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3. Metodología

La metodología empleada en la elaboración de esta guía de práctica clínica (GPC) es la que se recoge en el Manual Metodológico de Elaboración de GPC en el Sistema Nacional de Salud1.

La elaboración de la GPC comenzó con la constitución del grupo elaborador de la guía (GEG), integrado por 12 profesionales clínicos procedentes de distintos ámbitos sanitarios – atención primaria y atención hospitalaria- y de distintas especialidades: enfermería, pediatría, medicina interna, medicina familiar y comunitaria, medicina intensiva pediátrica, microbiología, ortopedia y medicina preventiva y salud pública. Además, desde las primeras fases de trabajo se contó con la participación de ciudadanos apoyados desde la Fundación Irene Megías contra la meningitis. También se contó con la participación de cuatro ciudadanos para la revisión de la información dirigida a pacientes, familiares y cuidadores. La revisión se centró en la comprensibilidad de los contenidos y la identificación de información que a su juicio debería figurar en el documento.

La generación y selección de las preguntas clínicas se llevó a cabo a partir de preguntas que abordan aspectos controvertidos en otras guías – preguntas que para el GEG requieren una revisión profunda para identificar los últimos avances en la materia – y aquellas preguntas que han surgido en el propio GEG, hasta obtener un total de treinta y ocho preguntas relacionadas con epidemiología, diagnóstico, tratamiento, prevención y seguimiento de la EMI en la población descrita. La elaboración de las preguntas clínicas se llevó a cabo considerando el formato PICO (Paciente/Intervención/Comparación/Outcome o resultado).

El siguiente paso consistió en realizar una primera búsqueda bibliográfica en bases de datos y otras fuentes especializadas. (Medline, Embase, Excelencia Clínica, Trip Database, GuíaSalud, National Guideline Clearinghouse, Guidelines International Network -G-I-N), con el objetivo de localizar otras GPC, nacionales o internacionales, de temática similar.

Esta búsqueda dio como resultado la localización de cinco guías4-8, de las cuáles se descartaron dos en las que población, temas, intervenciones, fecha de realización o metodología no cumplían con los objetivos y alcance de esta GPC. Las tres guías restantes4-6 fueron evaluadas, mediante el instrumento AGREE (Appraisal of Guidelines Research and Evaluation). Todas ellas cumplieron el requisito mínimo previamente establecido para constituir fuente de evidencia de esta guía: alcanzar una puntuación superior al 65% en el área de rigor en la elaboración.

Dos guías5, 6 han constituido fuentes secundarias de evidencia para responder a diversas preguntas clínicas, y así se indica en los distintos apartados de este documento en los que figuran conclusiones o estudios extraídos de las mismas. Para la adaptación y actualización de la evidencia extraída de guías anteriores se ha seguido la metodología propuesta por Osteba en su Informe de Evaluación sobre la Descripció de la Metodología empleada en la GPC sobre Asma9. La guía del European Centre for Disease Prevention and Control (ECDC)4 se centra en exclusiva en la quimioprofilaxis de los contactos de pacientes con EMI.

Para las diecinueve preguntas clínicas tratadas en esta guía que ya recogía la GPC del Scottish Intercollegiate Guidelines Network (SIGN), se actualizaron las búsquedas desde el año 2006 hasta el año 2011, a lo largo de los meses entre abril y agosto, adaptando las utilizadas por SIGN6. Asimismo, para las trece preguntas ya recogidas por la GPC del National Institute for Health and Clinical Excellence (NICE)5, se actualizaron las búsquedas desde el año 2009 hasta el año 2011, a lo largo de los meses entre abril y agosto, adaptando las utilizadas por el NICE. Para las seis preguntas restantes, se elaboraron nuevas estrategias de búsqueda específicas ampliando el periodo de búsqueda sin limitarlo por fecha. Adicionalmente, se definieron alertas automáticas de correo electrónico para nuevos artículos agregados a Medline (Pubmed).

Las estrategias de búsqueda se realizaron combinando términos en lenguaje controlado en cada base de datos (Mesh, Emtree, Decs) y lenguaje libre, con el fin de mejorar y equilibrar la sensibilidad y especificidad. Las fuentes consultadas fueron Medline (Pubmed), Embase (Elsevier.com), Centre for Reviews and Dissemination (CRD) Databases, Cochrane Library, Ídice Bibliográfico Español en Ciencias de la Salud (IBECs) y Literatura Latinoamericana y del Caribe en Ciencias de la Salud (LILACs).

Las búsquedas se ciñeron a los tipos de estudios más adecuados según las características de la pregunta y a los idiomas castellano, francés, inglés, catalán, italiano y portugués.

Se llevó a cabo una búsqueda inversa en las referencias de los artículos identificados e incluidos en la guía. También se realizó búsqueda no sistemática de literatura gris.

Los resultados de las búsquedas fueron revisados por pares; el coordinador clínico de la guía resolvió las situaciones de discrepancia. Inicialmente, el cribado se efectuó por título y resumen. En un segundo cribado, se registraron los estudios descartados y se señalaron las causas de exclusión. Los estudios finalmente seleccionados fueron evaluados mediante la herramienta de lectura crítica de la Agencia de Evaluación de Tecnologías Sanitarias del País Vasco – OSTEBA. Estos estudios se clasificaron de acuerdo con los niveles de evidencia propuestos por el SIGN para los estudios de intervención y de acuerdo con la adaptación de los niveles de evidencia del Centro de Medicina Basada en la Evidencia de Oxford, propuesta por el NICE para los estudios de pruebas diagnósticas1 (tabla 1 y tabla 2).
La herramienta de lectura crítica de OSTEBA facilita el trabajo de síntesis de la literatura, que, una vez revisada por el GEG, sirvió como material para proceder a la elaboración de las recomendaciones mediante evaluación formal o juicio razonado. Además del volumen y calidad de la evidencia, el GEG debía considerar la aplicabilidad de los resultados encontrados, la concordancia de los mismos y la relevancia de su aplicación en nuestro Sistema Nacional de Salud o su impacto clínico. En el caso de aquellas preguntas clínicas respecto a las cuales el volumen de evidencia resultó ser escaso o nulo, de baja calidad metodológica (niveles de evidencia 1- y 2-) o no concordante, se establecieron recomendaciones basadas en el consenso del grupo que tuvo en cuenta, además de los mencionados anteriormente, factores como la práctica clínica habitual, la disponibilidad de la intervención en nuestro entorno, el balance beneficio/riesgo o, incluso, la ficha técnica del fármaco.

Tras la elaboración de un primer borrador, el texto fue sometido a un proceso de revisión externa en dos partes: una parte exclusivamente centrada en las recomendaciones, llevada a cabo por parte de los colaboradores expertos, y otra parte de revisión global a cargo de los revisores externos. Los colaboradores expertos y los revisores externos en la mayoría de los casos han sido propuestos por sus respectivas sociedades científicas. Los revisores cumplimentaron un formulario estándar con dos partes diferenciadas. La primera consistió en preguntas cerradas dirigidas a conocer la opinión general sobre el borrador de la guía y evaluar su aplicabilidad. La segunda consistió en apartados para cada capítulo de la guía y evaluar su aplicabilidad. La segunda consistió en apartados para cada capítulo de la guía en los que introducir texto libre. Uno de los participantes realizó una revisión parcial (un capítulo). Las observaciones y sugerencias de revisores y colaboradores se remitieron al GEG para su valoración tras ser sometidas a un primer cribado (cuestiones de forma y estilo). La revisión externa dio como resultado la formulación de dos nuevas recomendaciones y la introducción de cambios menores en 8 recomendaciones, destinadas a modificar su alcance.

Las sociedades científicas implicadas en el desarrollo de esta guía, representadas por miembros del grupo elaborador, colaboradores expertos y revisores externos, son la Asociación Española de Pediatría, la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria, la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica, la Sociedad Española de Epidemiología, la Sociedad Española de Farmacia Comunitaria, la Sociedad Española de Infectología Pediátrica, la Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria, la Sociedad Española de Neurología Pediátrica y la Sociedad Española de Urgencias en Pediatría.

Finalmente la GPC fue sometida a un proceso de Exposición Pública, en el cual el borrador de la GPC fue revisado por otras organizaciones del ámbito de la salud, registradas previamente e interesadas en hacer aportaciones al mismo. En el caso de esta GPC han participado cuatro organizaciones cuyas aportaciones y comentarios están disponibles para su consulta en la web de GuíaSalud:http://www.guiasalud.es/web/guest/exposicion-publica.

Está prevista una actualización de la guía en plazos de tres a cinco años como máximo, o en plazos inferiores si se dispone de nueva evidencia científica que pueda modificar algunas de las recomendaciones que contiene. Las actualizaciones se realizarán sobre la versión electrónica de la guía, disponible en la siguiente URL: <http://www.guiasalud.es>.

En <www.guiasalud.es> está disponible el material en el que se presenta de forma detallada la información con el proceso metodológico de la GPC (estrategias de búsquedas para cada pregunta clínica y tablas de síntesis de la evidencia de los estudios seleccionados).

Bibliografía  3. Metodología

  1. 1 Grupo de trabajo sobre GPC. Elaboración de guías de práctica clínica en el Sistema Nacional de Salud. Manual metodológico. Madrid: Plan Nacional para el SNS del MSC. Instituto Aragonés de Ciencias de la Salud - I+CS; 2007.
  2. 4 European Centre for Disease Prevention and Control. Public health management of sporadic cases of invasive meningococcal disease and their contacts. Stockholm: ECDC; 2010.
  3. 5 National Collaborating Centre for Women’s and Children’s Health, Commissioned by the National Institute for Health and Clinical Excellence. Bacterial meningitis and meningococcal septicaemia. Management of bacterial meningitis and meningococcal septicaemia in children and young people younger than 16 years in primary and secondary care. London: Royal College of Obstetricians and Gynaecologists; 2010.
  4. 6 Scottish Intercollegiate Guidelines Network. Management of invasive meningococcal disease in children and young people: a national clinical guideline. Edinburgh: SIGN; 2008.
  5. 7 Chaudhuri A, Martinez-Martin P, Kennedy PG, Andrew SR, Portegies P, Bojar M, et al. EFNS guideline on the management of community-acquired bacterial meningitis: report of an EFNS Task Force on acute bacterial meningitis in older children and adults. Eur J Neurol. 2008;15(7):649-59.
  6. 8 Tunkel AR, Hartman BJ, Kaplan SL, Kaufman BA, Roos KL, Scheld WM, et al. Practice guidelines for the management of bacterial meningitis. Clin Infect Dis. 2004;39(9):1267-84.
  7. 9 Etxeberria A, Rotaeche R, Lekue I, Callén B, Merino M, Villar M, et al. Descripción la metodología de elaboración-adaptación-actualización empleada en la guía de práctica clínica sobre asma de la CAPV. Vitoria-Gasteiz: Departamento de Sanidad. Gobierno Vasco; 2005.