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8. Otros aspectos del TDAH

Pregunta a responder:

  • ¿Qué datos epidemiológicos existen sobre el TDAH, su evolución con la madurez de la persona y potenciales riesgos que tendrá ésta que afrontar?

El TDAH es una entidad clínica relevante, frecuente, y que genera importantes disfunciones en múltiples áreas y en todas las etapas de la vida, desde la infancia hasta la edad adulta. Dichas disfunciones no solo se refieren a los síntomas clínicos presentados, sino también a la repercusión funcional de la misma, en múltiples aspectos: formativo, laboral, familiar, relacional, y otros muchos.

La prevalencia del TDAH en la infancia se sitúa según diferentes estudios entre el 6-10%232, aunque algunos lo elevan hasta el 11% en niños y niñas entre 4 y 17 años en el año 2011233. La clínica de TDAH parece disminuir con el paso del tiempo, de forma especialmente marcada en aquellos casos que reciben tratamiento adecuado. Algunos estudios habían estimado que en torno al 70-85% de los niños con TDAH mantendrían en la edad adulta síntomas significativos85, asociados a deterioro clínico importante234 (situando la prevalencia del TDAH en adultos en torno al 4%70,235). Aunque se necesitan más estudios que ofrezcan datos sobre las cifras reales de prevalencia en adultos a partir de los 50 años, algunos autores concluyen que hay razones para creer que la prevalencia está disminuyendo gradualmente con la edad y que el nivel de síntomas de TDAH es significativamente menor en el grupo de edad de 70-80 años que el grupo de 50-60 años. Además, para el clínico, tanto el diagnóstico como el tratamiento del TDAH en los mayores pueden resultar más complicados ya que el cuadro clínico se complica cuando los problemas de salud relacionados con la edad aparecen en adultos de mediana o avanzada edad con TDAH236.

Datos más recientes de una encuesta mundial, muestran que aproximadamente un 50% de los niños y adolescentes con TDAH (rango: 32,8% – 84,1% según los diferentes países) sigue cumpliendo los criterios para el TDAH en la edad adulta. La persistencia del TDAH en la edad adulta estaba fuertemente relacionada con diversas variables como el perfil de los síntomas de TDAH en la infancia, la gravedad de los síntomas y la existencia de comorbilidades con otros trastornos237.

Sin embargo, los resultados de otros estudios posteriores plantean la posibilidad de que bastantes de los adultos que se valoran y diagnostican con los síntomas de TDAH no tendrían un trastorno del desarrollo neurológico de inicio en la infancia. Estos hallazgos llevarían a reconsiderar el sistema de clasificación del trastorno que se aplica actualmente y centrar los nuevos proyectos en investigar la etiología del TDAH en adultos238.

El TDAH tiene una importante comorbilidad con diferentes trastornos psiquiátricos, tanto en la infancia como en la edad adulta. Dicha comorbilidad empeora el curso clínico, evolución y pronóstico de ambos trastornos70.

En el libro blanco del Consejo Europeo del Cerebro (EBC), se recogen algunos ejemplos de las situaciones o nuevas dificultades que tienen que enfrentar las personas con TDAH en la edad adulta. Así, los problemas escolares pueden convertirse en dificultades en la educación posterior y en la búsqueda y mantenimiento del trabajo; los efectos en las relaciones sociales pueden afectar a las relaciones de pareja; asociación de los síntomas del TDAH con tasas relativamente elevadas de arrestos y encarcelamientos o de infracciones de tráfico. Además, el riesgo aumentado de criminalidad o conductas peligrosas al volante se puede atribuir al desarrollo de comorbilidades antisociales o trastornos por uso de sustancias en la adolescencia, en lugar de ser un resultado directo del TDAH; y existen datos sobre que la criminalidad puede reducirse en un tercio si se trata el TDAH239.

Diferentes estudios coinciden en que existe una asociación significativa entre el TDAH y los trastornos por uso de sustancias (TUS), siendo el TDAH un factor de riesgo independiente para desarrollar dicho TUS240. El hecho de tener un TDAH está relacionado con un inicio más precoz del TUS241 y con peor pronóstico del mismo. El tratamiento con fármacos psicoestimulantes en edades tempranas no parece que presente asociación alguna con el consumo posterior de sustancias adictivas164 a excepción para la dependencia a nicotina165 y, salvo que exista un componente asociado al TDAH como trastornos de conducta166. Algunos investigadores sugieren que puede existir una asociación entre la utilización de fármacos psicoestimulantes y un menor riesgo de desarrollar posteriormente trastornos por abuso de sustancias165, información en línea con lo que afirmaban otros investigadores sobre el abuso de drogas y alcohol242.

El impacto negativo del TDAH en la calidad de vida de los adultos puede reducirse mediante el diagnóstico y el tratamiento precoces239,243.

También hay estudios que muestran como las personas con TDAH destacan las contribuciones positivas que les ofrece el trastorno. La creatividad, la nueva forma de pensar, la pasión, la rapidez y la productividad, contribuye para ellos en la obtención de una vida plena e interesante con más cosas positivas que negativas244.

Bibliografía  8. Otros aspectos del TDAH

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