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6. Hábitos y conductas para prevenir complicaciones

Como es bien sabido, nuestro estado de salud depende de varios factores determinantes. Uno de los determinantes fundamentales son los estilos o hábitos de vida, entre los cuales se engloban aquellas acciones que se pueden realizar para mejorar nuestro estado de salud y prevenir las complicaciones de la enfermedad.

A continuación se ofrece información para aquellas personas afectadas por la EP, en tres momentos del día a día: en periodos de más calor, que requieran conducir (o realicen actividades peligrosas) o sobre la ingesta alimentos.

En relación con la prevención de los efectos de las altas temperaturas, cabe destacar que algunos medicamentos antiparkinsonianos pueden impedir la pérdida de calor del paciente al limitar su sudoración, siendo medicamentos susceptibles de agravar el síndrome de agotamiento-deshidratación y el golpe de calor, aspecto que se refleja en la información sobre el buen uso de los medicamentos en caso de ola de calor publicado anualmente.

Cuando se emplean medicamentos resulta siempre recomendable leer atentamente el prospecto de los medicamentos. En el caso de los medicamentos antiparkinsonianos,
conviene destacar que existen una serie de características comunes en su etiquetado con respecto a los riesgos que pueden producirse en la conducción, que han quedado recogidos en una tabla elaborada por la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS)121. Normalmente todo medicamento que presente problemas para la conducción incluye el pictograma de conducción como el que se muestra (imagen obtenida desde la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios).

En relación con la ingesta de alimentos, desde la Fundación Española de Dietistas­Nutricionistas se propone que se tenga conocimiento de la traducción del documento sobre descriptores de la consistencia o textura de las dietas y los alimentos para personas con disfagia122.

Los descriptores de texturas detallan los tipos de texturas de las dietas y los alimentos que necesitan las personas que padecen dificultad para tragar y que tienen riesgo de atragantamiento o aspiración, como es por ejemplo el caso de las personas afectadas por EP. Los descriptores proporcionan una terminología estándar que todos los profesionales de la salud y proveedores de alimentos deberían usar.

Consistencias o texturas de los alimentos – dietas aptas para personas con disfagia:

  1. Textura tipo B: dieta de disfagia puré fino
  2. Textura tipo C: dieta de disfagia puré espeso
  3. Textura tipo D: dieta de disfagia pre-triturada
  4. Textura tipo E: dieta de disfagia triturable con tenedor.

Descriptores aplicados a cada consistencia o textura.

Además en el libro Consejos para pacientes con Parkinson: el papel de la dieta en el Parkinson: alteraciones conductuales123, se plantean una serie de recomendaciones dietéticas para disminuir los problemas de motilidad gastrointestinal en pacientes tratados con medicamentos antiparkinsonianos:

  • Comer lentamente
  • Ingerir cantidades más pequeñas y frecuentes a lo largo del día
  • Tomar las bebidas poco a poco
  • Evitar fritos, grasas o alimentos muy dulces
  • Evitar los zumos de naranja y pomelo, porque son muy ácidos y pueden empeorar las náuseas
  • No mezclar alimentos calientes y fríos
  • Comer alimentos fríos o temperatura ambiente para evitar las náuseas por el olor de los alimentos
  • Evitar cepillarse los dientes inmediatamente después de comer
  • Mantenerse sentado unos 30 minutos después de comer
  • No realizar ejercicio físico intenso inmediatamente después de comer
  • Si siente náuseas por la mañana puede tomar algún tipo de galletas saladas, siempre y cuando no padezca hipertensión arterial