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¿Es útil saber cómo extraerme la leche? ¿Cómo debo hacerlo? Una vez extraída, ¿cómo debo conservarla?

Saber cómo extraer la leche puede resultarte muy útil en muchas situaciones: si tienes ingurgitación o dolor intenso que te impide ofrecer el pecho, si deseas incrementar la producción de leche o almacenarla o si es necesario separarte del bebé por cualquier motivo.

Debes saber que extraerte la leche no es la forma de conocer la cantidad que produces, ya que el volumen que extraigas no es equiparable al que extrae tu bebé. El volumen obtenido mediante extracción manual o con sacaleches está condicionado por la técnica que emplees, por tu experiencia con ella, por el tipo de sacaleches, por cómo te encuentres en ese momento…

Antes de comenzar a extraerte la leche te recomendamos:

  • Disponer de un lugar donde te encuentres a gusto, relajada y sin prisas.
  • Lavarte las manos.

Para estimular la salida de la leche:

  1. Realiza la extracción cerca de tu bebé o piensa en él.
  2. Masajea todo el pecho, usando un movimiento circular con los dedos en un mismo punto, sin deslizarlos sobre la piel, tratando de dirigir la leche hacia la areola y el pezón a medida que se masajea. Empieza en el contorno externo del pecho y vete cambiando la zona acercándote progresivamente a la areola.
  3. Desliza los dedos suavemente desde la inserción del pecho hacia el pezón.
  4. Sacude suavemente ambos pechos inclinándote hacia delante.
    La extracción la puedes hacer de forma manual o con sacaleches. Escoge el método que prefieras en cada momento.

Para la extracción con sacaleches puedes usar un sacaleches manual o eléctrico. Existen diferentes tamaños de copa y es importante elegir el que mejor se adapte a tu pecho. Ten en cuenta que la extracción no debe ser dolorosa y el pezón no debe rozar contra las paredes del embudo durante el bombeo. Como ya hemos comentado, la cantidad de leche que obtengas va a depender de muchos factores. Puede que al principio solo extraigas unas gotas. No te desanimes, y recuerda que eso no refleja la cantidad de leche que produces, y con las sucesivas extracciones irás obteniendo mayores volúmenes.

Si utilizas un extractor manual, coloca la copa del tamaño adecuado y comienza con extracciones cortas y rápidas. Cuando veas algo de leche, realiza aspiraciones más largas y lentas, siempre sin producir dolor.

Con un extrator eléctrico, empieza con un nivel de aspiración bajo, para ir aumentándolo gradualmente hasta el máximo vacío en que te encuentres cómoda y la leche fluya libremente, siempre sin dolor.

La extracción se realiza alternando ambos pechos, a menos que utilices un sacaleches eléctrico doble. Cuando notes que el goteo de un pecho disminuye, estimula el otro pecho e inicia una nueva extracción en él. Repite el mismo proceso, unas dos o tres veces en cada pecho. El procedimiento completo dura unos 30 min.

Con los sacaleches bilaterales se realiza el mismo proceso, pero en ambos pechos a la vez por lo que son más efectivos y requieren menos tiempo.

Si comprimes el pecho durante la extracción, y si completas el vaciado del sacaleches con extracción manual, puedes obtener más leche e incrementar tu producción.

Para la extracción manual, una vez estimulada la bajada de la leche:

  • Masajea los pechos.
  • Exprime o bombea cada pecho alrededor de 5-7 minutos.
  • Masajea los pechos
  • Exprime cada pecho otros 3-5 minutos.
  • Masajear nuevamente los pechos.
  • Vuelve a exprimir cada pecho 3-5 minutos.

Si optas por la extracción manual, coloca el pulgar y los dedos índice y medio formando una «C» a unos tres o cuatro centímetros por detrás del pezón, evitando que el pecho descanse sobre la mano. Se empujan los dedos hacia atrás (hacia las costillas), sin separarlos y, a continuación, se ruedan los dedos y el pulgar hacia el pezón. Vete rotando la posición de los dedos para vaciar otras partes del pecho.

Este proceso (colocar los dedos, empujar hacia dentro, rodar) se repite en ambos pechos y dura aproximadamente 20 o 30 minutos. Si haces la extracción en ambos pechos a la vez emplearás menos tiempo.

Realiza la extracción con delicadeza, evitando maniobras que dañen el pecho o el pezón.

En todos los casos, independientemente del método de extracción que elijas, es recomendable que comprimas el pecho durante la extracción para aumentar la eficacia, y si usas un sacaleches es conveniente completar la extracción con un vaciado manual. Busca asesoramiento para elegir el sacaleches más adecuado para ti.

Mantenimiento y conservación de la leche materna

Es muy importante que prestes atención a la higiene en la manipulación de tu leche, lavándote las manos y utilizando recipientes adecuados.

Si no vas a utilizar la leche inmediatamente, métela en un frigorífico o nevera portátil tras la extracción. Aunque puede conservarse en frigorífico durante días, si no la vas a ofrecer al bebé en las siguientes 24 horas es preferible congelarla. Aunque conservada en nevera es apta para el consumo durante días, va perdiendo propiedades conforme transcurre el tiempo.

Si tras una toma tu bebé no se termina toda la leche, lo ideal es desecharla. Si has calculado mal y sobra mucha leche, pese a no ser lo mejor, puedes guardarla en el frigorífico y volver a ofrecérsela en una o dos horas. Si no puedes guardar la leche en frio, no se la vuelvas a ofrecer más allá de media hora.

Almacenamiento de la leche materna

  • Para almacenar tu leche puedes utilizar cualquier recipiente apto para uso alimenticio (envases de plástico duro, vidrio o bolsas específicas para leche materna). En caso de elegir estas bolsas, es recomendable protegerlas de la rotura, colocándola en el congelador dentro de un recipiente. Es conveniente colocarla en la parte central trasera del frigorífico o congelador, donde la temperatura es más constante.
  • Recuerda poner la fecha antes de su almacenamiento.
  • Es preferible almacenarla en pequeñas cantidades, entre 60 ml y 120 ml, para poder descongelar solo la que tu bebé vaya a tomar inmediatamente.
  • Puedes mezclar leche de distintas extracciones. Para ello, es recomendable que se hayan enfriado y estén más o menos a la misma temperatura.

Tiempo de conservación

Utilización de la leche materna previamente refrigerada o congelada

  • Es preferible que utilices leche fresca (no congelada).
  • Para descongelar o atemperar la leche puedes sumergirla en un recipiente con agua tibia. No es recomendable calentar la leche directamente o al baño maría en el fuego o en el microondas porque pierde propiedades nutricionales. Y en ningún caso la leche debe hervir.
  • La leche materna al enfriarse se dispone en dos capas bien diferenciadas, por lo que para que la grasa se distribuya uniformemente debes mezclarla con suavidad, sin agitarla, antes de la toma.
  • Comprueba su temperatura una vez mezclada.
  • Una vez descongelada, puede mantenerse en nevera hasta 24 horas, pero no debe volver a congelarse.