7.1. La falta de higiene como factor de riesgo de la ITU: uso del pañal y presencia de oxiurasis
- La falta de higiene relacionada con el uso del pañal, ¿tiene algún efecto sobre la incidencia de la ITU?
- La falta de higiene relacionada con la presencia de oxiuriasis, ¿tiene algún efecto sobre la incidencia de la ITU?
La zona periuretral está colonizada por bacterias anaeróbicas y aeróbicas procedentes del tracto gastrointestinal que forman parte de la barrera defensiva frente a los microorganismos patógenos. Algunas circunstancias, como el uso de ciertos pañales en población pediátrica no continente114 o la infestación por Enterobius vermicularis (oxiuros), especialmente en niñas escolares115, pueden romper el equilibrio de dicha barrera y constituir factores de riesgo de infección del tracto urinario (ITU), al favorecer la colonización periuretral por bacterias patógenas procedentes de las heces.
Un estudio incluido en la GPC del NICE, realizado en 2 hospitales pediátricos de Finlandia, investiga el papel de los diferentes tipos de pañal (superabsorbentes, normales y de algodón lavable) y de los hábitos de cuidados como factor de riesgo de ITU, en 196 casos ingresados por un primer episodio de ITU (104 niñas, 92 niños; media de edad 0,60 años, rango de 0,03 a 2,89 años) y en 196 controles ingresados por otras causas (104 niñas, 92 niños; media de edad 0,62 años, rango de 0,02 a 2,76 años). Tanto los casos como los controles llevan pañal día y noche. El estudio no encuentra diferencias significativas en cuanto al tipo de pañal: pañal superabsorbente (OR 0,95; IC95% 0,62 a 1,46), pañal normal (OR 1,04; IC95% 0,69 a 1,57), pañal de algodón lavable (OR 1,00; IC95% 0,46 a 2,16), ni en cuanto a los hábitos y cuidados (número de pañales usados diariamente, número de deposiciones al día, frecuencia con que lavan las nalgas, tiempo sin pañal al día y frecuencia de dermatitis del pañal)11.
Un estudio realizado en Japón investiga la asociación entre frecuencia en el cambio de pañales y la presencia de ITU en 128 niños no continentes (edad 2 meses a 2,5 años), atendidos en una clínica pediátrica a nivel ambulatorio por presencia de fiebre ≥ 38 ºC y sin síntomas compatibles con infección del tracto respiratorio superior. Se observa una diferencia significativa en la frecuencia de cambio de pañal, siendo menor en los niños con ITU (p<0,0001). En los casos, 32 niños con ITU (14 niños y 18 niñas; edad 1,2 ± 0,6 años), el número de deposiciones diarias fue de 0,5 a 5,0 (media 1,4 ± 1,0) y el número de cambios de pañal fue de 3,0 a 8,0 (media 4,7 ± 1,4); mientras que en los controles, 96 niños sin ITU (52 niños y 44 niñas; edad 1,1 ± 0,6 años), el número de deposiciones diarias fue de 0,5 a 5,0 (media 1,6 ± 1,1) y el número de cambios de pañal fue de 5,0 a 11,0 (media 7,5 ± 1,4)116.
Un estudio realizado en Irán a nivel hospitalario estudia el tipo de pañal (superabsorbentes, normales, y lavables de algodón) como factor de riesgo de ITU en niñas (edad 1 a 24 meses) ingresadas: 59 niñas hospitalizadas (edad 9,57 ± 6,06 meses) por primera ITU y 59 niñas (edad 9,60 ± 5,80 meses) hospitalizadas por otros motivos (generalmente, cirugía). Se observa un mayor uso del pañal superabsorbente en las niñas con ITU (62,71% frente a 35,59%; OR 3,29, p = 0,005) y un mayor uso del pañal normal en las niñas sin ITU (64,41% frente a 37,29%; p = 0,005). No había diferencias entre los grupos respecto al número de pañales usados al día (p = 0,15) ni en cuanto al tiempo transcurrido hasta el cambio del pañal (p = 0,14)114.
Un estudio realizado en Turquía evalúa la presencia de huevos de Enterobius vermicularis en 55 niñas (edad 6,7 ± 3,1 años) diagnosticadas de ITU y en 55 niñas (edad 7,0 ± 3,9 años) sin historia previa de ITU. El estudio muestra que el 36,4% de las niñas con ITU tenían huevos de oxiuros en la región perianal y/o perineal, frente al 16,4% de las niñas del grupo control (p < 0,05). Por edades, no existían diferencias estadísticamente significativas en el grupo de 1 a 6 años (16% de las niñas con ITU tenían huevos de oxiuros frente al 12% en el grupo control), mientras que en el grupo de 7 a 14 años, el 53% de las niñas con ITU tenían huevos de oxiuros, frente al 19% en el grupo control (p = 0,012)117.
Un estudio incluido en la GPC del NICE, realizado en Estados Unidos, evalúa la presencia de oxiuros en 41 niñas (edad media 5,5 años) con historia clínica de ITU recurrente y en 58 niñas (edad media 6,4 años) sin historia clínica de ITU. El estudio muestra que un 22% (9/41) y un 5,2% (3/58) de las niñas, respectivamente, presentaban test de Graham positivo11.
Un estudio realizado en Turquía evalúa la presencia de síntomas urinarios y de bacteriuria en 380 niñas escolares: 150 niñas (39,5%) con test de Graham positivo y 230 niñas (60,5%) con test de Graham negativo. No hubo diferencias estadísticamente significativas con respecto a la frecuencia de disuria en el grupo de oxiuros positivo (18,7%) y en el grupo oxiuros negativo (14,8%) (p > 0,05). En cambio, las niñas con oxiuros positivos presentaron de forma estadísticamente significativa una mayor frecuencia de nicturia (45,3% frente a 6,1%) (p < 0,05), enuresis nocturna (26% frente a 10,9%) (p < 0,05), y de bacteriuria (12% frente a 3%) (p < 0,05)118.
Un estudio realizado en Chile evalúa la frecuencia y tipo de inflamación genital y de infección urinaria en 35 niñas (rango de edad 1,5 a 14 años) infectadas por Enterobius vermicularis. El estudio muestra que 14 casos (40%) presentaban disuria; 10 casos (29%), orinas de mal olor; 2 casos (6%), orina turbia; 1 caso (3%) hematuria; 4 casos (11%), enuresis primaria; y solo 1 caso (3%), ITU115.
Resumen de la evidencia
2+ | No existen diferencias significativas en cuanto a tipo de pañal (superabsorbentes, normales y de algodón lavable), y en cuanto a hábitos y cuidados (número de pañales usados diariamente, número de deposiciones al día, frecuencia con que lavan las nalgas, tiempo sin pañal al día y frecuencia de dermatitis del pañal) entre la población pediátrica con ITU y la población pediátrica sin ITU11. |
2- | Existe una asociación significativa entre la menor frecuencia de cambio de pañal y la presencia de ITU en niños y niñas menores de 2,5 años (p < 0,0001)116. |
2- | Existe una asociación significativa entre el uso del pañal superabsorbente y un mayor riesgo de ITU en niñas menores de 2 años (p = 0,005)114. |
2+ | Las niñas con ITU tienen mayor prevalencia de huevos de oxiuros en la región perianal y/o perineal en comparación a las niñas sin historia de ITU (36,4% frente a 16,4%)117. |
2- | Hay una mayor prevalencia de bacteriuria y de síntomas urinarios (nicturia, enuresis nocturna) (p < 0,05) en las niñas de edad escolar con oxiuros positivo118. |
3 | En niñas infectadas por Enterobius vermicularis no se ha podido comprobar un aumento de los casos de ITU115. |
Recomendaciones
√ | Se recomienda cambio de pañal frecuente. |
D | Se recomienda descartar infección por oxiuros en niñas con ITU recurrente. |
7.2. La lactancia materna y su papel protector frente a la ITU
Preguntas a responder: • La lactancia materna, ¿tiene algún efecto protector frente a la ITU? |
La lactancia materna (LM) tiene un efecto protector sobre diversas infecciones de la infancia, como la gastroenteritis aguda, las infecciones respiratorias o la otitis media aguda. La leche materna contiene inmunoglobulinas (especialmente la inmunoglobulina IgA secretora), oligosacáridos, glicoproteínas con propiedades antiadhesivas y citoquinas. Todos ellos son factores antiinfecciosos119. Existe menos evidencia científica sobre el efecto protector de la LM sobre la ITU.
Un estudio incluido en la GPC del NICE, realizado en Suecia, investiga la asociación entre LM y riesgo de primera ITU febril, en 200 niños (89 niños y 111 niñas; edad 0,98 ± 1,15 años, rango de 0 a 6 años) que acuden al centro hospitalario con una primera ITU sintomática, y en 336 niños (147 niños y 189 niñas, edad 0,97 ± 1,15 años) sin historia de ITU previa. Se observa que el riesgo de ITU era superior en los niños que no recibían LM, comparado con los que recibían LM de forma exclusiva (HR 2,30; IC95% 1,56 a 3,39, p < 0,001). El efecto protector de la LM exclusiva dependía de la duración y del sexo del niño. Una mayor duración de la LM se asociaba a un menor riesgo de ITU tras su cese: el riesgo de ITU se incrementaba más rápidamente si la LM cesaba a los 2 meses de vida que si se cesaba a los 7 meses. Y el efecto protector era más importante en las niñas que en los varones: riesgo de ITU en niñas que no recibían LM (HR 3,78); riesgo de ITU en niños que no recibían LM (HR 1,63) (p = 0,0491)11.
Un estudio realizado en Irán con 50 niños menores de 1 año hospitalizados por ITU (21 niños y 29 niñas; edad 8,7 ± 3,3 meses) y con 50 niños sanos (25 niños y 25 niñas; edad 9,1 ± 2,9 meses), provenientes de visitas domiciliarias rutinarias, muestra de forma estadísticamente significativa que los niños que recibían LM exclusiva tenían menos riesgo de ITU que los que recibían sucedáneo de leche materna (OR 0,1; IC95% 0,027 a 0,329) o lactancia mixta, lactancia materna combinada con sucedáneo de leche materna (OR 0,33; IC95% 0,124 a 0,866). Del mismo modo, los niños que recibían lactancia mixta tenían menos riesgo que los que recibían solamente sucedáneo de leche materna (OR 0,3; IC95% 0,091 a 0,92). Este estudio muestra además que una duración de la LM de más de 6 meses se asociaba a un menor riesgo de ITU, comparado con una duración de LM inferior o igual a los 6 meses (OR 0,29; IC95% 0,121 a 0,714)120.
Un estudio realizado en Italia que incluye 128 casos menores de 6 meses de edad (81 niños y 47 niñas) hospitalizados por ITU y 128 controles (81 niños y 47 niñas) ingresados con enfermedad aguda (excluyen a los niños diagnosticados de diarrea aguda e infección respiratoria, ya que la LM confiere protección frente a estas enfermedades) muestra que el 50% de los casos habían recibido LM (exclusiva o mixta), frente al 73% de los controles. La LM estaba asociada de forma estadísticamente significativa con un menor riesgo de ITU (OR 0,38; IC95% 0,22 a 0,65)121.
Un estudio retrospectivo realizado en Estados Unidos evalúa los factores de riesgo para la recurrencia de ITU en 84 niños con ITU (52 niñas y 32 niños; edad media 4,8 años; rango de 2,3 a 7,2 años), menores de 6 meses de edad en el momento del diagnóstico y sin alteraciones radiográficas, y durante un periodo medio de seguimiento de 4,4 años. El estudio muestra que el 31% de los niños con ITU recurrente habían recibido menos de 4 meses de LM, frente a un 46% de los niños sin recurrencia de ITU, diferencia estadísticamente no significativa (p = 0,297)122.
Un estudio realizado en Estados Unidos que incluye una muestra de 315 niños menores de 3 meses ingresados en urgencias o clínica pediátrica con urocultivo realizado, evalúa el efecto de la LM como factor protector. El estudio concluye que no existen diferencias significativas en cuanto al riesgo de ITU en niños alimentados mediante LM y niños alimentados con sucedáneo de leche materna exclusivamente119. Las conclusiones de este estudio no se pueden asumir como válidas, dadas las importantes limitaciones metodológicas del estudio y del inadecuado análisis estadístico de los datos que los autores llevan a cabo123.
Resumen de la evidencia
2+ | El riesgo de la primera ITU febril aumenta en los niños y niñas que no reciben LM, comparados con los que reciben LM exclusiva (HR 2,30; IC95% 1,56 a 3,39, p < 0,001)11. |
2+ | La población pediátrica que recibe LM exclusiva presenta menos riesgo de ITU que aquella que recibe sucedáneo de leche materna, y que aquella que recibe lactancia mixta (OR 0,1; IC95% 0,027 a 0,329) y (OR 0,33; IC95% 0,124 a 0,866), respectivamente. A su vez, la población pediátrica que recibe lactancia mixta tiene menos riesgo de ITU que la que recibe sucedáneo de leche materna (OR 0,3; IC95% 0,091 a 0,92)120. |
2+ | La población pediátrica que recibe LM (exclusiva o mixta) presenta menos riesgo de ITU (OR 0,38; IC95% 0,22 a 0,65)121 |
2+ | Una duración de más de 6 meses de la LM se asocia a un menor riesgo de ITU (OR 0,29; IC95% 0,121 a 0,714)120. |
2+ | Una mayor duración de la LM se asocia a un menor riesgo de ITU tras su cese11. |
2- | En niños y niñas que han recibido LM durante menos de 4 meses no existen diferencias estadísticamente significativas en la tasa de recurrencias de ITU (p = 0,297)122. |
Recomendaciones
C | Se recomienda informar a las madres de los beneficios y del efecto protector de la lactancia materna para la planificación de la alimentación del futuro lactante. |
C | Se recomienda que la lactancia materna se prolongue más de 6 meses. |
7.3. La fimosis como factor de riesgo de ITU
Preguntas a responder: • Los niños no circuncidados, ¿tienen mayor posibilidad de padecer una ITU? |
El objetivo de esta revisión es valorar si la existencia de fimosis, que conlleva flujo miccional insuficiente y retención de secreciones en el surco balanoprepucial, se relaciona con la existencia de ITU y si por tanto sería necesaria su corrección, mediante medidas adecuadas.
Una RS incluida en la GPC del NICE evalúa los efectos de la circuncisión sobre el riesgo de desarrollar ITU, a partir de los datos de 12 estudios incluidos (10 de ellos realizados en Norteamérica). El metaanálisis por subgrupos, realizado de acuerdo al diseño de estudio, muestra que en niños de 1 a 3 años de edad (datos provenientes de 4 estudios de cohortes), en niños de 1 mes a 5 años de edad (datos provenientes de 7 estudios casoscontrol), y en niños de entre 3 meses a 10 años de edad (datos provenientes de un ECA), la circuncisión disminuye el riesgo de ITU (OR 0,13; IC95% 0,07 a 0,24), (OR 0,13; IC95% 0,07 a 0,23) y (OR 0,13; IC95% 0,01 a 2,63), respectivamente. El resultado global del metaanálisis muestra un efecto beneficioso a favor de la circuncisión en la disminución del riesgo de ITU (OR 0,13; IC95% 0,08 a 0,20)11.
Un estudio incluido en la GPC del NICE, realizado en Estados Unidos sobre una población de 28.812 recién nacidos durante 1996 (entre ellos, 14.893 varones de los cuales el 64,9% fueron circuncidados en el periodo neonatal), encuentra que la edad media de diagnóstico de una ITU fue de 2,5 meses en los niños no circuncidados; de 4,5 meses en los niños circuncidados, y de 6,5 meses en las niñas.
Adicionalmente, a partir de los datos de una segunda cohorte de 20.587 recién nacidos en 1997 y seguidos durante los primeros 12 meses de vida calculan la incidencia de ITU en el primer año de vida: 1/47 (2,15%) en los varones no circuncidados; 1/455 (0,22%) en los varones circuncidados, y 1/49 (2,05%) en las niñas. La probabilidad de primera ITU en los niños no circuncidados durante el primer año de vida era 9 veces superior a la de los niños circuncidados (OR 9,1; IC95% 5,2 a 15,7; p < 0,001)11.
Un estudio incluido en la GPC del NICE, realizado en Estados Unidos sobre la población de todos los recién nacidos en hospitales militares (n = 427.698), encuentra que los varones circuncidados tienen menos probabilidad de sufrir una ITU en el primer año de vida que los varones no circuncidados (0,09% frente 1,0%; p < 0,001)11.
Un estudio incluido en la GPC del NICE, realizado en Australia con 144 niños varones (mediana edad 5,8 meses) con ITU y con 742 niños varones (mediana edad 21 meses) sin ITU, encuentra que el 1,4% de los niños con ITU estaban circuncidados frente a un 6,3% de los niños sin ITU (p = 0,02)11.
Un estudio realizado en Corea del Sur sobre una muestra de 190 niños (158 varones sin circuncidar y 32 niñas) diagnosticados de primera ITU (edad media al diagnóstico 4,1 ± 2,5 meses) investiga la incidencia de ITU recurrente y factores de riesgo relacionados —entre ellos la presencia de fimosis—, durante un periodo de un año. A los niños que presentaban una fimosis fisiológica, con prepucio no retraíble (125 varones, 79,1%), se les aplicó pomada de hidrocortisona 2 veces al día durante 2-4 semanas y se realizó fisioterapia, invitando a los padres a lavar el meato uretral una vez al día. Al final del tratamiento en 75 varones (60%) el prepucio resultó retraíble. El estudio muestra que la tasa de ITU recurrente era menor en los niños con prepucio retraíble (originalmente o tras tratamiento) que en los niños con prepucio no retraíble: 17,6% (19/108) frente a 34,0% (17/50); (p = 0,022).
Este mismo estudio, mediante regresión logística multivariante, muestra que en los niños varones, la edad de 6 meses o menos (OR 72,7; IC95% 10,3 a 489), la presencia de prepucio no retraíble (OR 8,8; IC95% 3,2 a 24,5) y la presencia de PNA (OR 4,6; IC95% 1,6 a 13,0) incrementaban la probabilidad de padecer una ITU recurrente124.
Un estudio realizado en Estados Unidos sobre la población de niños varones nacidos en el estado de Washington durante los años 1987-1996 (354.297 varones) y circuncidados durante estancia hospitalaria al nacimiento (n = 130.475 varones, 37%) estima la tasa de complicaciones asociadas a la circuncisión y calcula el número necesario de pacientes para dañar (NND). El estudio muestra que en el total de los varones circuncidados (n = 130.475 varones), hubo un total de 287 (0,2%) complicaciones atribuibles a la circuncisión en el periodo neonatal y durante estancia hospitalaria, mientras que en los varones no circuncidados (n = 223.822 varones) hubo un total de 33 complicaciones (0,01%).
El número de pacientes necesarios para dañar (NND) fue 476, es decir, que por cada 476 circuncisiones realizadas se puede esperar una complicación125.
Un metaanálisis de estudios de prevalencia calcula a partir de los datos procedentes de 4 estudios, que la tasa de prevalencia de ITU en varones menores de 3 meses circuncidados era de 2,4% (IC95% 1,4 a 3,5) frente a 20,1% (IC95% 16,8 a 23,4) en los no circuncidados42.
El GEG a la hora de elaborar las recomendaciones ha tenido en consideración la consistencia existente entre los distintos estudios que muestran asociación entre la circuncisión y disminución del riesgo de ITU. La evidencia procede de estudios realizados en entornos sanitarios donde la circuncisión es una práctica quirúrgica habitual por razones higiénicas o religiosas, sobre todo en Norteamérica y en los ámbitos musulmán y judío. Esta es la razón por la cual en la literatura médica de origen anglosajón es habitual el planteamiento de la circuncisión como cirugía necesaria para prevenir las infecciones urinarias.
No obstante, el GEG considera que la resolución de la fimosis no solo se puede llevar a cabo mediante técnicas quirúrgicas, sino que existen otros procedimientos menos agresivos, al menos para niños cuyo prepucio se puede retraer, que suelen ser los mayores de 7 u 8 meses de edad. Además, la práctica de la circuncisión no está exenta de posibles complicaciones, como hemorragias, infección y/o meatoestenosis, de no realizarse de forma correcta30. Por todos estos motivos, el GEG considera que, ante la presencia de ITU febril de repetición asociada a fimosis, hay que considerar en primer lugar el tratamiento médico para conseguir la retracción del prepucio.
Resumen de la evidencia
2++ | La circuncisión está asociada a una disminución del riesgo de ITU (OR 0,13; IC95% 0,08 a 0,20)11. |
2++ | Durante el primer año de vida los niños no circuncidados tienen una probabilidad de presentar una primera ITU 9 veces superior a la de los niños circuncidados (OR 9,1; IC95% 5,2 a 15,7)11. |
2+ | Los niños circuncidados tienen menos probabilidad de sufrir una ITU en el primer año de vida que los niños no circuncidados (0,09% frente 1,0%; p < 0,001)11. |
2+ | El 1,4% de los niños varones con historia clínica de ITU están circuncidados, frentea un 6,3% de los niños varones sin historia clínica de ITU (p = 0,02)11. |
2+ | La presencia de prepucio no retraíble incrementa la probabilidad de padecer una ITU recurrente (OR 8,8; IC95% 3,2 a 24,5)124. |
2+ | En niños con fimosis fisiológica, el tratamiento médico (pomada de hidrocortisona 2 veces al día y fisioterapia) durante 2 – 4 semanas consigue la retracción del prepucio en el 60% de los casos124. |
2+ | Cuando la circuncisión esté indicada para prevenir ITU, los beneficios son superiores a las posibles complicaciones, ya que por cada 476 circuncisiones realizadas durante estancia hospitalaria al nacimiento se puede esperar una complicación (NNT 476; p < 0,001)125. |
3 | La prevalencia de ITU en los varones menores de 3 meses circuncidados es de 2,4% (IC95% 1,4 a 3,5), frente al 20,1% (IC95% 16,8 a 23,4) en los no circuncidados42. |
Recomendaciones
B | En todo niño con ITU, asociada o no a alteraciones estructurales del tracto urinario, se recomienda la exploración y evaluación del estado del prepucio. |
√ | La circuncisión no se debe realizar de manera rutinaria aunque exista asociación entre circuncisión y menor riesgo de ITU. |
C | En aquellos lactantes varones o niños con infecciones urinarias febriles de repetición, con o sin malformaciones o disfunciones del tracto urinario asociadas a fimosis, se recomienda realizar un tratamiento médico para conseguir la retracción del prepucio. |
B | En aquellos lactantes varones o niños con infecciones urinarias febriles de repetición, con o sin malformaciones o disfunciones del tracto urinario asociadas a fimosis, se recomienda circuncidar cuando persista la fimosis tras tratamiento médico. |
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