Actividades de la vida diaria
Las actividades de la vida diaria incluyen tanto las tareas para un autocuidado básico (asearse, vestirse, comer) como las habilidades necesarias para ser independientes en casa y en la comunidad (conducir, cocinar, comprar).
En el caso de que se presenten dificultades para la realización de este tipo de actividades, puede beneficiarse de la terapia ocupacional, que consiste en capacitar a personas que sufren estados discapacitantes para desarrollar las tareas cotidianas requeridas y conseguir el máximo de autonomía e integración para mejorar su independencia.
Aseo e higiene personal
Es importante cuidar la higiene de la persona que ha sufrido un ictus para evitar infecciones, con especial atención si existiese incontinencia urinaria o fecal, y para que la persona se vea mejor a sí misma. Si es posible, la persona deberá responsabilizarse de su propia higiene.
Puede facilitarse el aseo colocando una silla para que pueda lavarse la cara, peinarse o afeitarse. Es preferible la ducha a la bañera. Puede colocarse una silla o taburete en el plato de la ducha y es conveniente colocar un asidero en la pared de la ducha o bañera que le permita agarrarse y evitar caídas.
Si la persona no puede levantarse de la cama, se lavará con una esponja y jabón neutro, prestando especial atención en el secado de los pliegues de la piel, ya que la humedad favorece el crecimiento de bacterias y hongos.
Vestirse
Uno de los objetivos para aumentar la independencia de la persona que ha sufrido un ictus es que deberá ponerse por sí misma todas las prendas que le sea posible, reservando la ayuda de la persona cuidadora para todo aquello que no pueda realizar. Es conveniente facilitar la operación sustituyendo los botones por tiras de velcro. Al principio, es mejor utilizar prendas de vestir holgadas y prácticas, tipo prendas deportivas.
Para vestirse se empezará siempre por la extremidad afectada y al desvestirse, hacerlo al revés.
Si la persona está encamada y no puede ponerse los pantalones, se meterán las piernas con el pantalón recogido y después la persona o el/la cuidador/a completarán la operación estirando hacia arriba mientras que el/la paciente (si puede) ayuda levantando las nalgas mientras se apoya con la espalda y los talones en la cama.
Se pueden utilizar calzadores de mangos largos para ponerse los zapatos, que deben ser cómodos y cerrados para que el pie esté sujeto.
Alimentación e hidratación
Una dieta equilibrada, con aporte calórico y proteico suficiente, y una buena hidratación son fundamentales para un buen estado general de la persona. La mala nutrición es un problema frecuente y predispone a la aparición de úlceras cutáneas, edemas, así como a la disminución de las defensas y a la facilidad para contraer infecciones. Asimismo, la mala nutrición empeora la recuperación funcional.
Si la persona que ha sufrido un ictus traga correctamente se le debe administrar una dieta parecida a la habitual. Los alimentos ricos en fibras deben tenerse en cuenta para evitar el estreñimiento.
Si la persona que ha sufrido un ictus se puede alimentar por vía oral (boca), pero no traga correctamente, es conveniente seguir los consejos que se detallan a continuación:
Ejemplos de alimentos aconsejables:
Crema de verduras espesas, puré de frutas, yogur, natillas, flan, huevos revueltos, sopas espesas de sémola, carne molida, pescados suaves.
Ejemplos de alimentos que deben evitarse:
Líquidos (agua, leche, zumos) y alimentos mixtos, como frutas crudas, pan, carnes no trituradas, sopas, pasteles, etc.
De todos modos, como se ha señalado antes, en cada visita se debería valorar el estado de la persona que ha sufrido un ictus y si sigue habiendo necesidad de adaptar la dieta por problemas al tragar, puesto que puede que en algún momento ya no sea necesario seguir estos consejos.
Si la persona que ha sufrido un ictus no puede alimentarse por vía oral (boca), ya que no es capaz de tragar o se atraganta fácilmente con los líquidos, se debe buscar una vía alternativa para la alimentación. En dicho supuesto su médico o médica le indicará la alternativa a seguir, que puede incluir la alimentación a través de una sonda (tubo), lo que se denomina alimentación enteral.
Movilización postural de las personas que han sufrido un ictus
La mejor manera de evitar las malas posturas de pies y tobillos es ayudarse de cojines para mantenerlos en un ángulo correcto. Con los cojines también aligeraremos el contacto del cuerpo sobre la cama y evitaremos la aparición de úlceras por presión.
Haremos cambios posturales cada tres o cuatro horas en una cama bien acondicionada con cojines, preferentemente en la posición de decúbito lateral.
En general, siempre que tengamos que hacer algún tipo de movilización, o sencillamente nos tengamos que dirigir a una persona que ha sufrido un ictus, conviene hacerlo por el lado pléjico, con la finalidad de estimular al máximo las aferencias. Si le hemos de ayudar a levantarse, hacer una transferencia, caminar, etc., conviene hacerlo por el lado afectado, evitando siempre cogerlo y estirarle del brazo ya que la posible flaccidez de la musculatura del hombro podría comportar una subluxación articular. Ésta es la forma correcta de levantar a la persona enferma de la cama:
Para pasarla de la cama a la silla o viceversa, se ha de mantener la espalda derecha y las piernas flexionadas.
La coordinación de dos personas es también una manera de hacer una movilización, sobre todo si la persona no colabora:
Prevención de las complicaciones de la movilidad: escaras y úlceras
La piel de la persona que presenta secuelas tras un ictus es muy sensible. Las parálisis hacen que ciertas zonas estén expuestas a apoyos prolongados y sufran alteraciones que conducen a la formación de escaras y úlceras. Los lugares más predispuestos a que se formen éstas son: zona sacra y espalda, tobillos, caderas y rodillas.
Si es posible, colocar un colchón antiescaras (de venta en ortopedias) para evitar la aparición de llagas. En el caso de que aparezcan úlceras, se debe recurrir a las curas de enfermería para su correcto tratamiento.
Los cambios posturales deben efectuarse cada 3 o 4 horas.
Comunicación con la persona que presenta dificultades en el lenguaje:
consejos para cuidadores y familiares
Nuestro familiar se puede comunicar, aunque tenga muchas dificultades en el área de lenguaje y del habla:
- Llamaremos su atención cuando queramos comunicarle alguna cosa.
- Utilizaremos frases sencillas, simples y cortas, le hablaremos en un tono de voz normal, sin chillar, facilitándole la respuesta, dándole varias opciones.
- Procurando que tome decisiones: “qué te gusta”, “qué prefieres”, e intentando siempre no responder por él/ella.
- Haremos preguntas en las que nos pueda contestar “sí” o “no”.
- Seremos directos, con mensajes concretos.
- En el campo de la comunicación, podemos encontrar ayudas técnicas y adaptaciones sobre ordenadores o para el teléfono. También se pueden utilizar materiales más simples como un comunicador con pictogramas básicos, con un alfabeto o con palabras-frase en una cartulina plastificada.
Ocio y tiempo libre
Las actividades lúdicas de tiempo libre pueden ser adaptadas. Por ejemplo:
- Tableros de ajedrez grandes con fichas adaptadas.
- Barajador de cartas.
- Ayudas para enhebrar agujas.
- Adaptaciones para la pintura al óleo.
- Instrumentos musicales.
Descanso y sueño
Mantener el estímulo de la persona durante el día, puesto que la inactividad propia de esta enfermedad conduce al aburrimiento y a que la persona dormite durante gran parte del tiempo, con lo que se dificulta posteriormente el sueño nocturno.
Sexualidad
En las primeras semanas tras el ictus es normal que no exista apetencia sexual; una vez transcurridos los primeros meses irá recuperándose paulatinamente. Salvo excepciones, la actividad sexual es recomendable una vez estabilizada la persona que ha sufrido un ictus e iniciada la fase de recuperación. Con frecuencia la falta de libido es debida a problemas psicológicos, a algunos fármacos (pastillas para dormir o para bajar la presión arterial, antidepresivos y otros) y/o a creencias equivocadas que pueden interferir con la función sexual o causar impotencia. En tal caso no dude en consultar a su profesional médico o de enfermería.
Conducción
Usted podrá volver a conducir o no en función de las secuelas que le haya dejado el ictus. En cualquier caso, aunque se encuentre bien, consulte con su profesional médico o de enfermería antes de volver a conducir. No sólo porque quizás le hayan pasado inadvertidos ciertos defectos y destrezas necesarias, sino también por la posibilidad de que los fármacos que tome interfieran con la conducción.
Vuelta al trabajo
La incorporación laboral será más o menos rápida, dependiendo de las secuelas y del tipo de trabajo desempeñado. En algunas empresas se pueden hacer de manera temporal trabajos menos pesados que se adecúen mejor a su situación.