Problemas físicos
Problemas psicológicos
Es frecuente que, durante la convalecencia, durante el proceso rehabilitador y también al finalizar éste se produzcan alteraciones del estado de ánimo.
Debido a su elevada frecuencia, es probable que el personal de medicina que le atienda le haga preguntas o test que le permitan valorar si presenta depresión o alguna de las otras alteraciones citadas. La persona que ha sufrido un ictus no necesita recibir antidepresivos con el fin de prevenir un posible episodio depresivo, aunque quizás sí necesite recibir tratamiento farmacológico si finalmente se le diagnostica una depresión y/o ansiedad. También sería útil que recibiera psicoterapia, puesto que, junto con el tratamiento farmacológico, puede ayudar a mejorar su estado anímico.
La labilidad emocional tiende a desaparecer con el tiempo, pero si es grave y persistente quizás pueda beneficiarse de tratamiento con antidepresivos.
Atención cognitiva
A veces, tras un ictus, se presenta un deterioro cognitivo (disminución de la memoria, de la atención, orientación, dificultad en la planificación y organización en las tareas). Es probable que su médico o médica le haga alguna pregunta o test para valorar si se ha producido algún tipo de afectación cognitiva tras el ictus. Aunque este deterioro puede mejorar con el tiempo, en los casos en los que afecte a su recuperación, es probable que se necesite consultar con un especialista.
Duración de la rehabilitación
En las lesiones moderadas o graves, la mayor parte de la recuperación se experimenta en los tres primeros meses tras el ictus. La recuperación prosigue, de manera más lenta hasta al menos los seis meses, y algunas personas continúan recuperándose levemente hasta el año, si bien no todas se recuperan totalmente.
Así, en una persona de edad avanzada con afectación grave, la rehabilitación se puede centrar en conseguir un traslado de la cama a la silla de ruedas con facilidad y sin lesionar a la persona. Esto puede realizarse en unos pocos días o semanas; sin embargo, en una persona joven, laboralmente activa, con afectación leve o moderada del habla o de la movilidad, la rehabilitación puede durar hasta seis meses o hasta que alcance su mayor capacidad funcional y la reincorporación laboral.
Atención multidisciplinar
Su médico o médica de AP debería valorar si usted está recibiendo la rehabilitación que necesita en función de sus necesidades, pero sería útil que usted fuera atendido por un equipo multidisciplinar con el que pudiera fijar unos objetivos específicos de cara a alcanzar la máxima recuperación posible.