujeres con SAF obstétrico (sin historia de trombosis) más extendidas son las siguientes718:

a) Abortos precoces de repetición: Aspirina a dosis bajas sola o asociada a HBPM a dosis profilácticas habituales (p.ej. enoxaparina 40 mg/día o dalteparina 5000 U/día subcutáneas).

b) Muerte fetal (>10 semanas de gestación) o parto prematuro (<34 semanas de gestación) secundario o preeclampsia grave o insuficiencia placentaria: Aspirina a dosis bajas asociada a HBPM a dosis profilácticas habituales (p. ej. enoxaparina 40 mg/día o dalteparina 5000 U/día subcutáneas).

Opinión de
expertos
4

En un estudio observacional de 77 embarazos en 56 mujeres con SAF, Carmona et al. analizaron los factores asociados con un pronóstico adverso del embarazo. En el modelo multivariante final, el tratamiento preconcepcional con AAS se asoció con una mayor probabilidad de nacimiento de niño vivo719.

E.
observacio-
nal
2+

Una RS que analizó tres ECA concluyó que las Ig intravenosas no son un tratamiento útil para las manifestaciones obstétricas del SAF720.

RS
1+

En un estudio observacional, 18 mujeres (23 embarazos) con SAF obstétrico refractario a aspirina y heparina fueron tratadas con prednisolona 10 mg/día, además del tratamiento antitrombótico combinado, desde el diagnóstico del embarazo hasta la semana 14. El 61% de los embarazos finalizaron con éxito, el 60% de ellos sin complicaciones721.

Serie de
casos
3

Resumen de la evidencia

2++ El tratamiento de mujeres con SAF obstétrico con HBPM y AAS durante un nuevo embarazo reduce la frecuencia de abortos y muertes fetales a cifras similares a las de pacientes con mala historia obstétrica sin SAF. Sin embargo, siguen presentando una mayor tasa que los controles de complicaciones como preeclampsia, desprendimiento de placenta y retraso del crecimiento intrauterino714.
1- La combinación AAS más heparina es más eficaz que AAS en monoterapia en reducir el número de abortos y muertes fetales en mujeres con AAF e historia obstétrica adversa, sin embargo, esta mayor eficacia se limita al primer trimestre715-717.
4 Dadas las limitaciones de los ensayos clínicos y la ausencia de estudios enfocados a las muertes fetales, las recomendaciones de tratamiento en mujeres con SAF obstétrico siguen marcadas en gran medida por recomendaciones de expertos718.
2+ El tratamiento con AAS preconcepcional es un factor independiente de buen pronóstico fetal en mujeres con SAF719.
1++ Las Ig intravenosas no son un tratamiento útil de las manifestaciones obstétricas del SAF720.
3 La prednisona a dosis de 10 mg/día hasta la semana 14 de embarazo puede aumentar las tasas de éxito en mujeres con SAF obstétrico refractario a tratamiento con AAS y heparina721.
El tratamiento del SAF obstétrico y de las mujeres portadoras asintomáticas de AAF durante el embarazo se basa en la AAS y la heparina, sin embargo no existe evidencia suficiente para establecer pautas específicas.

Recomendaciones

Se sugiere que las pacientes con síndrome antifosfolípido obstétrico e historia de abortos precoces (≤10 semanas) de repetición sean tratadas con aspirina, con o sin heparina asociada.
Se sugiere que las pacientes con síndrome antifosfolípido obstétrico e historia de muerte fetal (>10 semanas) o preeclampsia grave con insuficiencia placentaria sean tratadas con aspirina y heparina a dosis profilácticas.
Se sugiere que las portadoras asintomáticas de anticuerpos antifosfolípido sean tratadas con aspirina.
C Se sugiere que la aspirina se inicie de manera preconcepcional.
Por su disponibilidad en España y su comodidad, se sugiere utilizar heparina de bajo peso molecular sobre heparina no fraccionada.
A No se recomienda utilizar inmunoglobulinas intravenosas para el tratamiento de las manifestaciones obstétricas del síndrome antifosfolípido.
En casos refractarios, se puede utilizar prednisona a dosis ≤10 mg/día, hasta la semana 14, si bien es una medida no exenta de riesgo.

7.2. Fertilidad y anticoncepción

7.2.1. Técnicas de reproducción asistida

Pregunta para responder:

  • ¿Son los procedimientos de reproducción asistida seguros y eficaces en el lupus eritematoso sistémico? ¿Es segura la estimulación ovárica en mujeres con lupus eritematoso sistémico?

Las recomendaciones que se hacen sobre la seguridad y eficacia de los procedimientos de reproducción asistida, incluyendo la estimulación ovárica, en pacientes con LES se han obtenido solo de dos estudios observacionales y ninguno de ellos tiene como objetivo principal responder a las preguntas planteadas. Todos incluyen no solo pacientes con LES sino también pacientes con SAF.

Dos estudios históricos de pequeña muestra (n=19 y 21, respectivamente) analizaron la seguridad y eficacia de los procedimientos de reproducción asistida, incluyendo la estimulación ovárica722,723.

En el primero se analizó la eficacia y seguridad de la estimulación ovárica y las técnicas de fecundación in vitro en 68 ciclos en pacientes que estaban estables respecto a actividad de la enfermedad y tenían tratamiento con HCQ y/o glucocorticoides y/o inmunosupresores. Sus autores concluyen que estos procedimientos son eficaces en pacientes con LES y SAF pero conllevan una tasa alta de complicaciones maternas y fetales durante los procedimientos en sí y en el embarazo: brotes leves de LES en el 25% de los ciclos, síndrome de hiperestimulación ovárica en dos pacientes (13%), eclampsia (un paciente) y NL (un paciente). No se produjo ninguna trombosis. Hubo gestaciones múltiples y prematuridad (50%) con complicaciones secundarias a ella en el 38% de los nacidos722.

E.
observacio-
nal
2-

El segundo estudio se centró en la importancia de planificar la estimulación ovárica para evitar complicaciones. Incluyó 13 pacientes con enfermedad autoinmune (nueve con LES, uno con lupus discoide y tres con SAF) y ocho pacientes sin enfermedad diagnosticada pero con algunos síntomas que, retrospectivamente, sugerían enfermedad autoinmune. Se llevaron a cabo 114 ciclos de estimulación ovárica. La incidencia de brotes de LES fue tres veces más alta en las pacientes en que la estimulación ovárica no fue planeada (la enfermedad estaba activa o no tenía tratamiento por no haberse diagnosticado aún). También se incrementó tres veces más la actividad de la enfermedad en aquellas pacientes tratadas con gonadotropinas que en aquellas tratadas con clomifeno. No hubo casos de síndrome de hiperestimulación ovárica. Los autores concluyen que la estimulación ovárica es más segura cuando se planea y se lleva a cabo en pacientes con enfermedad controlada723.

E.
observacio-
nal
2-

Resumen de la evidencia

La evidencia disponible sobre la eficacia y seguridad de los procedimientos de reproducción asistida en el LES es muy escasa y de muy baja calidad metodológica.
2- Los brotes graves de LES y el síndrome de hiperestimulación ovárica no parecen ser frecuentes en mujeres sometidas a tratamientos de estimulación ovárica722,723.
2- La reactivación de la enfermedad es menor si las pacientes se encuentran en remisión723.
2- La multigestación es común. La prematuridad puede alcanzar hasta el 50% de los nacidos y más de un tercio de ellos pueden presentar complicaciones asociadas a esta prematuridad722.

Recomendaciones

Se sugiere realizar una evaluación exhaustiva del riesgo cardiovascular y de la actividad de la enfermedad antes de iniciar procedimientos de reproducción asistida, incluyendo la estimulación ovárica, programándolos en situación de enfermedad controlada.
Se sugiere administrar tratamiento profiláctico con heparina de bajo peso molecular en aquellas pacientes con anticuerpos antifosfolípido positivos.

7.2.2. Métodos anticonceptivos

Pregunta para responder:

  • ¿Qué metodos anticonceptivos son seguros en mujeres con lupus eritematoso sistémico?

En la elección de un método anticonceptivo en pacientes con LES se deben de tener en cuenta los efectos secundarios de estos fármacos. Potencialmente, los estrógenos pueden incrementan el riesgo de trombosis y de reactivación del LES.

Según un estudio observacional publicado en 2011, el 78% de las pacientes con LES menores de 45 años con riesgo de embarazo no deseado había usado contracepción en los últimos tres meses, sin embargo, sólo el 41% habían recibido consejo sobre contracepción en el año anterior724.

Una RS de calidad metodológica alta analizó la evidencia disponible sobre la seguridad de los distintos métodos anticonceptivos en mujeres con LES (13 estudios incluidos, n=4117 mujeres)725. Los métodos evaluados fueron los anticonceptivos hormonales orales combinados (dos ECA y dos estudios de cohorte), aquellos que contenían solo progesterona (tres cohortes, un ECA y un ECnA) y los dispositivos intrauterinos (DIU) (un ECA y un estudio de cohortes). Se proporcionaron resultados principalmente sobre la actividad de la enfermedad, incidencia de brotes y complicaciones vasculares.

Un estudio aleatorizado277, doble ciego que incluyó 183 mujeres con LES, inactivo (76%) o con actividad moderada pero estable (24%), que recibieron al azar un anticonceptivo oral trifásico o placebo, no encontró diferencias significativas en cuanto a actividad del LES, incidencia, gravedad y momento de aparición de los brotes. Otro ECA (n=162) asignó a las pacientes al azar a recibir anticonceptivos orales combinados, una píldora que solo contenía progestina, o un DIU. Entre los resultados obtenidos no se encontraron diferencias en la actividad los mismos resultados726. Las mujeres fueron excluidas de ambos ensayos si presentaban contraindicaciones a cualquiera de los medicamentos del estudio, antecedentes de eventos tromboembólicos, ECV o del hígado, o eran fumadoras con edades superiores a 35 años.

La evidencia sobre los anticonceptivos hormonales y eventos cardiovasculares evaluada en esta revisión es más limitada debido a la variabilidad de los estudios en cuanto a calidad y medidas de resultado. Los dos estudios que evaluaron específicamente el riesgo de trombosis incluyen sólo pacientes con AAF positivos y observaron una tendencia de asociación positiva entre el uso de anticonceptivos hormonales y tromboembolismo, sobre todo arterial.

El uso de los DIU se investigó en dos de los estudios incluidos en esta RS, un ECA (n=54) y un estudio observacional histórico (n=28). No se encontraron diferencias en la actividad del lupus frente a los otros métodos. No se dieron casos de infección en el tracto genital ni pelvis, ni complicación hemorrágica importante. El estudio observacional informa una permanencia del dispositivo a los tres años del 43%.

RS
1++/2++

Un estudio posterior de cohortes multicéntrico (n=187) evaluó la tolerabilidad ginecológica de dos anticonceptivos hormonales orales que contenían solo progesterona (ciproterona acetato 50 mg/día y clormadinona acetato 10 mg/día) y, secundariamente, la seguridad vascular y actividad del LES medida por la incidencia de brotes727.

La tolerabilidad ginecológica fue una medida de resultado principal, se obtuvieron los siguientes resultados: en el grupo de la ciproterona con respecto a la clormadinona fue más frecuente la amenorrea (17,7 vs. 12,6%, P=0,015), sin embargo la necesidad de dejar el tratamiento por este motivo no fue diferente entre los grupos (0,8 y 4,6%, respectivamente, P=0,142). Los síntomas hipoestrogénicos también se dieron más en el grupo de la ciproterona (P=0,01) y se suspendió el tratamiento en dos pacientes de este grupo. El abandono del tratamiento fue de cuatro y tres personas en cada grupo por estado depresivo, ganancia de peso y cefaleas. La efectividad contraceptiva fue del 100% en toda la cohorte.

Respecto a la actividad del LES, se observó una reducción en el número de brotes comparado con el periodo anterior sin progesterona. Los eventos vasculares fueron una trombosis venosa, un infarto de miocardio y una trombosis de la arteria tibial posterior. Esto supone una incidencia de tromboembolismo y trombosis arterial similar a la observada en otra cohorte sin tratamiento hormonal.

E. cohortes
2-

Resumen de la evidencia

1++ El uso de contraceptivos hormonales combinados no conducen a un aumento de los brotes ni de la actividad de la enfermedad en las pacientes con LES estable o inactivo, sin antecedentes de eventos tromboembólicos, sin AAF, sin ECV o del hígado, no fumadoras y con edades inferiores a 35 años725.
2++/2- Los compuestos con progesterona son efectivos, bien tolerados y no aumentan la incidencia de exacerbaciones725,727.
2++ Las mujeres con LES tienen mayor riesgo de tromboembolismo, particularmente las que tienen AAF positivo. Hay una tendencia a la asociación entre historia de uso de anticonceptivos hormonales y tromboembolismos725.
2++ Los DIU no provocan la aparición de brotes ni parecen aumentar las infecciones del tracto genital. Sin embargo la evidencia disponible es más escasa725.

Recomendaciones

Aunque los beneficios de la contracepción hormonal pueden superar a los riesgos en muchas pacientes con LES, se sugiere realizar una evaluación exhaustiva del riesgo cardiovascular y de la actividad de la enfermedad antes de iniciar tratamiento con anticonceptivos hormonales combinados.
B En mujeres con anticuerpos antifosfolípido positivos, se recomienda evitar los anticonceptivos hormonales combinados por tener un riesgo mayor de sufrir fenómenos trombóticos arteriales y venosos.
B Por su seguridad, se recomienda tener en cuenta el uso del DIU (incluidos los dispositivos con progestágenos) o métodos de barrera, dentro de los posibles métodos anticonceptivos en mujeres con LES, especialmente en mujeres con contraindicaciones para el uso de anticonceptivos estrogénicos.